dissabte, 23 d’octubre del 2010

Tiempos difíciles: La novela de la Guerra Civil

“La noche de los tiempos” es la última novela de Antonio Muñoz Molina. La novela es muchas cosas, para empezar, una novela soberbia. Una historia intensa y extensa. Unos personajes que se muestran como son a lo largo de la historia. Una historia que nos refleja como españoles. El inicio de la guerra civil. Es la historia de un adulterio, pero también una historia de amor y desamor, de odios y mezquindades, de actos generosos y heroicos.

La intensidad del lenguaje impresiona. Cada palabra parece que está buscada para ser esa palabra y no otra la que tiene que estar ahí. Los personajes y sus circunstancias marcan sus destinos. La novela no es un panfleto político. Hay descripciones de los protagonistas históricos, especialmente, la figura de Juan Negrín que murió en el exilio.



La historia es simple, no como está estructurada y escrita, el protagonista de la historia es Ignacio Abel arquitecto, se enamora de Judith Biely, norteamericana que lo conoce en una charla sobre arquitectura popular en la Residencia de Estudiantes. La mujer de Ignacio Abel es Adela una mujer que cumple con el papel asignado a una condición subalterna, propia de la época. Adela descubrirá la infidelidad. Adela e Ignacio Abel tienen dos hijos, Lita y Miguel.

El proyecto de Ignacio Abel se llama “Ciudad Universitaria”, la aparición de Judith trastorna completamente la vida de Ignacio Abel. Éste había huido a Alemania para ampliar estudios, dejando a Adela al cuidado de su hijo pequeño. Allí tuvo una aventura. No esperaba volver a encontrar el amor y el deseo a estas alturas de su vida acomodada a la rutina.



Las circunstancias van creando las condiciones que acabarán por imponerse a todos. La guerra se va imponiendo lentamente, casi filtrándose en las vidas de todos los ciudadanos de Madrid. Ignacio Abel ajeno a los acontecimientos que tiene delante sólo piensa en su amor ciego y culpable.

Hay un recuerdo que aparece a lo largo de la novela una frase que taladra la memoria de Ignacio Abel: “ Ignacio, por lo que más quieras, ábreme, no dejes que me maten”. La trama de esa frase y el porque de lo que sucede es uno de los cabo bien atados de la novela.

Abel habla con Negrín sobre la situación y éste le dice: “bastarán dos generaciones para mejorar la raza, y nada de eugenesia, ni de planes quinquenales. Reforma agraria y alimentación saludable. Leche fresca, pan blanco, naranjas, agua corriente, ropa interior limpia; si nos dejaran tiempo, los otros y los nuestros...”(pág.585). He aquí sin duda un plan auténticamente revolucionario.

Negrín insiste: “ [hablando de los políticos]. Y para poner en práctica su delirio particular cada partido y cada sindicato lo primero que ha hecho ha sido inventarse su propia policía, sus propias cárceles y sus propios verdugos. Pero me niego a creer que todo esté perdido” (pág.704). Abel no es que se haya rendido es que simplemente aún no sabe lo que está pasando. El destino le tiene preparada una carta. La posibilidad de ir a EE.UU para construir un edificio en una universidad americana. Negrín se quedará, mientras que Ignacio Abel deja a su familia en la Sierra, no sabe si está en zona republicano o ha caído en el otro bando. No lo sabe, y no quiere saberlo, porque lo único que busca desesperadamente es a Judith. Finalmente, Abel llega a su destino....

