dilluns, 26 de gener del 2009

Ficciones ilusorias

Estoy leyendo el libro "Esto no es música" de J.L.Pardo. Quisiera comentar su capítulo: " Entró por la ventana del cuarto de baño... ". Habla de la interpretación de G.Deleuze sobre Nietzsche a propósito de la interpretación de la "inversión de valores".

El asunto por sí mismo es abstruso. Cuando entra en escena Deleuze la oscuridad se cierne en toda la caverna. "Descripciones poéticas", "narrativas" para explicar el desasosiego de Deleuze. Habla de "un fondo esquizofrénico". La sociedad moderna, no le gusta y poetiza. ¿Acaso quiere cambiarla? Eso sería ilusión, fantasía, simulacro. Saturno vence a Zeus. El mundo moderno, es decir, nuestra sociedad vista desde esa narración alucinada es una lucha desenfrenada de fuerzas sobrenaturales inmanentes. Quien esto escribe, también poetiza.

Por poner un ejemplo, en el capítulo no aparece nada de todo esto. Obama expresa por ejemplo, en el tiempo de Aión una bifurcación, pero ésta es una ilusión. Es una metáfora. Nietzsche expresaba su desazón por el mundo moderno decretando que todo era una ficción.

Leo este capítulo y no llego a entender a dónde quiere ir a parar Deleuze. Porque si se trata de una "narración", ¿por qué ésta es más interesante que las otras? Si todas son ficciones para qué escoger. ¿Qué posibilidades abre? ¿Hay un tiempo para la revolución, la revuelta, la protesta, o la performance? El asunto admite gradaciones -iba a decir, degradaciones-. ¿Cronos nos invita a la revuelta, a la diversión?



G.Deleuze

¿Cómo expresar en la "ficción" ese tiempo liberado? ¿Cómo condensar esa narratividad en esta ficción que llamamos "sociedad moderna"? ¿Acaso podemos anularla? Si desde una perspectiva filosófica podemos saludar este tipo de descripciones como un juego de lenguaje más poético que otros, desde un plano político-moral, no parece que esas narraciones tengan capacidad para transformar -aunque sea modestísimamente- esas ficciones que son nuestras sociedades modernas.

dijous, 8 de gener del 2009

Libros: Casavella y los vampiros

Reseña

Acabo de leer el último libro de Francisco Casavella que desgraciadamente ha fallecido víctima de un infarto el 17 de diciembre de 2008. Detrás de ese nombre literario se escondía Francisco García Hortelano. El libro "Lo que sé de los vampiros". Círculo de Lectores.



Pretender resumir un libro como éste es tarea en la cual no puedo entrar. He dicho un libro, y éste hace que dicha palabra cobre sentido. Se escriben tantos "libros" que cuando aparece uno como éste deja en mal lugar a los otros. El libro es una narración de personajes periféricos y desclasados. Viven vidas que no han escogido, pero que se ven obligados a llevarlas acabo para poder sobrevivir.

Los personajes de esta epopeya canalla son Martin de Viloalle y Bazán, Benvenuto Fiermosca, Rosella y Guilia Fieramosca, Welldone y las ciudades donde aparecen Martin y Welldone, Príncipe Carlos y Luisa Principes , una carta, París y la Revolución francesa, Rivette y Emmanuel, Madame Rose de Marceua, Roberta, Mrs.Ferguson.

El elenco de personajes es abundante, porque la novela es un río que a medida que avanza la novela se va haciendo más caudaloso.

Sinopsis: Martín de Viloalle es el hijo que tendrá que marchar por no ser primogénito. Sin embargo, el primogénito Gonzalito se escapa para vivir su propia vida. Martín debía ingresar en los jesuitas. Estaba su hermana Elvira y sus hermanos Gil, Jorge y Juan. Elvira deberá casarse con la familia Bermúdez para ampliar influencia de la familia.

