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dimarts, 10 de gener del 2023

Reseña: El naufragio de las civilizaciones (V)

 



“He dejado de preguntarme si los míos, igual que el conjunto de los “egipcianizados”, se habían merecido su suerte y si Nasser tuvo derecho a echarlos así, sin contemplaciones, del país donde habían nacido”. (pág.50)

“En la actualidad estoy convencido de que la actitud correcta en este tema fue la que adoptó otro gran  dirigente del continente africano nacido el mismo año que el rais, 1918, pero que apareció en época más tardía en la escena internacional: Nelson Mandela".

Si Nasser hizo huir a los “egipcianzados”, Mandela adoptó una actitud muy diferente. Pues, se preguntó: “le iría mejor a mi país si los afrikáneres se quedasen en vez de irse? Y la respuesta le parecía evidente para la estabilidad de Sudáfrica, para su salud económica, para el buen funcionamiento de sus instituciones, para su imagen en el mundo, valía más conservar a la minoría blanca cualquiera que hubiese sido su comportamiento.” (pág.51)

El comportamiento de Mandela, es excepcional, pues, a lo largo de la historia, las expulsiones de minorías, ha sido más bien la regla. Maalouf, repasa algunos ejemplos, incluida, la expulsión de los musulmanes y judíos (1492). Concluye con una afirmación significativa para los tiempos que corren: “a lo largo de la historia, las expulsiones en masa, parezcan o no justas y legítimas, han solido perjudicar a quienes se quedaron mucho más que a los expulsados”. (pág.53)

"No es por casualidad por lo que la nación más poderosa del planeta, a saber, Estados Unidos, se especializó en dar acogida a sucesivas oleadas de proscritos y desterrados, desde los puritanos ingleses hasta los judíos alemanes, pasando por los supervivientes de las revoluciones rusa, china, cubana o iraní, sin olvidarnos de los protestantes franceses; el segundo nombre del presidente Franklin Delano Roosevelt es el apellido de un antepasado hugonote que se llamaba, en sus orígenes, De Lannoy." (pág.53)

El miedo se ha extendido en Europa i Occidente. Miedo a invasiones que directa o indirectamente, somos responsables. El mundo actual se ha hecho pequeño "aldea global". No hay capacidad suficiente para afrontar los retos del siglo XXI, desde la óptica local -nacional-, es necesario soluciones a escala supranacional, pero las lógicas de la Guerra Fría siguen estando allí. La ONU y su famoso Consejo de Seguridad, con derecho a veto, no es más que el recordatorio de lo anacrónico que supone que sólo los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sigan ejerciendo un papel tutelar a escala global, Rusia incluida, olvidando a países como China, India, Brasil, etc.

Amin Maalouf reivindica el papel que pueden jugar la población "alógena" (migración). Utiliza una metáfora para subrayar la función que pueden tener esas minorías: polinizadores (pág.53).

El colonialismo genero una dinámica muy negativa en los países que fueron sometidos. Sin embargo, "la historia de las últimas décadas nos enseña que, a no mucho tardar, tras la lucha por la liberación, llega la hora de la lucha por el desarrollo y la modernización. En esa nueva fase, la presencia de una población cualificada con acceso inmediato a las sociedades industrializadas es una baza insustituible". (pág.54)

A diferencia de lo que sucede actualmente, Nelson Mandela, fue más allá del resentimiento y la hostilidad para dar cabida a todos, creando sinergias que posibilitaban una mayor integración de todos en la nueva Sudáfrica que quería para su país. Sin embargo, estamos lejos de tener esa clase de políticos en nuestros días, obsesionados por el cortoplacismo y quedar bien ante los suyos y no ante toda la ciudadanía. 


dimecres, 4 de gener del 2023

Reseña: El naufragio de la civilización (IV)

 


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“Durante la infancia, tenía lógicamente las mismas convicciones que mis padres. Oía los relatos de mi madre acerca de lo que “habíamos” perdido en Heliópolis o en Alejandría y me entristecía. (…O Aún me acuerdo de las expresión que usó uno de los “desmigrantes” más recientes para describir la vida bajo el nuevo régimen revolucionario”. (pág.43)

Ese nuevo régimen autoritario –Abdel Nasser- hacía que “todo lo que no está prohibido es obligatorio” (pág.44). Dice Maalouf respecto a esa frase “que considero una excelente definición del autoritarismo” (pág.44).