Tengo la secreta convicción que una segunda parte de la novela no sería nada descabellado. El arte literario que derrocha Muñoz Molina es impresionante. Pocas novelas provocan el sentimiento de estar delante de una obra total. No es una novela de historia, pero retrata perfiles grises de una época que aspiraba a otra cosa de lo que acabo sucediendo. Ese legado envenenado del que aún cuesta desprenderse. Esta novela no es moralistas, no marca quienes son buenos y malos, los muestra como son, y al hacerlo, los deja sin coartadas de ningún tipo. Somos los lectores quienes podemos redimirlos o condenarlos, pero eso ya no es asunto del escritor.

diumenge, 10 d’octubre del 2010

La famlia Kim


Erase una vez un país pequeño rodeados de gigantes y un país hermano que quiere su ruina. Todos los ojos están mirando a ese país heroico que es la patria de los felices trabajadores. El mundo conspira para desbaratar su utopía que se ha creado con tantos esfuerzos y sacrificios.

Todo empezó de mala manera. La invasión japonesa, primero, después la división entre el norte y el sur y su adscripción a las órbitas de EE.UU y la Unión soviética como consecuencia del reparto después de la Segunda Guerra Mundial, hizo emerger al líder Kim Il-sung que gobernaría con maestría suprema desde 1948 hasta su muerte en 1994.  Sin embargo, La división de la península de Corea se estableció de forma artificial mediante la división por el paralelo 38. Las tensiones y provocaciones hicieron que el heroico gobierno de Kim tuviese que emprender medidas de castigo contra la pérfida Corea del Sur, un bastión de la plutocracia capitalista. Se inicia el 25 de junio de 1950 la Guerra de Corea. La guerra duró tres largos años. Los excepcionales dotes de Kim hizo que los estadounidenses salieran  derrotados y se estableciera mediante los buenos oficios de la ONU un armisticio y la creación de una zona desmilitarizada entre ambos países.



Desafortunadamente, el piloto y navegante Kim Il-sung, una bendición de los cielos murió. El partido de los trabajadores en un Congreso sublime dio el cargo para suceder al único e inimitable Kim, otro Kim su hijo que llevará a cabo lo empezado por Kim padre. Así, Corea del Norte, se ha convertido en la primera república popular que trasfiere el poder vía dinástica. La prensa occidental, envidiosa de los logros excepciones de Corea del Norte ha difamado y calumniado con noticias falsas, como que entre 1995-1998 el país sufriera una hambruna que según The Econimist llevó a la muerte entre seiscientos mil a un millón de personas, según estimaciones conservadoras. Además, se insinuó que el gobierno legítimo del pueblo rechazó la ayuda ofrecida por occidente. Ahora, Corea del Norte, vuelve a estar en primera página, no porque se anuncien que tiene la bomba atómica, sino porque una vez más, la envidia corroe a los enemigos del pueblo elegido por el destino: Corea del Norte. El sagaz Kim Jong-il ha propuesto a su hijo Kim Jong-un como legítimo sucesor para dirigir los destino del país.

dissabte, 9 d’octubre del 2010

Premios nobles



La Academia sueca ha concedido a Mario Vargas LLosa el nobel de Literatura. ¡Ya era hora! Con una trayectoria extensa e intensa, por fin se le ha reconocido su capacidad para inventar y reinventar la realidad a través de sus novelas. En mi caso particular, la lectura de su novela "La guerra del fin del mundo", supuso un extraordinario impacto literario. Es una historia total sobre la lucha por la supervivencia, por la libertad, por la amistad. A partir de ese momento reconocí a un escritor de primera categoría. Después, las siguientes novelas, vinieron a confirmar esa honda impresión que me causó "La guerra....". Novelas como "La tía Julia y el escribidor", "Lituma en los Andes", "La fiesta del chivo", "Travesuras de la niña mala", son novelas que confirman su capacidad para fabular y describir situaciones límite. Junto a su vertiente literaria no puede obviarse su faceta de polemista y político. Su ensayos y artículos periodísticos avalan una trayectoria que tiene como eje central la libertad. Curiosamente, una parte de la "izquierda" mira por encima del hombro al galardonado por sus "veleidades" liberales. Sin embargo si alguien lee, por ejemplo, "El lenguaje de la pasión"  se dará cuenta que encorsetarlo en un rotulo es tarea inútil. Vargas Llosa se le reprocha su liberalismo político. ¿Acaso alguien hace algo diferente en los tiempos que corren?






