dissabte, 24 de setembre del 2016

Psicopolítica (XI)

3.- Quantified Self(*)

“La creencia en la mensurabilidad y cuantificabilidad de la vida domina toda la era digital. El Quantified Self rinde homenaje a esta creencia”. Sin embargo, “la mera multitud de datos que se acumulan no responde a la pregunta:¿quién soy yo?. El Quantified Self es también una técnica dadaísta que descompone el yo en datos hasta vaciarlo de sentido”. No hay narrativa, y sí acumulación de datos, pero estos no son capaces de decirnos quienes somos.


La acumulación de datos no hace posible el Self Knowledge, es decir, “el autoconocimiento por medio de los número”. Según Han se necesita la narración que “lleve al encuentro con uno mismo o al autoconocimiento”.

De la antigua “publicatio sui” (Tertuliano), algo así como un diario personal que buscaba la verdad, nos encontramos con el dataísmo que “vacía el Self Tracking de toda ética y verdad y lo convierte en una mera técnica de autocontrol (…). En nuevo Self Tracking conlleva dentro de sí el panóptico digital. El Big Data tiene en cada uno de nosotros la terminal que necesita.

4.- El registro total de la vida

En nuestra ignorancia delante del ordenador, “todo paso en la red es observado y registrado”. Somos animales digitales que dejan huellas que el Big Data rastrea sin dificultad, gracias a nuestra colaboración activa.

Mientras “el panóptico benthamiano carece un sistema de anotación eficiente” (…), “el Big Data no olvida nada”. Todos esos datos y huellas son procesados para convertir nuestro mundo en un “mundo feliz”. Al decir de Han, sí ese mundo se convirtiera  en realidad, seria “el fin de la libertad”.



5.- El inconsciente digital


Según Han, el Big Data se convierte en un ”Deus ex Machina”, capaz de “leer” nuestros deseos más profundos. Así, en palabras de Han, “el Big Data haría del ello un yo susceptible de ser explotado psicopolíticamente”. Han se pertrecha de Freud cuando le parece adecuado a sus intereses. Si en la novela de Orwell, 1984, sólo se aspiraba al adoctrinamiento, ahora, ya en pensable que se pudiera explorar/explotar nuestros deseos más inaccesibles. El “retorno de lo reprimido” (S.Freud) al alcance del Big Data. Como afirma Han de manera ominosa: “La psicopolítica digital sería entonces capaz de apoderarse del comportamiento de las masas a un nivel que escapa a la conciencia”. 

*Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Herder. Ed.Herder, Barcelona, 2014.

dijous, 22 de setembre del 2016

Psicopolítica (XI)

Cap.11. Big Data

Este capítulo es el más extenso de cuantos componen el libro*.

1.- El huevo de Colón

El título viene a cuento pues “Bentham compara su panóptico con el huevo de Colón”. Frente al panóptico benthamiano, Han, se pregunta si ¿el Big Data es el nuevo “hito” en el orden del control del cuerpo y de la mente? Han distingue entre óptica perspectivista, propia de la sociedad disciplinaria y el panóptico digital que es “aperspectivista”. En el primero, la visibilidad no es total, “existen ángulos muertos”, es decir, no es posible acceder a la psique del individuo, mientras que en el segundo caso, se aspira a la transparencia absoluta, no hay fondos oscuros que bucear, hay una visibilidad absoluta.

2.- El dataísmo

Han utiliza el texto de Chris Anderson “The End of Theory” para poner en cuestión las afirmaciones de Anderson: “(…) la revolución de los datos nos está proporcionando caminos formidables para comprender el presente y el pasado”. Han denomina a esta tesis “dataísmo”.


El dataísmo sustituye a la estadística, que “según Voltaire, es objeto de curiosidad para quien quiere leer la historia como ciudadano y como filósofo”. Para Voltarie la ilustración se identificaba con la estadística. La característica del dataísmo es la “transparencia”. Dice Han, “el imperativo de la segunda Ilustración es: se ha de convertir todo en datos e información”. Han denuncia al dataísmo como ideología que no sabe que lo es, y que “conduce al totalitarismo digital”.

Dice Anderson: (…) ¿Quién sabe por qué la gente hace lo que hace? La cuestión es que lo hace y que podemos seguirlo y medirlo con una fidelidad sin precedentes. Con suficientes datos, los números hablan por sí mismos”.



Han establece un paralelismo entre la primera ilustración, a través de la razón que acabo “convirtiéndose en barbarie”, tal como la filosofía crítica denunció; la segunda ilustración, el dataísmo, conlleva a una “barbarie de los datos”.


Han establece una identificación sorprendente entre el dataísmo y el dadaísmo “digital”, al drenar todo sentido al lenguaje, como exploró la corriente dadaísta. Los datos no cuentan nada, “los datos colman el vacío de sentido”.

*Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Herder. Ed.Herder, Barcelona, 2014.

dimecres, 14 de setembre del 2016

Psicopolítica (X)

10. La ludificación.

La sociedad del rendimiento es también la sociedad de la “ludificación [lúdico]”.Se trata de introducir “la emoción” del juego en el sistema productivo, para ser más eficientes.

En este proceso la maduración, la lentitud no se deja “ludificar”. Se trata de obtener “gratificaciones y vivencias inmediatas de éxito”.
Han llega a la conclusión que el homo laborans y el homo ludens, siguen la misma lógica, son las dos caras de la misma moneda. Contrapone Marx y su “metafísica del trabajo” a Robert Kurz y su “Manifiesto contra el trabajo”. Éste reprocha a la izquierda política sus mixtificación del  trabajo. Piensa Kurz que se trata de “la liberación del trabajo”. Si Marx veía en el comunismo el “reino de la libertad”, Han puede afirmar que “[U]na libertad verdadera solo sería posible mediante una completa liberación de la vida respecto del capital”. Así que la mística marxiana del “trabajador libre”, se transmuta en la reivindicación de una nueva “forma de vida” que este más allá de la lógica de la producción.



Han introduce el lujo como contra valor, pero inmediatamente apostilla “hoy, el consumo acapara el lujo”. Reivindicar lo “inservible”, es afirmar que “la verdadera felicidad se debe a lo que se espacia, a lo dejado, a lo abundante, a lo vaciado de sentido, a lo excedente, a lo superfluo”.

Han extrae mediante una noticia producida en Grecia un contramodelo del actual. Dos niños se encuentran con dinero y se dedican a jugar con él, convirtiéndolos en pedazos. Esos niños habían “profanado” el dinero,y según Han, esta acción es una “praxis de la libertad”.


Han se deja seducir por el Heidegger tardío. Contrapone Heidegger, a Hegel y Marx, y entrevé una nueva interpretación “del mundo como juego”, a través de la “Serenidad” (Gelassenheit). Serenidad, podría aparece como modelo de una “antropología de la fortaleza de ánimo” (José Luis Villacañas), sin embargo, el término, Villacañas lo traduce como Abandono, “de las categorías de la vida práctica, un abandono  de la subjetividad que implique una apertura a las decisiones del ser” (J.L.V. Historia de la filosofía contemporánea,6, ed.Akal). Heidegger recrea un mundo de dioses, en ausencia, dejándonos a los hombres a la intemperie. Han haciendo un esfuerzo, introduce el concepto de “espacio del acontecimiento”, concepto límite, donde la fiebre de la producción dejara paso a una “mirada” sin ese frenesí en la que estamos inmersos.



dilluns, 12 de setembre del 2016

Psicopolítica (IX)

9. El capitalismo de la emoción

En este capítulo se habla de la emoción como aquel resorte que la psicopolítica activa para mayor gloria del capitalismo triunfante.

Han se pregunta por la aparición de las emociones y sentimientos como centro de estudios e investigaciones científicas. Se cuestiona que las “investigaciones científicas sobre las emociones no reflexionen sobre su propia actividad”. Para enredar más el asunto, hay en este campo, una confusión terminológica notable, entre sentimientos, emociones o afectos.

Para Han “tanto el afecto como la emoción representan algo meramente subjetivo, mientras que el sentimiento indica algo objetivo”. Han desarrolla una “fenomenología de las emociones”(*).

Muestra de la nueva ola motivacional

Según Han, el sentimiento permite una narración, frente al “afecto o la emoción”. Afecto y emoción, son al decir de Han, propicias para la nueva etapa del capitalismo tardío. Así afirmará que “la comunicación digital facilita la repentina salida de afectos”. Siguiendo su fenomenología de los sentimientos, Han dirá que el “sentimiento es constatativo (tengo el sentimiento de que. La emoción es performativa. Remite a acciones. Además, es intencional y finalista”. Para Han, emociones y afecto pertenecen al ámbito de la “subjetividad”.

Han perfila en su “fenomenología de las emociones” las diferencias entre la sociedad sólida o disciplinar –sentimientos- y la sociedad líquida o postmoderna –emociones y afectos-.

Así, describe que “el sentimiento tiene otra temporalidad que la emoción. Permite una duración. Las emociones son esencialmente fugaces y más breves que los sentimientos (…). La emoción no se detiene. No hay una emoción de quietud”. Toda esta “fenomenología” quiere apuntalar su tesis, según la cual, “[E]l capitalismo de la emoción explota precisamente estas cualidades”.
Han introduce el concepto de “ambiente” para decir que “expresa un ser-así”. Una expresión con una buena dosis de ironía frente al ser-ahí, heideggeriano. Ese ámbito nos dice “no es ni intencional ni performativo”. (…). “Representa un estado de ánimo”.