¿Puede la injusticia personal, deformar la revolución que se llevaba a cabo en Egipto de la mano del rais? Como dice con honestidad nuestro autor “Si me hubiera empecinado en no ver en el rais sino el azote que había sido para mi familia, me habría dado la impresión de estar colocando nuestros mezquinos intereses por encima de los principios universales” (pág.44)

En su ambigua postura acerca de la figura de Nasser, puede decir cosas de alabanza y censura. “En ciertos aspectos, Nasser fue el último gigante del mundo árabe, quizá incluso su última oportunidad para levantar cabeza. (…) No obstante, cometió equivocaciones tan torpes y en tantas cuestiones esenciales que sólo dejó una estela de amargura, remordimientos y decepción. Abolió el pluralismo para instaurar un partido único; le cerró la boca a la prensa, que había gozado de bastante libertad en el régimen anterior; recurrió a los servicios secretos para acallar a quienes se le oponían; su gestión de la economía egipcia fue burocrática, ineficaz y, en último extremo, ruinosa; su demagogia nacionalista lo condujo al precipicio, y a todo el mundo árabe de paso…” (pág.45)
Concluye diciendo: “Queda claro que el balance me supone dudas sustanciales, sin tener siquiera que incluir en la ecuación la variable “egoísta”, a saber, que echó a mi familia de su paraíso.”(pág.45)

Amin Maalouf, habla acerca del “Panteón de Jano”. En ese panteón caben sin duda, las dos figuras antitéticas con conformaron Egipto. Nasser y Churchill. Acusa a Churchill de obstinado, al haber ninguneado a Nahhas Pachá, “un patriota moderado, un patricio occidentalizado, un partidario audaz de la modernidad, que llegó incluso a poner en manos de un hombre de la Ilustración como Taha Hussein la cartera de Educación”. (…) Sin la matanza del 25 de enero, que Churchill no ordenó, pero sí autorizó, es posible que hubiera prevalecido otra forma de patriotismo y el porvenir de Egipto, así como el del mundo árabe en conjunto, podría haber seguido por otra vía” (pág.47).

Es difícil reescribir la historia. Las posibilidades de “y…si…” permiten elaborar narraciones contra factuales de envergadura. Todo podía haber sido diferente, pero desgraciadamente, los hechos fueron los que han conformado nuestro siglo XX. Mayor culpa de Churchill, es en el caso de Irán, que logró que los norteamericanos organizasen un golpe de Estado en 1953. La causa, fue reclamar mayores ingresos del petróleo. La consecuencia de estas acciones, vistas con la perspectiva que da el tiempo es que “favoreció la emergencia del nacionalismo árabe en su versión autoritaria y xenófoba; y su actuación en Irán le allanó el camino al islamismo jomeinista” (pág.48).

“Atrapados entre dos fuerzas indomeñables, la de la rabia árabe, que iba creciendo, y la de la arrogancia occidental, que golpeaba a derecha e izquierda con la sutileza de un paquidermo borracho, los míos estaban perdidos hicieran lo que hicieran.” (pag.49)

dimarts, 3 de gener del 2023

Reseña: El naufragio de la civilización (III)

 


Junto al “príncipe Chawqi”, resplandecía Taha Hussein, “apodado ‘el decano de las letras árabes’”. (pág.31) Ciego a causa de la pobreza, se convirtió en el “intelectual egipcio más respetado de su época” (pág.31). Reivindicaba la historia como herramienta científica frente la tradición acrítica. La publicación de una obra que hablaba de poesía preislámica. Provocó su suspensión de la Universidad de El Cairo. El gobierno rechazo la sugerencia del Gran Iman al-Azhar para que lo procesasen, el gobierno situó el debate dentro del ámbito académico. Llegó a ser rector de la Universidad de Alejandría, y ministro de Educación, entre 1950 y 1952. “Una de las primeras decisiones fue la de implantar la gratuidad de la enseñanza”. (pág. 32-33).


Que un intelectual, agnóstico, pudiera ascender en el ámbito cultural e intelectual, dice mucho de su valía personal, pero también, de la época en la que le toco vivir. Amin Maalouf, no cita datos que expresan una vitalidad cultural que desgraciadamente se fue disolviendo en la nada. Así, la Opera del Cairo se estrenó en 1871 Aida de Verdi; nombres como “Youssef Chahine o de Omar Sharif, dos libaneses de Egipto que el cine egipcio lanzó al escenario mundial; citar a los numerosos especialistas que certifican que la escuela de medicina de El Cairo fue, durante un tiempo, una de las mejores del mundo…”(pág.33).  El Cairo, en esa época, bullía en lo artístico, pero también en el ámbito del consumo donde destacaba con luz propia los almacenes Cicurel de El Cairo “que valía tanto o más que los almacenes Harrods de Londres y las Galerías Lafayette de París” (…)” (pág.33)


