dimarts, 27 de desembre del 2011

Las torres del 11-S


Escribir sobre “La torre elevada. Al-Qaeda y los orígenes del 11-S” de Lawrence Wright, ganadora del Premio Pulitzer y editada en Debolsillo, resulta tarea casi imposible. El libro es un ejercicio brillante de lo que Timothy Garton Ash denominó “historia del presente”. Es un ejercicio de periodismo, literatura e historia que de la mano experta de Wright se lee como si una novela de Le Carre se tratase. Pero aquí la ficción es superada por la realidad de unos hechos que hacen del 11-S un antes y un después. El siglo XXI empieza con el ataque a las Torres Gemelas. Desde otra perspectiva, Don Delillo en su “El hombre del salto” col.Austral, narra desde la literatura, fragmentos de lo que sucedió con el derrumbamiento de las Torres. Algo parecido fue el intento de Luis Mateo Díaz y “La piedra en el corazón” Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores. Barcelona, 2006, donde se habla del 11-M en Madrid.





El libro “La torre elevada” debería ser de lectura obligada en el FBI y la CIA. Ambas organizaciones –interior y exterior- protagonizaron un juego de despropósitos que posibilitó la catástrofe del 11-S. La lectura del libro se funda en las conversaciones de los protagonistas en esta historia de humillación y exaltación de EE.UU. Los personajes que aparecen en el libro son eslabones de una cadena que acaba como todo pudimos ver por televisión el 11 de septiembre del 2001.


La historia de esta tragedia empieza muy atrás en el tiempo. El libro con agilidad y amenidad desarrolla el “dramatis personae” de esta historia que jamás debiera haber ocurrido. Pero la historia tiene nombres propios: Sayyid Qutb, Ayman al-Zawahiri, Osama bin Laden, Arabia Saudí, Afganistán, Pakistán, Ocupación soviética en Afganistán, al-Qaeda (la base), Abdullah Azzam, Abu Hafs, Abu Ubaydagh, Abu Hayer, el doctor Fadl y Wa’el Yulaidan, junto con Bin Laden, se reunieron el 11 de agosto de 1988 para debatir el futuro de la yihad. La fundación de al-Qaeda se realizó el 20 de agosto.


Cuando las tropas soviéticas se retiraron de Afganistán (15/2/1989), en el ideario imaginario de Bin Laden, se fraguó la ilusión que fueron ellos –los yihadistas- los que expulsaron a los apóstatas de territorio afgano. La pugna entre al-Zawahiri y Bin Laden generó al-Qaeda. Al-Zawahiri necesitaba el dinero que tenía Bin Laden y esté necesitaba a los yihadistas.


                                                                        Bin Laden y Zawahiri


El libro narra de manera magistral el recorrido vital de al-Zawahiri. Este médico egipcio que logró reclutar a “médicos, ingenieros y soldados. Estaban acostumbrados a trabajar en secreto. Muchos de ellos habían estado en la cárcel y ya habían pagado un elevado precio por sus ideas. Ellos serían lo que se convertirían en los jefes de al-Qaeda” (pág.165).


Bin Laden regresó a Arabia Saudí, y posteriormente se retiró al Sudán. El gobierno sudanés quería el dinero de Bin Laden y este ofreció generosamente su dinero. El libro narra el cambio de percepción de Bin Laden durante su estancia en Arabia Saudí y posteriormente en el Sudán. Bin Laden sentenció lo que parece una premoción: “Esas imponentes torres simbólicas que hablan de libertad, derechos humanos y humanidad” (pág.222). Hablaba de las torres gemelas. Lo que acabará odiando son estos logros de occidente y que en su visión eran incompatibles con el verdadero creyente musulmán. Hay que recordar que la familia Bin Laden se dedicaba a la construcción. El propio Bin Laden también se dedicó a la construcción. El libro reconstruye la vida privada de Bin Laden de forma ecuánime y medida.


Esas torres eran una llamada irresistible para los terroristas. Así, el 26 de febrero de 1993, Ramzi Yusef entró en el aparcamiento del World Trade Center al volante de una furgoneta repleta de explosivos. Salió del edificio para contemplar su derrumbamiento. La explosión no logro su objetivo pero destruyó seis pisos. Murieron 6 personas y resultaron heridas 1042 personas. Cuando el director del FBI en Nueva York fue a ver lo sucedido y comprobó los daños comentó a un ingeniero: “Este edificio se mantendrá siempre en pie” (pág.225). El autor del atentado salió tranquilamente hacia Pakistán. La mente de Yusef se pobló de objetivos grandiosos y espectaculares. Él es, a juicio de Wright, el que posibilitó e hizo verosímil los atentados del 11-S. Yusef había aprendido a fabricar bombas en un campamento de al-Qaeda en Pakistán. Posteriormente, en una operación encubierta fue detenido y trasladado a EE.UU.