Martín sufre por la separación de Elvira. En Villagarcía de Campos Martín empieza su andadura para convertirse en miembro de la Compañía. Un decreto del Rey expulsa a la Compañía de España. Martín aún es novicio, puede dejarlo o acompañarlos en su exilio. Ésa será su opción. Desde Villagarcía de Campos hasta Roma el camino será largo y tortuoso. El puerto del Ferrol será el punto de partida para su travesía al exilio . En el San Juan Nepomuceno trabará conocimiento con su capitán Idiáquez. En el trayecto tendrá que desarrollar habilidades que desconocía. Una habilidad de Martín es su capacidad para dibujar. Idiáquez unirá el destino de Martín a Benvenuto Fieramosca.

Fieramosca –el apellido está cargado de sentido-, se dedica al “arte”. Es vendedor de “antigüedades” que vende a los amantes del coleccionismo. Su negocio es prospero y tiene una reputación que guardar. Martín en Roma se transmuta en Da Vila. Martín entra al servicio de Fieramosca no como dibujante, sino como preceptor de las hijas de Benvenuto. Rosella y Giulia.

A falta de la capacidad de imitar las grandes obras de la pintura –el negocio de Benvenuto-, se dedica de forma anónima a la caricatura. Benvenuto recibe visitas de todos los lugares de Europa. En una de esas visitas de negocios, saludara a Wilson y lord Robert Skylark. Una aparición breve, pero de efectos a largo plazo en la novela.

En la estela de los ingleses aparecerá el señor de Welldone. Éste también se dedica a los negocios de antigüedades en el más amplio sentido de la palabra. Rosella es un torbellino de gracia y sensualidad. Rosella dirá a Da Vila: -“No te preocupes, yo te enseño”. (pág.135). Da Vila que no parece despertar del sueño de novicio descubrirá la sensualidad y la sexualidad todo en un momento glorioso.

Welldone para conocer todo a y todos. Especial inquina tiene a Voltaire. Welldone le dice a Da Vila: “¿Te gustaría ser un calumniador, un metomentodo, un intrigante, un veleta,, un exhibicionista, un cobarde, un adulador, un hipócrita, un mal poeta, un entendido en cien cosas y en nada maestro, un sabio de salón, un histérico, un avaro, un hombre incapaz de cualquier quietud, de cualquier recogimiento, (...), un intrigante, más que nada, un asqueroso intrigante, pero también un manipulador, un traidor, un ahorcado, un gamberro, un sofista fósil, un sofista embalsamado, la momia de un sofista..?” (pág. 152).

El mundo de Da Vila da un giro al torcerse los turbios negocios de su patrón, Benvenuto Fieramosca. La obra de Da Vila en su vertiente caricaturesca lleva el nombre de Philippo Bazzani. Y éste nombre se ha vuelto odio para los poderosos en la curia romana. Benvenuto quiere que desaparezca para evitar que le asocien con él.

El exilio forzoso a que es conducido le llevará a asociarse con el enigmático Welldone. Éste entre de lleno en el mundo de la fantasía transportándose allí dónde le parece más conveniente. Habla de la antigua roma como si ayer hubiera estado allí.

Los camino del Señor son inescrutables, pero todos llevan el sello de la masonería: Lombardía, la Terraferma veneciana, Suiza y Baviera, Leipzig, Danzig, Breslau, Königsberg, Görlitz, Dresde, Magdebuergo (...).El Sr. Welldone aparece como Gran Maestro. En una de las ceremonia aparece nada menos que el rey Federico de Prusia, Weldone que quiere congraciarse con los poderosos, pero acaba siempre enemistándose con ellos con consecuencias siempre funestas.



Hannover marca una doble experiencia trágica. La experiencia del desastre anterior con el rey Federico y su ilusiones hechas trizas por la soberbia suicida del Sr. Welldone. La segunda experiencia será la vivida en una antigua iglesia católica que sirve de estación de inicio para los reclutas que han de servir a Su Majestad británica. En el pensamiento aún está Frieda –y su lecho-, tira su medalla con los signos de la escuadra y el compás. El lugar es atroz, del suelo aparece un pobre harapiento que le susurra: -Kentu-ki, Kentu-ki (pág.239).