La ciudad de los padres de Amin Maalouf, el Egipto de aquel tiempo, “dejó de ser lo que había sido y dejó de  prometer lo que parecía haber prometido” (pág.34). Esto demuestra que no hay nada que perdure, que siempre puede haber cambios que vayan en dirección diametralmente opuesta a la esperada. En ese Egipto, la religión estaba compartimentada, no regía la vida de los ciudadanos en el orden público, a pesar de su evidente importancia, sin embargo, la deriva antioccidental, hundió esa vitalidad que Amin Maalouf rememora en el recuerdo de sus abuelos y padres.

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“Cuando enterraron a mi abuelo, en los primeros días de enero de 1952, en el cementerio maronita de El Cairo, las calles estaban tan apacibles como de costumbre, incluso aunque la tensión les resultase perceptible a quienes supieran notarla” (pág.35)


La tensión de la que habla Amin Maalouf, hace referencia a las disputas entre británicos y el gobierno egipcio, cuya permanencia en el canal de Suez, “no encajaba con la soberanía del país y que la población local toleraba con dificultad”. (pág.35)


El gobierno sometió al Parlamento, la derogación unilateral del tratado por les obligaba a tener en el Canal, fuerzas británicas. Eso ocurría en octubre de 1951, una explosión de jubiló por parte de la población. Sin embargo, el gobierno británico no tenía pensado abandonar la posesión valiosísima del Canal. La respuesta del “nuevo” primer ministro, Winston Churchill, fue reforzar la presencia militar en el Canal.


El primer ministro egipcio, Nahhas Pachá, también eterno dirigente egipcio, partidario de una democracia parlamentaria, no quería un enfrentamiento directo, pero tampoco quería dar marcha atrás por miedo a que le pasaran por encima fuerzas más nacionalistas e intransigentes. 


La estrategia utilizada por los egipcios fue lo que diríamos hoy, imaginativa, empezaron a cambiar los nombres de avenidas y calles, que fueran de británicos, empezando en Alejandría, nombres como  Kitchener o Allenby. En El Cairo, reconvirtieron clubs privados en parques públicos. 


También hubo acciones más arriesgadas y peligrosas contra instalaciones británicas. El gobierno dejó hacer a los jóvenes nacionalistas realizar esas acciones armadas. La respuesta británica se concreto el 25 de enero de 1952, asaltaron “los edificios de la policía, en Ismailia, en la orilla occidental del Canal. Fue una batalla en toda regla que duró varias horas y cuyo saldo fueron más de cuarenta muertos egipcios y un centenar de heridos. Cuando la noticia cundió por el país, toda la población reaccionó con rabia”. (pág.38)


La respuesta no se hizo esperar y el sábado, manifestantes que se fueron concentrando en las calles del El Cairo, empezaron a “destrozar y a incendiar las empresas britanánicas más visibles, tales como el banco Barclays, la agencia de viajes Thomas Cook, la librería W.H.Smith, el Turf Club o el hotel Shepheard, fundado cien años antes, que había utilizado como cuartel general el ejército inglés y seguía siendo uno de los más lujosos del país” (pág.38)


Los manifestantes acabaron por atacar cualquier lugar donde los occidentales se daban cita, sea, restaurantes, bares, clubs, y también los almacenes Cicurel, al terminar la jornada el balance de muertos ascendió “alrededor de treinta muertos, más de quinientos heridos y cerca de mil edificios incendiados. Todo el centro moderno de la capital estaba destruido”. (pág.38)


La responsabilidad de lo sucedido sigue siendo una cuestión debatida, según una versión, los amotinados no tenían consignas, sino que la vorágine de la violencia y la destrucción escapo de las manos, convirtiéndose en una masa destructiva y ciega. Para otros, si había una “mano invisible” que tenía claro los objetivos. En la dinámica de protestas se pasó de las críticas al gobierno inglés al egipcio, también contra el rey Faruk.