Incomprensiblemente, Zawahiri apareció en EE.UU un mes después del atentado de Yusef. Estuvo en California recaudando dinero en diferentes mezquitas. La razones aducidas eran recaudar fondos para los niños heridos por bombas sembradas por los soviéticos. Nadie conocía en EE.UU su papel en el entramado de al-Qaeda.


Los capítulos dedicados al entramado de las diferentes agencias de seguridad norteamericanas y sus responsables son unas de las secciones más apasionantes del libro. También sus querellas particulares las que hicieron posible que los terroristas acabaran realizando sus ataques.



Una anécdota cruel: El responsable del FBI en Nueva York, John O’Neill, intentó por todos los medios conseguir los expedientes que la CIA guardaba –no se sabe para qué-, y que hubiesen posibilitado investigar en EE.UU los miembros que subieron a los aviones suicidas. Durante más de un año la CIA sabía de la existencia de las células de al-Qaeda, mientras que el FBI carecía de esa información. O’Neill se labró enemigos de la misma manera que acumulaba amantes. O’Neill acabó dimitiendo del FBI y se incorporó el 11-S al World Trade Center como jefe de seguridad en edificio. Murió tratando de ayudar a las víctimas del atentado.       
                                             

diumenge, 25 de desembre del 2011

¡ Feliz Navidad !

                                                             Feliz Navidad y mejor 2012


diumenge, 18 de desembre del 2011

De la fregona al bossón de Higgs.


El inventor, Manuel Jalón Corominas, ingeniero aeronáutico, fue el creador de la fregona. Ha muerto a los 86 años en la ciudad de Zaragoza. La fregona puede parecer poca cosa, pero fue un salto –iba a decir, cuántico, pero parecerá una exageración- extraordinario para liberar a las mujeres del trabajo poco agradecido de fregar los suelos. Recuerdo a mi madre limpiando el suelo con una bayeta y el cubo de agua a mano. El trabajo era tedioso, y dejaba la espalda hecha polvo. La invención de la fregona supuso un salto “evolutivo” en el trabajo doméstico. Limpiar el suelo con fregona elevó la estatura social de la mujer a una dimensión desconocida. Sólo por este hecho, Manuel Jalón Corominas debería ser recordado con admiración y simpatía por todos nosotros.


El bosón de Higgs es hablar de partícula elementalísimas que está en el límite de la imaginación humana. Algunos pretenden decirnos que Abre Las Puertas A Una Nueva Perspectiva De La Realidad. No soy físico. Desde Demócrito de Adbera que en el siglo IV a.C afirmó que la realidad se componía de átomos y vacío, el proceso por explicar lo que nos rodea ha ido cada vez más hacia regiones invisibles. Lo interesante es que la partícula “bosón de Higgs” confirma las teorías sobre partículas subatómicas.


Algunos pueden pensar que nos estamos acercando a la explicación última de la realidad. Sin embargo, hablar de realidad suena demasiado metafísico. Es como decirnos que con este experimento podremos comprender mejor la realidad. Una realidad que está ahí para poder conquistarla. La idea de una realidad que está fuera de nosotros y que gracias a la ciencias nos encontramos cada vez más cerca de colonizar es un sueño de la metafísica. Si el experimento sobre la dichosa partícula –sea lo que sea-, alcanza el objetivo, lo único –que no es poco- que nos permitirá es seguir planteándose nuevas cuestiones, ampliar nuevos horizontes para explicarnos con lo que sabemos, y hacernos una idea –teoría- de cómo funcionan las cosas. Deberíamos dejar la cuestión de la realidad y plantearnos cómo hacer que estos descubrimientos mejoren nuestras vidas.





divendres, 9 de desembre del 2011

¡ Mentirosos !


Europa no tiene proyecto político en común. Así de claro. Lo único que anuncian es más reestructuración para salvar a la economía financiera. El BCE rebaja el precio del dinero hasta el 1%. A estas alturas de la crisis este gesto es simplemente cosmético. No ayuda para nada a la economía real. Europa se desintegra a manos de aquellos que debieran defenderla. Solo se habla de reformas en los ámbitos sociales y laborales.


Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.

¿Qué lógica es esa? Beneficios, claro. El capitalismo global aspira al crecimiento especulativo. Europa ha dejado de ser un valor inversor. Resulta demasiado caro. Como hay alternativas, los nuevos ricos en Rusia, China, India –inconcebible hace unas décadas-, son ahora el objetivo del nuevo capitalismo global. Europa sólo interesa si los Estados se subastan a través de los bonos y letras del Estado. Si el tipo de interés es elevado, entonces, podremos apostar. Como queremos que sean altos, presionamos para que así sea.



En democracia, nuestros representantes son el reflejo de nuestra sociedad. Al ritmo que llevamos desmantelarán el Estado del bienestar a través de la técnica de la privatización. Lo público se diluye en beneficio de lo privado. El problema de lo privado no es que lo que sea. El problema es que pase como si el interés particular se convierta en interés de todos. Ese es el secreto que la nueva globalización está llevando a cabo con éxito.


El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!

dijous, 8 de desembre del 2011

La regla del juego

Leo en “La regla del juego. Sobre la dificultad de aprender filosofía” de José Luis Pardo (ed. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) lo siguiente:

“¿Qué significan, entonces, interpretadas en sentido figurado, todas estas imágenes terribles de hipnotizadores, sátrapas, déspotas, tiranos, verdugos, reyes absolutos y reos desnudos, imágenes con las cuales miles de adolescentes de la izquierda universitaria postindustrial entretienen su larguísima scholé?” (pág.404)



La respuesta es que hay dos modos de impedir que los hombres y mujeres puedan emanciparse, que puedan convertirse en adultos: a) la primera es mantenerlos atados a sus “comunidades narrativas” e impedir su educación, en imposibilitar el acceso al espacio público que es la escuela. No por casualidad la primera medida de los talibanes cuando tomaron el poder fue la prohibición de la escuela más allá de la repetición del Corán, sólo para los niños y jóvenes, mientras que las mujeres y niñas se las hacía desaparecer del espacio público. Lo que se quería era simplemente adocenarlos en la repetición de los propios prejuicios; b) la segunda vía, más retorcida es alargar la etapa de la escuela y hacerla indefinida. Si la escuela supone la virtualidad de la emancipación, la operación de hacerla eterna desbarata su virtualidad. La escuela debe tener su salida natural al ámbito social y laboral, es decir, el espacio público. “Salir a la calle” expresa la desembocadura de esa etapa que es la escuela.



En nuestras sociedades modernas, la emancipación, es decir, distinguir la verdadero de lo falso, la distinción entre real e imaginario, se pretende borrar. La escuela adquiere caracteres que en vez de potenciar esa emancipación, hacerlos críticos, los convierte en “menores de edad”. La minoría de edad de la que hablaba Kant, adquiere perfiles borrosos pero reales en nuestras sociedades postindustriales. Estudios que se alargan sin justificación. Obligatoriedad de la enseñanza para evitar “salir a la calle” y encontrarse en el paro. La calle se ha convertido en un desierto. Por esos nuestros jóvenes se encuentran tan a gusto frente a la pantalla del ordenador. En ese espacio virtual, adquieren roles que no pueden ejercer en el mundo real. Se convierten en héroes o villanos y pueden ejercer impunemente cualquier cosa que se les ocurra. Todas ellas se caracterizan por la falta absoluta de reglas. El espacio público está constituido por normas legales, por límites que suponen la posibilidad de la convivencia. El diálogo es consustancial al espacio público, pero nuestros jóvenes se ejercitan en un mundo de “excepción”. El mundo virtual es un “estado de excepción” se que ha convertido en norma y nuestros jóvenes adquieren destrezas que en el espacio público son inservibles.

diumenge, 4 de desembre del 2011

Economistas a la greña


Leo el artículo de Paul Krugman y no dejo de pensar que el gremio de economistas debería hacer urgentemente examen de conciencia. ¿Cómo es posible la diversidad de opiniones sobre lo que debería hacerse? ¿Qué clase de ciencia es la economía? Sabemos que es un ciencia sombría y habría que decir que también es confusa. Nuestras eminencias de la UE afirman la necesidad de reducción del gasto, control presupuestario, reducción de salarios, es decir, hacen una llamada a la recesión. Los neokeynesianos nos dicen que en épocas de recesión lo que conviene es una economía de expansión. Los Estados deben liderar el crecimiento con un aumento de la demanda que impulsará la reactivación económica. ¡Habrá inflación! ¡Habrá aumento del déficit! La respuesta es que una vez se ponga en marcha la demanda agregada, el aumento de dicha demanda supondrá un estímulo para la contratación de mano de obra lo que supone un aumento del empleo y una reactivación del consumo de las familias y empresas con el consiguiente aumento de recaudación impositiva –IRPF e IVA- y la reducción de la participación del Estado y una reducción del déficit.

