dimecres, 27 de juliol del 2011

El hambre en el siglo XXI


En este verano atípico –al menos en Cataluña- donde las temperaturas no acaban de estar a la altura que el gremio hostelero suspira, en la TV aparecen imágenes que parecen provenir de otras épocas. En el lejano 1967-1970 aparecieron en la “pequeña pantalla” imágenes de niños moribundos, con los vientres hinchados, en medio de una guerra en el tablero de la “guerra fría”. Esas imágenes quedaron grabadas en la retina para siempre. De este conflicto nació la ONG Médicos Sin Fronteras.



Ahora, en pleno siglo XXI, las TVs vuelven aparecer imágenes que nos retrotraen al pasado. El escenario ya no es Nigeria, ahora es Somalia, un país que no existe y que se debate en guerras particulares. Las noticias hablaban de retrasos técnicos para hacer llegar la ayuda. Supongo que esos retrasos se deben, probablemente, al mercadeo entre los señores de la guerra que querrán su parte de este botín y todas los problemas logísticos y políticos que Europa conlleva. No hay fatalidad, ni naturaleza hostil, simplemente, cuando los estados no existen y cuando no hay instituciones democráticas que velen por sus ciudadanos, cualquier causa puede llegar a generar desastres humanitarios. ¡No es para indignarse!

diumenge, 24 de juliol del 2011

Tragedias globales


Leyendo las páginas de los periódicos la sensación de catástrofe parece apoderarse de todo el escenario mediático. La tragedia de Utoya (Noruega) deja un balance sobrecogedor de 85 jóvenes muertos, amén de otras 7 en el atentado bomba en el centro de Oslo. ¡Qué nos está pasando? Noruega es uno de los países más igualitarios del mundo. Pero el discurso xenófobo también cala en sociedades que han construido un modelo de sociedad basado en la cooperación y solidaridad. La erosión de esos valores a través de discursos incendiarios hace posible que alguien los pueda tomar en serio y pase a la acción. No sé si ha sido obra de una o varias personas, descartada momentáneamente , la acción islamista, queda la sensación atroz que el asesino no tiene la piel oscura sino que es uno de los “nuestros”. Con semejantes amigos ¿por qué preocuparse de los enemigos? Muerte, desolación y perplejidad debe atenazar esa sociedad que es modelo del Estado del bienestar y que debe preguntarse angustiada ¿qué hemos hecho mal? Lo que si queda claro tal como ha declarado el primer ministro Stoltenberg que la respuesta debe ser más democracia. Puede parecer retórica, pero esconde un mensaje importante: si el miedo nos atenaza la democracia corre el riesgo de verse hundida por la obsesión de la seguridad, y en este caso, quien ha asesinado a inocentes con el pretexto del odio, habrá ganado.



El hambre asola el cuerno de África. Somalia, en el epicentro del desastre humano. La falta de agua -una sequía con tintes bíblicos- de manera inmediata y la ausencia de estado que intente mejorar la vida de sus ciudadanos hace que el paisaje humano se llene de niños hambrientos y que mueran ante la impotencia de sus madres. Unos territorios dejados de la mano de los Organismos Internacionales, envueltos en guerras intestinas, en los que nunca faltan armas, vuelve a primer plano para mostrarnos de la peor manera posible, nuestro fracaso como Comunidad Internacional, que cientos de miles de niños puedan morir de hambre en pleno siglo XXI. ¡No es para indignarse!



dissabte, 16 de juliol del 2011

Cuerda de presos

Semana de miedo y espanto en las bolsas europeas. Los inversores ha sufrido un auténtico “chute” de adrenalina, gracias a las turbulencias provocadas por las Agencias de Calificación a costa de Grecia. ¿Por qué los inversores siguen en ella?

Dinero público y dinero privado. La mezcla alegre de ambos en los sistemas bursátiles (privados) está en el fondo del asunto. La deuda del Estado no debería haber entrado jamás en los circuitos de los mercados financieros (privados). Al contaminar esa deuda ha generado y está generando todas estas turbulencias. Los (ir)responsables del BCE deberían haber asumido que la emisión de deuda soberana fue a través del BCE y no a cuenta de cada país. El resultado hubieses sido otro y no hubiera generado las pérdidas millonarias que suponen un empobrecimiento grave de la ciudadanía de esos países.
   