Nahhas Pachá, se vio impotente y sorprendido por la violencia de las manifestaciones y su pasividad le obligó a dimitir. Esos acontecimientos, pusieron en marcha movimientos que dieron lugar medio año después a una revuelta de “oficiales libres” (pág.39) que obligo al rey al exilio. Se estaba configurando el futuro ante dos fuerzas nacionalistas que impugnaban “la sociedad cosmopolita anterior” (pág.40). Los Hermanos Musulmanes, con amplios apoyos sociales y las fuerzas armadas de la mano del nuevo hombre fuerte, Abdel Nasser. Como dice Amin Maalouf,   la consecuencia fue que “la antigua clase dirigente entera la que iba pronto a salir del escenario mientras la abucheaban; y de forma definitiva” (pág.39).


El ascenso de Nasser, puso en marcha un proceso contra los emigrantes que tenían raíces en Egipto, como los padres de Amin Maalouf. Confiscaciones, expropiaciones, nacionalizaciones, fueron las armas que se utilizó para indicar la necesidad de salir del país, que antes era el suyo. 


“Mi abuelo había muerto antes del incendio del El Cairo y la revolución, pero sus herederos, a no mucho tardar, tuvieron que liquidar de mala manera, por una parte mínima de su valor, las propiedades que les había legado. Para dejar luego su Egipto natal y dispersarse: unos fueron a Norteamérica, y otros, al Líbano”. (pág.40)


Nasser acumuló todo el poder arrinconando a los Hermanos Musulmanes, convirtiéndose en presidente de la República. Lo que empezó Nahhas Pachá, Nasser anunció el 26 de julio de 1956, la nacionalización del Canal. Gran Bretaña, Francia e Israel, pusieron en marcha acciones bélicas, pero los EEUU desautorizo la aventura militar y Moscú amenazo con represalias. La victoria moral y política fue absoluta para Nasser, convertido en el nuevo caudillo de los países oprimidos.


Al decir de Maalouf, “en ese momento fue cuando el rais dictó la sentencia de muerte del Egipto cosmopolita y liberal. Adoptó una serie de medidas para expulsar del país a los británicos, a los franceses y a los judíos.” (pág.41) El resultado fue “un éxodo masivo de todas las comunidades conocidas con el nombre de “egipcianizadas”, algunas de las cuales llevaban varias generaciones, e incluso varios siglos, afincadas a orillas del Nilo.” (pág.42)


dilluns, 2 de gener del 2023

Reseña: El naufragio de las civilizaciones (II)

 I.- Un paraíso en llamas





“Nací en Beirut, el 25 de febrero de 1949. La noticia la dieron el día siguiente mismo, como se hacía en algunas ocasiones, en un suelto del periódico en que trabajaba mi padre. “El niño y la madre gozan de buena salud” (pág.24).

“Egipto, patria adoptiva de mi familia materna, estaba en ebullición. El 12 de febrero, dos semanas antes de nacer yo, habían asesinado a Hassan al-Banna, fundador de los Hermanos Musulmanes.” (pág.24)

“Su asesinato era la respuesta al del jefe de gobierno egipcio Nokrachi Pachá, a quien había matado un Hermano Musulmán mes y medio antes, el 28 de diciembre. (…) Un asesinato perpetrado a su vez como reacción a la decisión adoptada por el gobierno, el 8 de diciembre, de disolver la Hermandad.” (pág.25)

“Ese enfrentamiento –Gobierno y la Hermandad- empezó en Egipto el siglo pasado, en la década de 1920, y acabó por tener repercusiones en el mundo entero, desde el Sahara hasta el Cáucaso y desde las montañas de Afganistán hasta las torres gemelas neoyorquinas, que atacó y destruyó el 11 de septiembre de 2001 un comando suicida al mando de un militante islamista egipcio” (pág.25). Este fragmento, permite comprender que cualquier acontecimiento, por insignificante que pueda parecer en el momento de su aparición, puede generar derivadas que nadie puede prever, dando lugar a un cisne negro –Nassim Nicholas Taleb- es decir, un acontecimiento altamente improbable, que escapa por completo, a las previsiones de las sociedades. ¿Estamos incubando nuevos cisnes negros? 

Esto significa, que no existe leyes inmutables de orden causal, que haga que “cuando la flecha está en el arco, tiene que partir” (Sánchez Ferlosio), ni una fatalidad o destino que haga inútil cualquier intento para impedir lo que acaba por suceder. La complejidad de las sociedades actuales, impide cualquier prognosis sobre el futuro. Sin embargo, nuestro comportamiento tiende a eliminar aquello que no podemos anticipar y echar mano de recetas antiguas para actuar sobre los nuevos, generando, inevitablemente, errores y fracasos, pues, no existen sucesos que se repitan en una espiral o ciclos históricos. Cualquier acontecimiento en la actualidad, comporta derivadas de todo orden, que no es posible, sin más, despacharlas como una nueva versión de lo antiguo. 