Draghi vs Krugman


Pero, resulta que nuestras autoridades monetarias no están por la labor, Keynes está enterrado y quisieran  olvidarlo. Ahora, el nuevo mantra es la reducción del gasto público. Una reducción que sólo beneficia a los de siempre. Si desde el 2008 hasta ahora la zona euro ha gastado 1,608 billones de euros para lubricar a los bancos el resultado es que siguen secos. No hay crédito a las empresas ni las familias. Así qué ¿dónde esta el dinero?. Si esas cifras astronómicas se hubiesen utilizado para reactivar la economía real, no estaríamos en esta situación. La zona euro se ha convertido en zona catastrófica.

Alemania es el principal responsable de una irresponsable actuación. Por salvaguardar sus propios intereses –legítimos- está obligando a los demás al suicidio económico. Vivimos en una economía global. Si los países del sur de Europa se hallan en el abismo, gracias también a la irresponsable actuación del BCE, por poner en el mercado la propia solvencia de los Estado, la crisis del sur de Europa y su deuda soberana afecta al consumo de bienes alemanes. Y, por extensión la crisis acabará afectando también en Alemania. Estamos ante el dilema de los prisioneros. Somos una cuerda de presos. Si Alemania y Francia encabezan esa cuerda, los restantes prisioneros –PIG- de la cola, también están atados, si lo que quieren es soltarse y dejar al resto de los PIG entonces no tendrá sentido seguir hablando de Europa. Se habrá desintegrado la UE para décadas. Al parecer los mercados ven atractivo es escenario. Pues, sus ataques al euro, vía PIG nos nuestra claramente sus intenciones.

dissabte, 3 de desembre del 2011

Estados catalépticos


Mirando la prensa, se comprueba que la política europea es inexistente. Europa y su proyecto han sido barridos por una crisis que se inicio en el 2008 y está arrasando las estructuras del estado del bienestar. Nuestro dirigentes se han convertido en auténticos gestores del capital. La economía se ha convertido en una realidad surrealista que está socavando la economía real. Lo real sucumbe a lo virtual. La especulación se hace carne en los diferenciales de la deuda pública que los Estados se ven obligados (sic) a pagar a los mercados para poder financiarse y poder seguir drenando liquidez a los bancos. ¡Círculo virtuoso!


La inmediatez de la economía hace imposible que nuestros mandatarios se encuentran con el dilema de seguir el juego que los mercados han impuesto, y que los gobiernos tuvieron la oportunidad de regularlos con la crisis y derrumbamiento del sistema financiero (2008), pero que no quisieron realizar presionados por los lobbies bancarios y ahora nos encontramos que nos anuncian medidas draconianas “para salir de la crisis”. La lógica del mercado dice que si puedes conseguir rentabilidades superiores no las dejes pasar. Eso deben pensar las entidades gestoras que mueven los mercados. Los gobiernos pagan a precio de bonos basura el bienestar de la sociedad actual y la venidera. ¡Nunca se había llegado a este dislate mayúsculo!



La sociedades democráticas están siendo laminadas a través del miedo. La precariedad y la exclusión social son ya una realidad. Las seguridades que acompañaban al Estado de bienestar son puestas en entredicho por los propios gobiernos que deberían garantizarlas. La causa de este desaguisado es simplemente la codicia. Se puede leer en la prensa que “en total fueron 1,608 billones de euros” las ayudas que los gobiernos de la UE han aportado al sistema financiero. ¡Y ahora quieren exprimir aún más las arcas del Estado –todos nosotros- mediante la presión que ejercen para aumentar la rentabilidad de la deuda pública! No sé qué pensar. Cualquier opción parece un contrasentido. Parece claro que las élites económicas quieren el derrumbamiento del Estado. Quieren un estado mínimo que sólo actúe para salvarlos a ellos, al precio de hundirnos a todos. Lo peor es que lo están consiguiéndolo en nombre de la crisis.