En la iglesia aparecen unos soldados y detrás de ellos un oficial y el Sr. De Walldone. Éste nombra a Viloalle para indicar que le conoce. Lo llama ¡Hermano Libertus¡ Sus credenciales¡. Martín, por fin, entiende, busca desesperadamente la medalla que hace un rato tiro, pero no la encuentra. Y aquí Martín realiza lo impensable: el pobre desgraciado que habla de Kentu-ki tiene en sus manos la medalla, coge un palo de un banco astillado y hunde la estaca en el ojo derecho del mendigo francés. Martín cruza la iglesia y le enseña el medallón al oficial. Pero el medallón no es de la masonería, sino el Sagrado Corazón.

La siguiente parada será Schleswig. En el castillo de Gottorp reina Carlos Federico Augusto Guillermo de Hesse-Kassel el príncipe de Schleswig-Holstein. Martín se convierte en Signore Martino da Vila y se convertirá en el maestro de dibujo de los infantes Friedrich y Christian. El Sr. Walldone acaba siendo desplazado del palacio para convertirse en tintorero. Pero el tintorero aparece el día que celebran el cumpleaños de la Princesa Luisa. El tintorero aparece transmutado en Alquimista. El invitado de honor es duque de Bunswick. Éste y Carlos recreaban la batalla de Neisse. Welldone habla y su hablar causa la cólera del príncipe Carlos. Welldone es sacado fuera de la estancia donde se celebraba el banquete y en el patio será castigado por su bellaquerías: el castigo: látigo. Mientras es azotado, Martín escucha y asiste impotente a los chasquidos del látigo. Cada latigazo se ha instalado en el alma de Martín que no olvidará ese día.

Martín ha vivido en el palacio, pero ha perdido estatus, los príncipes se están haciendo mayores, y el dibujo no es una prioridad para ellos. Conoce a Gretha que fue la buena samaritana que ayudó a Welldone a recuperar la salud. El tintorero acabará atrayendo la atención del mismísimo príncipe Carlos. Gretha le entrega una carta de Weldone dirigida a Martín, pero que no pensaba dársela. En ella habla de la “Ley del Vampiro”: “El hombre se enmascara para no avergonzarse del mismo azar de ser hombre, de su mínima importancia, de que sólo es deudor de la nada” (pág. 355).

Martín se marcha para realizar un encargo del príncipe, pero es una forma de deshacerse de él. El camino le conduce a París, estamos en octubre de 1798. Allí conocerá a Rivette tipógrafo , a su esposa, Emmanuel, que se convertirá en amante. Volverá a encontrarse a Rosella convertida en Madame Rose de Marceau. Cultiva el arte de la comedia. Y en las comedias siempre hay sorpresas, Roberta. La hija de Rosella. ¿Quién será el padre? La revolución se transforma en un carrusel donde de la noche a la mañana puedes convertirte en contrarrevolucionario. Rivette, cae en desgracia, y Emmanuel ayudará a Martín a escapar de los furores revolucionarios. Los comediantes, y Martín tratan de huir hacia Inglaterra.

Pero no llegan a Inglaterra sino al Nuevo Mundo. La compañía de comediantes se ha convertido en la compañía Ferguson. La obra que representa en estos momentos en Halifax es “El buen visionario o Lo que sé de los vampiros”. Su autor Chester Winchester, alias Martín de Villoale. En la compañía vuelve a aparecer Benvenuto de cuerpo presente, pero sin espíritu. Martín desprecia olímpicamente al viejo. Martín encuentra una nueva distracción en la bebida.