El autor narra las vicisitudes de sus abuelos entre el Líbano y Egipto. Destaca un hecho singular. Así, puede decir, “Mientras que en el valle del Nilo había otros alimentos. En música, en literatura y en otras muchas artes se estaban asistiendo a una auténtica plétora en la que los inmigrados de cualquiera orígenes y confesiones se sentían invitados a participar con tanto derecho como la población local.” (pág.29). Subrayo en cursiva, el talente existente en ese “Levante” que pudo llegar a ser y que no fue.

El autor enuncia algunos nombres de ese panorama artístico e intelectual. Umma Kalzum “cantaba los runaiyat de Omar Jayam y la inolvidable Asmahan, emigrante siria, celebraba Las dulces noches de Viena, Leila Mourad (cuyo apellido paterno era Assouline), heredera de una larga tradición de músicos judíos, hacía estremecerse las salas con sus canciones de culto, que decía: Mi única guía es mi corazón”. (pág.29) Nombra a Claude François, que “escribiera inicialmente”, My Way, tema mítico de Sinatra, François era “un francés de Egipto” (pág.29), Paul Anka, la popularizase, en Estados Unidos, siendo el propio Paul Anka, un norteamericano de “origen sirio-libanés” (pág.30). Otros nombres, Dalida, Moustaki, Guy Béart, también habían nacido en Egipto. El poeta Guiseppe Ungaretti, había nacido en Alejandría (1888).

Nombres como Ahmed Chawqi, “el príncipe de los poetas” (pág.30) era un faro de ese Egipto que acabó por desaparecer. Dice Maalaouf, “Cuando estoy en Roma, voy a veces a los jardines de la Villa Borghese, donde se alza una estatua del poeta egipcio, con corbata de pajarita, una rosa entre los dedos y la cabeza levemente echada hacia atrás como en los recuerdos de mi padres”. (pág.31)


divendres, 3 de maig del 2019

Epílogo: Egipto

Epílogo

"Sócrates.- Pues bien, oí que había por Náucratis, en Egipto, uno de los antiguos dioses del lugar al que, por cierto, está consagrado el pájaro que llaman Ibis. El nombre de aquella divinidad era el de Theuth. Fue éste quien, primero, descubrió el número y el cálculo, y, también, la geometría y la astronomía, y, además, el juego de damas y el de dados, y, sobre todo, las letras. Por aquel entonces, era rey de todo Egipto Thamus, que vivía en la gran ciudad de la parte alta del país, que los griegos llaman la Tebas egipcia, así como a Thamus llaman Ammón. A él vino Theuth, y le mostraba sus artes, diciéndole que debían ser entregadas al resto de los egipcios. Pero él le preguntó cuál era la utilidad que cada una tenía, y, conforme se las iba minuciosamente exponiendo, lo aprobaba o desaprobaba, según le pareciese bien o mal lo que decía. (…) Pero cuando llegaron a lo de las letras, dijo Theuth: "Este conocimiento, oh rey, hará más sabios a los egipcios y más memoriosos, pues se ha inventado como un fármaco de la memoria y de la sabiduría". Pero él le dijo: "¡Oh, artificiosísimo Theuth! A unos les es dado crear arte, a otros, juzgar qué de daño o provecho aporta para los que pretenden hacer uso de él. Y ahora tú, precisamente, padre que eres de las letras, por apego a ellas, les atribuyes poderes contrarios a los que tienen. Porque es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde fuera, a través de caracteres ajenos, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos. No es, pues, un fármaco de la memoria lo que has hallado, sino un simple recordatorio. Apariencia de sabiduría es lo que proporcionas a tus alumnos, que no verdad. Porque habiendo oído muchas cosas sin aprenderlas, parecerá que tienen muchos conocimientos, siendo, al contrario, en la mayoría de los casos, totalmente ignorantes, y difíciles, además, de tratar porque han acabado por convertirse en sabios aparentes en lugar de sabios de verdad". 

Platón,  Diálogos III. Fedro (274c-275b) (págs. 401-404)
Biblioteca clásica Gredos, Madrid, 1986. 