El premio nobel de la paz que se concede en Noruega se le ha otorgado este año el premio al activista pro derechos humanos Liu Xiaobo. El gobierno chino ha desplegado sus largos brazos propagandísticos para minimizar el impacto. Llama la atención el silencio vergonzante de los paladines de los derechos humanos. Sólo cuando el gobierno estadounidense se ha felicitado por el galardón, lo demás países han podido respirar tranquilos. España ha hecho el papelón que le corresponde dada su situación. El gobierno español ha intentado que China compre deuda española, y ha debido pensar que no era un buen momento para criticar la política dictatorial china, y a su vez, pedir apoyo financiero. China es el paraíso del capitalismo. La razón es bien sencilla, allí gobierna una dictadura que controla todos los resortes de la vida política y económica. Resulta llamativo que un estado que ha logrado convertirse en la segunda potencia del mundo, sea incapaz de resistir la crítica que desde sectores sociales lanzan contra las políticas del gobierno chino. Su intolerancia expresa su condición totalitaria. Su control de los medios, su capacidad para reprimir cualquier atisbo de descontento, y  un régimen penal desorbitado, hacen de China un gigante que es incapaz de gestionar la crítica. La inexistencia de oposición -Lius Xiaobo cumple condena de 11 años por su activismo político- hace extraordinariamente difícil la creación de una oposición al régimen. Los beneficios económicos, la mano de obra barata y dócil, hacen de China el paraíso de la globalización. Histerismo gubernamental chino y nervios en las cancillerías de los países que dan lecciones de democracia y derechos humanos. Es evidente que si importa el tamaño. Somos serviciales con los gigantes y mezquinos con los pequeños. Cuba, Corea del Norte o Irán,  deben de ver con envidia como  los chinos pueden saltarse los derechos humanos, mientras que ellos deben soportar las airadas descalificaciones de los mismos que ahora están mudos. A todo esto, muy probablemente, Liu Xiaobo, aún no sepa que ha recibido el premio nobel de la paz. 

dilluns, 4 d’octubre del 2010

Palabras vs Imagen


Un tópico recorre alegremente nuestras creencias: una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, la imagen siempre es muda, desnuda. Muestra, pero no dice. Por eso es ambigua. Puede ser utilizada con fines difusos. La imagen congela nuestra imaginación imponiendo lo que hemos de imaginar. Mientras que las palabras dejan a la imaginación la opción de recrear imaginariamente lo que nos dice la escritura. La escritura requiere un lector para cerrar el círculo entre el escritor y el lector.



La palabra

El arco invertido de los cables atraviesa de una orilla a otra con la exacta delicadeza de una curva de compás trazada en tinta azul sobre la cartulina blanca. No hay revestimientos de piedra para esconder o ennoblecer la estructura: la luz traspasar las torres como las filigranas geométricas de una celosía. Las torres desnuda, puros prismas de acero, su verticalidad tan firme como la horizontal ligeramente combata que se extiende sin más soporte que ellas entre las dos orillas, los cables como arcos y como dobles cuerdas de arpas vibrando con el viento. Pureza matemática: dos líneas verticales atravesadas por una horizontal, un arco inverso de aproximadamente treinta grados que tiene sus extremos en los puntos de intersección de la horizontal y las verticales. (…) Poco a poco, al acercarse el tren, la ligereza se convierte en peso, en la gravitación tremenda de las vigas de acero sobre los pilares ciclópeo que las sostienen, hundidos en la roca viva por debajo del cauce del río y del cieno, sus bloques graníticos golpeados por las olas que levanta un carguero pasar bajo el puente, adelantado en seguida por tren. ( Antonio Muñoz Molina. La noche de los tiempos. Ed.Círculo de Lectores. pág.162)




La imagen