A todo esto, los gobiernos nacionales son incapaces de hacer frente a este desaguisado. Que el próximo presidente del BCE sea Mario Draghi, actual presidente del Banco Central de Italia, no deja de ser irónico. “Fue vicepresidente de Goldman Sachs, el banco de inversión estadounidense, precisamente en los tiempos en los que éste participó activamente en la ocultación de las trampas contables del gobierno griego” (Alberto Garzón Espinosa, Piju$ Economicus).


Así que el nuevo mandatario, a partir del 31 de octubre, se pondrá manos a las “sobras”. Otro que pedirá más sacrificios a los asalariados para transferirlos a las rentas del capital. Mientras esto siga así, estamos perdidos. ¡Los gobiernos de nuestros respectivos países han dado el visto bueno a ese nombramiento! ¡No es para indignarse! No hemos aprendido nada de las crisis anteriores (recesión del 1991; crisis financiera asiática, 1997; crisis de las puntocom 1999-2003; crisis económica 2008, crisis bursátil de octubre 2008; burbuja inmobiliaria en España, 1998-2008, momento actual de crisis, debido a los efectos multiplicadores del 2008). Hay una aceleración en el proceso de gestación de crisis. La interdependencia de los países y sus mecanismos bursátiles a escala global hacen muy sensible lo que sucede en cualquier parte del mundo. Somos una cuerda de presos de los que tiran “los mercados”. ¡Nos llevan al matadero!


La mezcla de fondos soberanos y capital privado ha generado derivas imprevistas. Por ejemplo, que fondos de inversión (capital privado) jugarán a comprar deuda pública al alza, presionados por las Agencias de Calificación, y aumentando la rentabilidad de los bonos o letras del Tesoro del país afectado. Esos fondos privados han logrado que los trabajadores de esos países -sometidos a estas presiones- se vean ahora, castigados con jubilaciones más largas, debido a que esos mismos fondo de inversión –planes de pensiones de los metalúrgicos alemanes, por ejemplo- han presionado para obtener ellos más rentabilidad y así aumentar sus prestaciones. Es decir, unos jubilados presionan a los futuros jubilados de otros países a tener que trabajar más años, para que los actuales tengan más prestaciones (a través de los fondos de inversió). ¡Adiós a la solidaridad obrera!

dilluns, 11 de juliol del 2011

Jugar a la ruleta

Hoy los mercados financieros y las bolsas han caído gracias a la pasividad de las autoridades europeas y a los “emprendedores” que buscan beneficios en la especulación. Mientras Europa siga el hilo –más bien madeja- de los mercados nada sólido nos espera. Si cada país espera el derrumbe del vecino, poco cabe esperar. Los mercados se han lanzado a la caza de más por menos. “La prima de riesgo española ha superado hoy por primera vez en la era euro los 330 puntos básicos y la italiana se ha situado por encima de los 300.” (El País, 11-7-2011). Los inversores quieren simplemente ganancias fáciles a costa de dejar maltrecha las economías nacionales.

El BCE debería asumir el coste de la deuda, porque sale más barato que dejar que los movimientos especulativos hagan subir de manera artificial los costes que para los Estados supone la emisión de deuda en los mercados. Los posibles rescates financieros de Grecia, por ejemplo, van a salir más caro que si su hubiese comprado la deuda el BCE. ¿Por qué razón se deja a los mercados que determinen los beneficios que pretenden obtener a expensas de los ciudadanos de esos países que quedan en manos de interés ajenos? La única respuesta es la falta de liderazgo político. Cada país intenta que no le toquen. Italia aparece en el nuevo escenario. ¿No tendrá nada que ver con el hecho de querer imponer un impuesto a las transacciones financieras? Mientras Alemania y Francia vayan por libre, la Unión Europea está condenada a ir a la deriva. Seguramente las dos grandes potencias esperan que se vayan hundiendo las demás, pero si eso fuese posible, ¿ acaso esperan escapar del desastre? ¡Por cierto, que dimitan los (ir)responsables del BCE! ¡ Dimisión ya de José Manuel Durao Barroso, Jean-Claude Trichet, Jean-Claude Juncke y Catherine Ashton! Si seguimos así, no tiene sentido ninguna elección que valga. Deberíamos pensar en votar a las agencias de calificación que al parecer son las que toman las decisiones por los gobiernos. Al menos sabríamos a qué atenernos. ¡Olvidemos a Rubalcaba o Rajoy! ¡Y unámonos alegremente a Standard & Poor's y Moody's S&P, Fitch, Japan Credit Ratings, R&I, A.M. Best, porqué ellos nos llevaran a la ruina!