Thot, el patrón de los escribas


Theuth es Thot, el patrón de los escribas. La escritura y lo que significa. Escritura contra memoria es lo que se cuestiona aquí. Todo lo dicho, si nos atenemos a la escritura, puede convertirse en letra muerta. La memoria de lo vivido hace que lo escrito, pueda ser recordado en el alma, en la conciencia de lo que hemos vivido. La ventaja de este viaje a Egipto, es que hemos vivido un recorrido por la eternidad hecha piedra. Donde la inmortalidad no eran vanas palabras, sino certeza. El templo, como espacio de comunión con la divinidad. Todas las experiencias, cuando se vuelva a leer el texto, sobre un poco de historia… nos permitirá renacer en nosotros esa conexión con ese pueblo egipcio que vivió hace tres mil años y que creían en la inmortalidad, mientras que nosotros sólo podemos aspirar a creer en Paulo Coelho, como mucho.

divendres, 26 d’abril del 2019

Egipto: El Cairo- Barcelona

Día 8

Nos hemos levantado  -rutina turística- a las 5.45h. Ducha y desayuno para vips en la planta de recepción. Hoy no hemos tenido síndrome pueblerino. Hemos ido a saco. ¡Es un escándalo que a estas alturas el colesterol, azúcar y la cafeína, es decir, la tríada maléfica, nos haga limitar las posibilidades casi infinitas de comer, especialmente, lo dulce.




Hemos acumulado cierto retraso a la hora de salir. Sobre las 7.25h, finalmente, hemos salido del hotel al aeropuerto, el vuelo está previsto a las 10.55h. Como siempre el tráfico era un espectáculo. Hemos contemplado la estrambótica manera de edificar y construir edificios, así como la manera de ir ocupándose. En algunos carteles se anunciaban ofertas en las que había que pagar una entrada del 5% y la finalización del edificio se preveía para 5 0 7 años. Ese tiempo permite ahorrar sin hipotecas. El problema es ¿dónde vives? 


Cortesía de Carme


Los carriles de la vía de circunvalación iban llenos, casi todos los automóviles eran de 5ª mano por lo menos, deslizándose a golpe de claxon y con los móviles en mano. En nuestro recorrido, una gran cantidad de gente esperaba para coger unos micro-autobuses que hacen las veces de transporte público. Hay una cantidad ingente de estos vehículos, estos también de 5ª mano.


Cortesía de Carme




Hemos tenido momentos fluidos en el tráfico, pero en determinadas zonas, se ralentizaba. El tiempo pasaba y no acabamos de llegar al aeropuerto. Por fin, sobre el horario previsto, hemos podido salir del autocar, nos hemos despedido de nuestro guía accidental, un joven muy amable y risueño que sabía un montón de fútbol internacional. En Egipto, y especialmente en El Cairo son forofos del fútbol. 

Dentro del aeropuerto, modernísimo y espectacular nos aguardaba el otro representante del operador de viajes (Galaxy). Facturar, los controles corporales y de equipaje. ¿Cuántas veces hemos realizado todo ese ritual? Da vértigo pensarlo y contarlo.



Aeropuerto de El Cairo

Puerta de embarque 12, por supuesto en el ala más alejada del aeropuerto. ¡No había internet! La espera ha sido tediosa, por fin, hemos embarcado, justo para poder despegar al cabo de poco rato. El vuelo tiene una duración de cuatro horas. Hay una hora de diferencia entre El Cairo y Barcelona.

A la hora prevista llegábamos al aeropuerto Josep Tarradellas. Pasar el control de aduanas, recoger el equipaje y buscar el autocar hasta nuestro destino.

El autocar, impecable y modernísimo, contrastaba con los que hemos ido a lo largo del viaje por Egipto. El conductor ha escogido la ruta más larga, pues, ha ido por la Ronda de Dalt, podría haber utilizado la otra vía que va hacia Girona. La cuestión es que el autocar ha dejado a una gran parte de nuestros compañeros en el mismo lugar que a la ida, después nos ha dejado a nosotros y al resto de compañeros. Sobre las 16.15h hemos abierto la puerta de casa. El viaje había finalizado, físicamente, ahora empieza el viaje de la imaginación y la memoria que son mucho más extensas en el tiempo.


dijous, 25 d’abril del 2019

Egipto: El Cairo

Día 7

A las 5.45h el móvil nos ha despertado, en su nueva función de despertador oficial. El teléfono del hotel, ha sonado también. La sincronización era perfecta.

Ducha y desayuno. ¡Pero no cualquier desayuno! En la planta de recepción hemos entrado para el desayuno. La abundancia era exuberante. Había de todo, dulce, salado. Un Chef, preparando al instante tortillas. En fin, un lujo superlativo. ¡Y sólo eran las 6.20h de la mañana!







