dimecres, 1 d’agost del 2012

matanza en Denver

Desde hace días quería escribir sobre lo sucedido en Denver. Una matanza que ha provocado la muerte de 12 personas con nombres y apellidos a manos de James Holmes. Estudiante de postgrado “le habían concedido una beca del Instituto Nacional de Salud para estudiar neurociencia en la Universidad de Colorado en Denver” (El País, 29-7-2012). ¿Qué ha pasado? La matanza tuvo lugar en el estreno de la película Batman, el caballero oscuro, en la ciudad de Aurora. Su modus operandi fue disparar desde detrás de la pantalla. La facilidad para obtener armas de fuego facilitó la labor de Holmes. Su perfil parece la de una persona “brillante” en el plano académico, pero poco sociable. En junio tenía que pasar unos exámenes pero no los supero y el mismo día empezó a comprar armas y munición.




En la comparecencia ante el juez apareció como un zombi. Es probable que estuviera sedado. ¿Cómo se pasa de ser un estudiante de postgrado prometedor a ser autor de una matanza? Nunca sabremos lo que le ha sucedido. ¿Acaso importa? Nos gustaría entender –el proceso por el cual fraguó la idea de matar- para poder imaginar que se pudiera impedir. Desgraciadamente estamos ante el fenómeno de los “cisnes negros” (N. N.Taleb), es decir, de hecho imprevisibles que no pueden ser detectados sino después que han sucedido. Algo semejante a lo ocurrido en el 11-s, excepto que tal como narra Lawrence Wright en “La torre elevada”, bien se podría haber hecho algo más.



¿Se le declarará como loco o cuerdo? ¿Le espera la pena de muerte? Lo cierto, es que tras el suceso, ningún político –y menos en época electoral-, se le ocurrirá plantearse, siquiera, la posibilidad de limitar la posesión de armas de fuego. La facilidad para su obtención hace posible estos dramas humanos. También lo hacen multitud de factores que Holmes empezaba a estudiar. La muerte absurda de personas inocentes hace que la vida de Holmes sea importante. La voz del Antiguo Testamento clama venganza. Entiendo que los familiares quieran venganza, es lo único que tienen. La sociedad sabe que Holme está condenado de por vida. Tiene 24 años. Es posible que cuando acaben sus apelaciones –en el caso más que probable que se le condene a pena de muerte-, tenga 40 años. Es obvio que la pena de muerte parece solucionar todos los problemas, pero no es verdad, simplemente los aplaza. Veremos como acaba esta historia de horror y sufrimiento.