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dimarts, 10 de gener del 2023

Reseña: El naufragio de las civilizaciones (V)

 



“He dejado de preguntarme si los míos, igual que el conjunto de los “egipcianizados”, se habían merecido su suerte y si Nasser tuvo derecho a echarlos así, sin contemplaciones, del país donde habían nacido”. (pág.50)

“En la actualidad estoy convencido de que la actitud correcta en este tema fue la que adoptó otro gran  dirigente del continente africano nacido el mismo año que el rais, 1918, pero que apareció en época más tardía en la escena internacional: Nelson Mandela".

Si Nasser hizo huir a los “egipcianzados”, Mandela adoptó una actitud muy diferente. Pues, se preguntó: “le iría mejor a mi país si los afrikáneres se quedasen en vez de irse? Y la respuesta le parecía evidente para la estabilidad de Sudáfrica, para su salud económica, para el buen funcionamiento de sus instituciones, para su imagen en el mundo, valía más conservar a la minoría blanca cualquiera que hubiese sido su comportamiento.” (pág.51)

El comportamiento de Mandela, es excepcional, pues, a lo largo de la historia, las expulsiones de minorías, ha sido más bien la regla. Maalouf, repasa algunos ejemplos, incluida, la expulsión de los musulmanes y judíos (1492). Concluye con una afirmación significativa para los tiempos que corren: “a lo largo de la historia, las expulsiones en masa, parezcan o no justas y legítimas, han solido perjudicar a quienes se quedaron mucho más que a los expulsados”. (pág.53)

"No es por casualidad por lo que la nación más poderosa del planeta, a saber, Estados Unidos, se especializó en dar acogida a sucesivas oleadas de proscritos y desterrados, desde los puritanos ingleses hasta los judíos alemanes, pasando por los supervivientes de las revoluciones rusa, china, cubana o iraní, sin olvidarnos de los protestantes franceses; el segundo nombre del presidente Franklin Delano Roosevelt es el apellido de un antepasado hugonote que se llamaba, en sus orígenes, De Lannoy." (pág.53)

El miedo se ha extendido en Europa i Occidente. Miedo a invasiones que directa o indirectamente, somos responsables. El mundo actual se ha hecho pequeño "aldea global". No hay capacidad suficiente para afrontar los retos del siglo XXI, desde la óptica local -nacional-, es necesario soluciones a escala supranacional, pero las lógicas de la Guerra Fría siguen estando allí. La ONU y su famoso Consejo de Seguridad, con derecho a veto, no es más que el recordatorio de lo anacrónico que supone que sólo los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sigan ejerciendo un papel tutelar a escala global, Rusia incluida, olvidando a países como China, India, Brasil, etc.

Amin Maalouf reivindica el papel que pueden jugar la población "alógena" (migración). Utiliza una metáfora para subrayar la función que pueden tener esas minorías: polinizadores (pág.53).

El colonialismo genero una dinámica muy negativa en los países que fueron sometidos. Sin embargo, "la historia de las últimas décadas nos enseña que, a no mucho tardar, tras la lucha por la liberación, llega la hora de la lucha por el desarrollo y la modernización. En esa nueva fase, la presencia de una población cualificada con acceso inmediato a las sociedades industrializadas es una baza insustituible". (pág.54)

A diferencia de lo que sucede actualmente, Nelson Mandela, fue más allá del resentimiento y la hostilidad para dar cabida a todos, creando sinergias que posibilitaban una mayor integración de todos en la nueva Sudáfrica que quería para su país. Sin embargo, estamos lejos de tener esa clase de políticos en nuestros días, obsesionados por el cortoplacismo y quedar bien ante los suyos y no ante toda la ciudadanía. 


dilluns, 3 de febrer del 2020

Reseña: Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto (IV)

IV.-  Miedo

El capítulo presente, plantea el miedo a través del diálogo con Heidegger, y eso significa, dificultades en la interpretación, toda vez, que el lenguaje de Heidegger, es oscuro, porque quiere mirar un fondo insondable: “ser”.






M.Heidegger (1889-1976)



Han contrapone la positividad, característica de la sociedad neoliberal actual, y la negatividad. Para Han, la positividad no puede acceder a ese núcleo oscuro que significa la existencia. En su diálogo con Heidegger, trata de hacer un esbozo de lo que significa esa negatividad que ha sido escamoteada por la sociedad del rendimiento. El miedo es la reacción a lo “extraño, lo siniestro e inhóspito, lo desconocido”. El miedo es un sentimiento profundo, en el pensar de Heidegger. Lo que lo provoca es la “nada”. El hombre (ser-ahí) se mide a la nada, y ese enfrentamiento le provoca ese miedo existencial. Heidegger diagnosticaría que vivimos en un mundo “inauténtico”, el mundo de “hacer como todos”. La muerte es lo propio de la existencia (ser-para-la-muerte). Aceptarla, estar a la escucha de esa realidad que es nuestra, es lo propio. Sin embargo, en nuestra sociedad actual, la muerte se esconde, en aras de esa positividad que inunda nuestra existencia. Dice Han: “Cuando se niega la muerte en aras de la vida, la vida misma se trueca en algo destructivo. Se vuelve autodestructiva. “.

No podemos entrar en los análisis de Heidegger, una de las características de su obra El ser y el tiempo, a pesar de sus análisis, nunca aparece el  hombre/mujer concreto de carne y huesos, Heidegger, es incapaz de acercase a esos (Dasein = ser-ahí). Su esfuerzo por penetrar lo impenetrable, lo misterioso, le hace insensible frente a los avatares de la vida cotidiana. A él sólo le interesa pensar esa diferencia ontológica entre los entes y el ser. Los entes somos nosotros que misteriosamente hace posible que seamos en virtud del ser.

¿Por qué nos puede interesar Heidegger sí no habla de lo singular –los seres humanos concretos-? La respuesta es más bien pragmatista, porque sus análisis, a pesar de su oscuridad, puede permitirnos, describirnos de una forma completamente distinta. La filosofía, puede sernos útil, precisamente, porque pueda acceder a ámbitos que difícilmente puede acceder otras disciplinas. Es cierto, que la literatura, la poesía, pueden indagar esos misterios. En El ser y el tiempo, no hay que buscar soluciones a las cuestiones que agobian a las sociedades contemporáneas. Sin embargo, Heidegger, nos ofrece nuevas miradas, que pudieran ser útiles para quien tenga el humor de leerlo. 

Han llega a una conclusión provocativa: “La pérfida lógica del neoliberalismo reza: el miedo incrementa la productividad.”. El neoliberalismo crea esa positividad que esconde ese infierno que es la inseguridad de la vida, no hay nada sólido, todo es fluido (sociedad líquida) no hay ataduras ni compromisos, vivimos el reino de la producción y el consumo, de los integrados y los excluidos, y nuestros miedos, no provienen de un fondo oscuro de la existencia humana (Heidegger), sino más bien, del peligro –mortal- de vernos excluidos del sistema, de convertirnos en parias incómodos a los que nadie sabe qué hacer con ellos, excepto  recluirlos en campos de eternos refugiados.