Nuestro instinto pueblerino, parecía alertarnos que nos habíamos colado en la sección vip, pero, no. Sucede que en la planta superior, hay otro comedor donde desayunamos la primera vez. Pues, en la planta baja estaba cerrado. Eso es debido a que la planta superior abre más temprano, mientras que en la planta de recepción abren a las 6h.








Hemos subido al autocar para ir a la mezquita de Muhammad Alí. Tiene un cierto aire a la de Santa Sofía (Estambul, Turquía). Las columnas son de alabastro. Está situada en una fortaleza que desde allí se ve El Cairo. La visión era difuminada y borrosa, debido a la contaminación. Hemos descendido del autobús, y hemos recorrido a pie la distancia desde la parada de los autocares hasta la mezquita. ¡Los vendedores ambulantes hacían guardia! Antes de entrar en ella, nos hemos puesto unos plásticos para los zapatos. ¡Todo estaba previsto!











Nuestro guía Ahmat, nos ha explicado su historia. La mezquita es amplísima. Sin obstáculos de mobiliario, aún la hace aparecer más grande y amplia. Unas lámparas enormes dan luz a la instancia. He podido fotografiar la cúpula cómodamente instalado en el suelo. 





Después de recorrer las arterias imposibles de la circulación, nos hemos trasladado al Museo Egipcio, uno de los platos fuertes de la jornada. El Museo se encuentra en pleno centro de El Cairo. Los hoteles de más alto standing se encuentran a tiro de piedra del Museo. La circulación era caótica. Hemos comprado los tickets para hacer fotografías. ¡Nadie nos ha pedido comprobar los dichosos tickets. Un nuevo control, más escáneres. Lo rutinario. 



El Museo es un almacén de historia del Antiguo Egipto. El polvo era la estrella del lugar, se adhería a todas las estatuas y monumentos, excepto los que estaban protegidas por vitrinas. A las afueras, en Giza, se está construyendo el nuevo Museo, gigantesco y  faraónico que posibilitará exponer todos los fondos que el Museo atesora. Pero en el viejo, parecía que ya empaquetaban. Tuve la sensación que todo el contenido no merecía demasiado mimo. Imposible visitar y contemplar la ingente cantidad de monumentos, esculturas y piezas de todo tipo que pueblan el Museo.


Jean-François Champollion (1790-1832)

Embalando piezas

El polvo cubriéndolo todo


La iluminación es catastrófica, las piezas son iluminadas sin orden ni concierto, los reflejos que se producen en los objetos, no permiten contemplarlos como deberían. Casi imposible hacer fotografías.


Reflejos imposibles


La estrella del Museo, es el pabellón de Tutankamón. Está prohibido hacer fotografías. El espacio dedicado es muy pequeño. Demasiada gente arremolinada en torno a todos los objetos, sarcófago, y joyas que se exponen. La máscara es de una belleza extraordinaria y da fe de una técnica prodigiosa. El sarcófago, es espectacular, por la delicadeza de sus relieves y dibujos. Belleza, ostentación, oro, un fabuloso tesoro que deja sin aliento.








Nosotros no somos Howard Carter, pero hemos disfrutado enormemente de ese legado a la eternidad que el faraón Tutankamón se regaló. Como no todo es Tutankamón, hemos recorrido el museo-almacén, en busca de otras piezas famosas. Una de las salas visitadas, es la de Akenaton.







La sala de Amenhotep IV/Akenatón (1350-1334 a.C.) es también impresionante, sobre todo por lo que representó dicho faraón, al ser el primero en edificar una religión monoteísta,  en un reino acostumbrado al politeísmo. Sus estatuas impresionan, sus facciones son realmente estilizadas. Una tipología muy diferente a sus predecesores, una figura andrógina, que ha dado mucho que hablar y especular.  La figura del faraón, ha sido evocada por Freud que en uno de sus estudios nos dice lo siguiente: “Durante la gloriosa dinastía XVIII, bajo cuya égida Egipto llegó a ser por vez primera una potencia mundial ascendió al trono, por el año 1375 a.C., un joven faraón que primero se llamó Amenhotep IV, como su padre, pero que más tarde cambio de nombre, [Akenatón]. Este rey se propuso imponer a sus egipcios una nueva religión, una religión contraria a sus tradiciones milenarias y a todas sus maneras familiares de vivir. Tratábase de un rígido monoteísmo”. (S.Freud, OC.IX, pág.3250). Más adelante nos dirá: “(…) Si Moisés era egipcio y se transmitió a los judíos su propia religión, entonces ésta fue la de Aketanón, la religión de Atón [culto solar de On]” (pág.3251). Las especulaciones de Freud, son muy interesantes y permiten explicar, según el parecer de Freud, que la marcha de los judíos de Egipto, habría tenido lugar después de la muerte de Akenatón, donde el vacío de poder, permitió a Moisés, el éxodo.