Finalmente, Martín parece morir y cuando llaman a un sacerdote -era jesuita-, Martín parece volver a la vida. Martín se marcha con sus “hermanos” hacia el gran bosque.



dilluns, 5 de gener del 2009

Noche de reyes en...........Gaza





"Los combates llegan a las calles de la ciudad de Gaza". Los niños palestinos tendrán carbón proporcionado por Israel. Dios es todopoderoso. El gueto de Gaza es la expresión de la prepotencia israelí. El gobierno israelí al decir de su ministra de asuntos exteriores Tzipi Livni, todos los muertos son militantes terroristas de Hamás. El problema de Israel es que ya no tiene crédito. !Muerte a Hamás¡. Así, mueran en la noche de reyes todos los niños palestinos.

"El Estado israelí ha convertido en un gueto a Gaza no es más que una cruel ironía del destino. Los israelí quieren reconstruir su historia al precio de deshonrar al gueto de Varsovia. Carbón para la Comunidad internacional. La Comunidad Europea como siempre haciendo el papel que le corresponde. Cobardía.

divendres, 2 de gener del 2009

Lengua de trapo

Seguimos a vueltas con el libro de T.Judt y su capítulo dedicado a Bélgica. El tema que reflexiona es la división entre flamencos y valones y sus respectivas lenguas. Neerlandesa y francesa, amén del alemán. La historia que nos cuenta es el abismo entre ambas comunidades y los mecanismos poco democráticos que han llevado a está situación.

La historia belga viene a decirnos Judt es que un Estado tiene que tener alguna función, si se traslada todo el peso político y económico a las regiones -Flandes, Valonia y "Bruselas-capital"- el resultado es un país fantasma.




Bélgica aparecerá en las noticias en la crónica de sucesos: escándalo de la dioxina (1999), el escándalo Dassault/Agusta y por último, el caso Marc Dutroux. ¿Qué pasa en Bélgica? La respuesta es que la connivencia entre el gobierno,política,empresas y sobornos e incompetencia policial han hecho posible todos estos escándalos.

Para las "regiones" lo fundamental era las cuestiones particulares, e inhibirse en las cuestiones generales, porque siempre los responsables son otros. La sociedad ha empezado a cambiar y la propia dinámica social producto de la inmigración está haciendo posible un cambio, ahora las cuestiones de orden lingüístico están pasando a un segundo plano. Sería deseable que en España y especialmente en las comunidades bilingües se aprendiera de los hechos y se intentará evitar los errores que otros ya han cometido.

El capítulo finaliza advirtiendo que el caso de Bélgica "podría ser un recordatorio útil de que también puede haber demasiado poco [Estado]"(pág.242).

dijous, 1 de gener del 2009

E.Hobsbawm y sus silencios


En el libro de Tony Judt “Sobre el olvidado siglo XX” en el capítulo dedicado al historiador E.Hobsbawm, le dedica elogios pero como historiador debería haber dicho algo más que un silencio clamoroso sobre los desmanes del estalinismo.

Dejamos para otro momento, por qué tantos intelectuales se dejaron fascinar por Stalin: “la ridícula sorpresa –escribió R.Aron en 1950- es que la izquierda europea ha tomado a un constructor de pirámides por su Dios”.

Judt afirma que “los valores e instituciones que ha sido importantes para la izquierda –desde la igualdad ante la ley hasta la provisión de servicios públicos por derecho- y que ahora son objeto de ataques, no debían nada al comunismo. Sesenta años de “socialismo real” no aportaron nada a la suma del bienestar humano. Nada. (pág.131)


Lo que se ventila en estas cuestiones es el papel de los intelectuales. Ser voces orgánicas o voces independientes. Desgraciadamente, los intelectuales de izquierda se convirtieron, unos de forma conscientes y otros inconscientemente en portavoces de la tiranía.

La historia nos debería enseñar del pasado, de nuestros errores. Los intelectuales están en horas bajas, falta tono moral, porque las coordenadas por las cuales han de guiarse no están claras. Porque las recetas antiguas ya no sirven para los nuevos platos que se están cocinando. La realidad actual es “líquida” (Z.Baugman) y eso supone la necesidad de replantearse con un nuevo bagaje intelectual -conceptual-, la fragilidad de nuestras sociedades, inmersas en dinámicas inestables y cuyos resultados son inciertos.