El concepto de “ambiente”, resulta en exceso difuso. Si alguien dice que “en este lugar se respira paz”, la expresión no deja de ser una evaluación subjetiva. Puede suceder que por medio de nuestro entorno cultural podemos establecer asociaciones entre lugares y sentimientos.

Han crítica a Eva Illouz –Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo-.Según él, la autora “no da ninguna respuesta a la pregunta de por qué los sentimientos experimentan una coyuntura semejante en los tiempos del capitalismo”.  Rechaza las tesis de Illouz, porque no responde a las actuales circunstancias del capitalismo tardío.



Le echa en cara que “no logra ver que la presente coyuntura de la emoción se debe, en última instancia, al neoliberalismo”. Este “presupone las emociones como recursos para incrementar la productividad y el rendimiento”. El modelo de Illouoz se retrotrae a la “sociología de Durkheim”, cosa que Han lo encuentra completamente inútil para dar explicación al capitalismo de consumo. Han afirma que en el actual contexto del capitalismo, el modelo de racionalidad aplicado a la producción se ha vuelto ineficiente y es preciso dar un paso más y éste se encuentra en el ámbito de las emociones. En frase lapidaria dirá que “el capitalismo de la emoción se sirve de la libertad”.




La economía neoliberal necesita de la “emocionalización” que supone la introducción de “inestabilidades”. Vivimos, al decir de Han en la “dictadura de las emoción”. El consumidor de hoy, consume fundamentalmente emociones, Y eso es así porque “se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito”. Si en el pasado, el Big Brother sólo podía disciplinar el cuerpo, ahora en la etapa del Big Data, se trata de disciplinar el alma, a través de las emociones. Este proceso apela a “un nivel prerreflexivo, semiinconsciente”. Se trata de motivar. Este nuevo dispositivo en el instrumento del nuevo poder psicopolítico.

(*) Para comprender mejor ese laberinto de los sentimientos, emociones, véase, J.A.Marina y Marisa López Penas, Diccionario de los sentimientos, ed.Círculo de Lectores, Barcelona, 1999. 

Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Herder. Ed. Herder. Barcelona,2014.

divendres, 9 de setembre del 2016

Psicopolítica (VIII)

8. El Big Brother amable*


Siguiendo con el análisis del libro de Byung-Chul Han, Psicopo-lítica, en el capítulo 8, tiene el explícito título de “El Big Brother amable”.

El capítulo hace una analogía entre el texto de Orwell, 1984 y la nueva forma de control social que es el Big Data. Si en 1984, la “Neolengua -Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia.” tiene como objetivo reducir el espacio del pensamiento, eliminando de paso el concepto de libertad, en el actual Big Data, lo que se hace es incrementar ese espacio. El mundo de Orwell, está atado al mundo sólido, de la Guerra Fría, y la “negatividad de la hostilidad”. Había una frontera, los nuestros y los otros.

Si Orwell, pinta una distopia poco seductora del futuro, en la actualidad, el Big Data – Panóptico digital- se disfraza de positividad. Todas las prótesis digitales tienen como objetivo seducir, sea “el smartphone y las Google Glass, en las que domina la apariencia de la libertad y la comunicación ilimitada”. Como dice Han, con cierta gracia, “Aquí no se tortura, sino que se tuitea o postea”. En esta nueva era, no hay una habitación donde el Winston Smith, sea torturado por el O'Brien de turno, para arrancarle una confesión, que por otra parte, no importa. Se trataba de disciplinar, si no el alma, si el cuerpo. Ahora en esta etapa posmoderna, “el poder no consiste  en el control del pasado, sino en el control psicopolítico del futuro”. Aspira a disciplinar el alma, a través de la seducción.



Han nos anuncia una transformación en el orden del control social. El peso de la confesión arrancada en la sesión de tortura, ahora es substituida por la sesión del “panóptico digital”, sea Facebook, o cualquier plataforma digital, nos desnudamos delante de todos para explicar todos nuestros secretos, aunque estos seas risibles. De ahí que, el nuevo Big Brother, tenga “un aspecto amable”. Si la tortura era un calvario para todos, pues, la información extraída, en tales circunstancias era poco fiable, excesivamente costosa y poco significativa, ahora, los ciudadanos de esta posmodernidad, se sienten tan libres que no paran de hablar, de contarnos sus secretos a los cuatro vientos digitales.


El texto acaba con una interesante comparación acerca del año 1984.El texto de Orwell 1984, fue escrito en 1949. “Apple Computer introducirá Macintosh. Y veras por qué 1984 no será como 1984”. Como dice Han, “el año 1984 no marca el fin del Estado vigilante de Orwell, sino el comienzo de una nueva sociedad de control que lo supera con creces en eficiencia”. El dispositivo panóptico que J.Bentham imagino suponía una arquitectura en el que el prisionero era encerrado contra su voluntad, ahora, ese dispositivo es el propio sujeto que alegremente se sumerge en él.




* Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Hercer. Ed. Herder, Barcelona, 2014.