Hay que decir, que la Sala de Akenantón, es un espacio pequeño atiborrado de objetos. Una de las causas de mi perplejidad en el Museo, es que la información sobre el objeto que visitas, parecen haber sido hechas precipita-damente. En Google, cuando marcas el Museo, se traslada a Giza –la nueva ubicación, aún en fase de construcción y acondicionamiento- y no en la ubicación que aún tiene en pleno corazón de El Cairo.

Hemos recorrido las diferentes Salas, hemos podido contemplar las piezas esenciales al parecer de nuestro guía Ahmat. El escriba, los enanos, Kefren [Quefrén]. Las diferentes galerías visitadas, parecían que tenían que ser evacuadas de manera inminente, plásticos envolviendo a estatuas, listas para su nuevo destino. La grandiosidad del nuevo edificio en Giza, hay que confiar que podrán ponerse las piezas, estatuas y monumentos de manera más adecuada. Incluso nuestro atípico guía, nos decía, que probablemente, algunas piezas que se conservan en otros museos del mundo, están mejor preservadas allí que lo hubieran estado aquí [Egipto].





Quepos








Después nos hemos dirigido hacia un restaurante de “comida típica egipcia”. El local dividido en dos ambientes, el moderno y el “kitsch egipcio”. Muchos platos con abundante ración de especias y picantes, pan de pita, carne con arroz y unas patatas fritas que no venían a cuento. No se servían bebidas alcohólicas. Un café que pretendía ser turco y no pasaba de malo. El local era familiar. La comida era buena, pero había en exceso.


kitsch egipcio



Al salir del restaurante, junto al Nilo, lo que apetecía era caminar por las calles céntricas de El Cairo, estábamos muy cerca de la famosa plaza Tahrir, centro de las manifestaciones de la primavera árabe. Todo ese movimiento está enterrado por el golpe de estado del nuevo hombre fuerte, que aparece profusamente por todas partes, el general Abdelfatah Al-Sisi. 


Más tarde nos acordaremos de él. Sin embargo, ha sido imposible darnos ese capricho. Éramos un blanco muy fácil, así que no nos han dejado ir por libre. Hemos caminado unos doscientos metros hasta el autocar. Había que ir al hotel, pero aprovechando el viaje, nos han dado una vuelta por el centro y alrededores, cumpliéndose así la sugestión del anterior día. Era una victoria pírrica. Hemos pasado por la zona de embajadas, el tráfico era en hora punta, las 14.30h. 

   
           


Hemos visto el “cementerio vivo”, todo lleno de polvo y vida. El cementerio ha sido ocupado por centenares de miles de personas. A medida que nos alejamos del centro, las viviendas se hacían más surrealistas. Escombros en los tejados, abandono y desolación en medio de una vitalidad desconcertante. Riadas de coches circulando milagrosamente sin semáforos, y a pesar de ello, de manera bastante fluida.

Hemos llegado al hotel sobre las 16.15h. Nos hemos despedido de nuestro guía Ahmat. A las 18h nos llevaban a nuestra última actividad de nuestro viaje. Una cena en barco por el Nilo. Mañana nos espera el aeropuerto y regreso a casa.



A las 18.15h hemos salido del hotel. Uno de nuestros compañeros de viaje no ha venido, se sentía indispuesto. Dirección al centro el tráfico se ha hecho tan espeso que hemos estado 30’ para hacer unos 500 mts. Al parecer una autoridad –el Presidente- ha logrado paralizar el centro de El Cairo, es decir, en la plaza Tahrir. Hemos llegado con el tiempo justo, después de las colas interminables que hemos sufrido. El barco-restaurante ha salido sobre las 20.30h. La cena ha sido muy discreta, un buffet libre, con poca variedad. Un espectáculo para turistas también discreto, ha culminado con la danza del vientre a cargo de la bailarina de turno. Mientras el elenco de artistas hacía sus números, he salido a cubierta para realizar fotografías del skyline de El Cairo. Me ha sorprendido ver una lancha motora junto al barco. ¡Eran nuestros escoltas!  A la vuelta hemos ido al hotel en un tiempo record, 30’. Son las 23.30h cuando acabó de escribir este resumen de este último día en Egipto. Mañana regresamos a casa.