diumenge, 26 de juny del 2011

Globalización terminal para los ciudadanos

Las sociedades siguen su tránsito a ninguna parte. La globalización se disliza hacia intereses cada vez más opacos e inconfesables. Los mercados están imponiendo su ley, frente a unos estados-nación incapaces de estructurar una respuesta que permita defender a la ciudadanía de sus efectos catastróficos.

En ese proceso de desestructuración generalizada por falta de un mecanismo político democrático que contrapese la dinámica depredatoria del capital financiero, el resultado están siendo un desmantelamiento a gran escala del estado del bienestar, al menos en los paises europeos. Ahora mismo, nuestro peor enemigo es el tiempo. Vamos contrarreloj para el desmantelamiento de mecanismos sociales que compensaban -mal que bien- la distribución de riqueza. En el presente hay una consigna básica, adiós a la solidaridad, adiós a la redistribución de la riqueza, adiós a la justicia.


El punto rojo indica cuál es la renta media del país, y la barra verde, la distribución de renta para los 10 déciles. De este modo, cuanto más larga sea la barra verde, más diferencia hay entre ricos y pobres. Y cuanto mayor sea la sección verde a la derecha de la barra, más acumulación de riqueza tendrá el 10% más rico.(\La Moqueta Verde Distribución de la riqueza en la OCDE.mht)

Nos dicen que los "países emergentes" no tienen crisis. China no tiene crisis, India no tiene crisis. Los únicos que la tenemos somos la vieja europa, debido precisamente al estado del bienestar. Por supuesto, quien lo dicen, son entidades financieras y sus redes globales. Ésta última crisis, ha demostrado la realidad de la globalización. Mientras que los mecanismos de toma de decisión política requieren de un largo proceso de deliberación, de negociación, de equilibrio de fuerzas, las decisiones de los mercados se toman instantáneamente en "tiempo real". Desde esta perspectiva, la política siempre va a remolque de las decisiones "a corto plazo" de la economía.

El escenario que nos preparan "nuestros" políticos es simplemente la aceptación acrítica de las imposiciones del mercado. Los efectos económicos tienen derivas insospechadas en la medida que las tomas de decisión se alejan de lo local a lo global para aterrizar posteriormente en lo local, como recortes en las prestaciones sociales, o la necesidad de cotización de las pensiones, o recortes en las prestaciones de subsidios.



Nuestra sociedad si no quiere padecer un proceso que nos conduzca a una parte importante de la población a la órbita del Cuarto Mundo, haría bien en organizarse desde lo local a lo global y vicerversa, para exigir a nuestros representantes, que en vez de aceptar las imposiciones de los mercados que nadie ha escogido, obliguen a respetar las reglas de juego que nos hemos impuesto, mediante una redistribución de la riqueza más equitativo y justo, todo lo demás no será más que fraude.

dissabte, 4 de juny del 2011

Philip Roth, Nèmesi


Voy a comentar el último libro de Philip Roth “Nèmesi” (ed. La Magrana. Traducció de Xavier Pàmies, Les ales esteses, 305. Barcelona, 2011). Lo primero que hay que decir es que estamos delante de un libro que impresiona. Su historia es una auténtica tragedia. Nos habla de la condición humana, de su vulnerabilidad, de los golpes del destino que tuercen vidas de manera irreparable. Nos habla también de una época que ya no es la nuestra, pero que marcó a toda una generación y por extensión a las generaciones posteriores. Realidad y ficción se dan la mano en una radiografía particular de la América de los años 40.


La novela comienza de forma aparentemente casual: “El primer cas de pòlio d’aquell estiu va ser a primers de juny (...)”. Nuestro héroe se llama Bucky Cantor. Es profesor de educación física a la escuela primaria de Chancellor Avenue. El escenario del drama es el barrio judío de Weequahic en Newark. Bucky es el responsable de las actividades del barrio. Se cuida que los niñas y niños del barrio tengan un lugar a donde ir. Allí juegan y se divierten bajo la atenta mirada de Cantor. A él le gustaría estar con sus amigos en la Guerra que se está produciendo en Francia. Pero su vista ha frustrado sus intentos de alistarse.


El calor de este mes parece más intenso de lo debido. Es un horno, pero Cantor trata de dosificar los esfuerzos de los chicos y chicas que parecen no tener nunca suficiente para seguir jugando. Hay un momento que marca el inicio del drama. Unos jóvenes que aparecen en el parque donde juegan los niños atrae inmediatamente la atención de Bucky Cantor que se dirige con paso firme hacia los jóvenes que han invadido su territorio. “-Què feu aquí, nois?-va dir en Bucky Cantor. –Venim a portar la pòlio (...) (pàg.19).

En su grupo de “esplai” (grupo recreativo) han aparecido dos casos de polio Herbie y Alan. La novela desarrolla la aparición del miedo. Una enfermedad que en esa época no tenía cura. Los niños irán desapareciendo del esplai, muchos padres prefieren que se queden en casa. Bucky Cantor trata de animarlos para que sigan en el esplai. El antídoto para combatir el desánimo es jugar. Bucky tiene a su novia (Marcia) en otro lugar Indian Hill donde también ejerce de monitora.



Cantor vive con su abuela, pues, su madre murió de sobreparto y fue cuidado por sus abuelos. Bucky es un persona que se desvive por sus muchachos/as. Es responsable de su seguridad, pero incluso él, empieza a tener dudas acerca de lo que debería hacerse. Desde el Ayuntamiento no dan indicaciones sobre lo que hay que hacer. Bucky Cantor llama a su novia Marcia en Indian Hill y Marcia le ruega que vaya a las montañas de Pocono donde se encuentra Indian Hill, un lugar alejado de cualquier peligro. Pero Cantor afirma que su lugar es en Weequahic. Siguen apareciendo nuevos casos entre sus pupilos.


Cantor se obliga a ir a casa de los padres que acaban de perder a sus hijos. Es su deber. En la sinagoga hay llantos y alabanzas a Dios, pero Bucky Cantor empieza a pensar que esas aleluyas a Dios no tiene ningún sentido. Se pregunta “ ¿Com podía haver-hi perdó, i encara menys cap al•leluia?” (pàg.59) La tragedia sigue su curso ahora que le ha tocado el turno a los Kopferman. La madre acusa a Bucky de ser el responsable de la desgracia de sus hijos. En medio de un ambiente opresivo Marcia llama presa de excitación a Bucky para decirle que en Indian Hill acaba de quedar una plaza libre para un monitor como él. Bucky Cantor trata de alejar sus pensamientos caminando sin rumbo fijo, pero acaba frente a la casa de Marcia, los Steinberg. El padre de ella es médico. Cantor quiere preguntarle sobre la enfermedad. La enfermedad sigue contagiando a los muchachos del esplai, ahora eran, Leo, Paul y Arnie Mesnikoff. Éste es el narrador de esta historia. Volveremos a verlo al final de la historia.


Marcia volvió a llamarlo y milagrosamente Bucky Cantor dice que sí. ¡Error!Marcia es atravesada por la felicidad, su Bucky saldrá de Newart y se alejará de la polio. Pero desgraciadamente la polio vuela como una flecha al paradisíaco lugar de Indian Hill. De Indian Hill al hospital de allí a una silla de ruedas. Bucky también es atrapado por la polio. La última parte de la novela es el diálogo entre Bucky Cantor y Arnie Mesnikoff. En ella hay cabida para un análisis de la condición humana en todas sus vicisitudes, es la parte más sugestiva del libro. Cantor ha sido como el ángel caído que ha caído fulminado por un dios colérico por haberse atrevido a poner en duda la bondad divina.


En las 199 páginas de esta novela de Roth hay un auténtico tratado sobre la condición humana. Vulnerabilidad es una palabra que expresa mejor que cualquier otra lo que somos. Bucky Cantor enseñando a sus discípulos como se tira la jabalina. En la retina de esos niños y niñas estará siempre la imagen de un dios.