diumenge, 24 de gener del 2010

Las ocho casas de Atxaga


Acabo de leer la novela de Bernardo Atxaga "Siete casas en Francia". Novela muy recomendable tanto por la forma como por el fondo. La literatura permite viajar al Congo de la época de Leopoldo II. No se trata de una denuncia, que también, sino simplemente la ocasión de contar una historia. El arte de narrar historias parece cosa fácil, pero el asunto no es tan sencillo.


La historia es sencilla. En un puesto de la Force Publiques del rey Leopoldo II  a principios de 1903 , en el puesto militar de Yangambi, desembarca un nuevo militar Chrysostome Liège. Éste provocará una serie de sucesos que irá in crescendo a  lo largo de la novela. 

Los personajes de este drama son el capitán Lalande Biran, el teniente Van Thiegel, socio del capitán en actividades comerciales clandestinas, Richardson, Lopes, Donatien, Bamu, Livo, un obispo, un períodista, Lasalle y los ausentes: Leopoldo II, Armand Saint-Fox (Toisonet) , y Christine Saliat de Meilhan esposa del capitán. De forma indirecta aparecen los caucheros, los askaris y los rebeldes.




¿Qué sucede cuando en un entorno de monotonía  aparece un nuevo personaje? Que la situación anterior cambia. Los acontecimientos se precipitan. Las rivalidades de cada uno de los personajes tejen una urdimbre que cobra vida. El desencadenante es el rifle Albini-Braendlin. Las envidias del teniente focalizarán todas sus frustraciones. En la mente del teniente aparece una palabra que le obsesionará, Chrysostome Liège, se convertirá en pédé (marica). Su manera de ser y hacer acaba obsesionando a Van Thiegel. 

La estación militar tiene por objeto las plantaciones de caucho y el control de los nativos convertidos a la fuerza en caucheros. Todo lo que les rodea, personas y paisaje pertenece a Leopoldo II y de forma vicaria al capitán Lalande Biran, que tiene aspiraciones de poeta. A su vez quiere satisfacer a su codiciosa esposa comprándole casas. Y para ello desvía caoba y marfil para su particulares intereses. 

Los jueves el capitán se desfoga sexualmente a costa de las vírgenes nativas que las busca su mayordomo Donatien. No se plantea lo que deben pensar las desafortunadas jóvenes. La empatía no está entre las prioridades del capitán Lalande. La suerte está echada cuando el teniente Van Thiegel destruye a la única persona que Chrysostome Liègi desea en Yangambi y por extensión en todo su universo. Hay duelo y venganzas. Muertes y traiciones.

 El libro de Atxaga es un excelente ejemplo de literatura. La ficción no es más que un pálido ejercicio de la realidad. El tono entre irónico y preciso retrata a unos personajes que son los amos de un  mundo dejado de la mano de Dios. El colonialismo belga como el de los restantes países civilizados deja una nota amarga. Excelente descripción de situaciones y personajes que hacen de esta novela recomendable para aquellos que quieran sumergirse entre la ficción y la realidad. 

dissabte, 9 de gener del 2010

Novela negra...sueca


Novela negra, la expresión tiene su origen en el escritor norteamericano Raymond Chandler. Su expresión ha hecho fortuna. Y hablando de fortuna ahí está el éxito de las novelas de Stieg Larsson (1954-2004) y su famosa trilogía "Millennium".  Las novelas de Larsson son entretenidas, sus páginas se parecen a planos visuales, sus descripciones se parecen a los catálogos de venta por correo. Ameno, superficial, apto para todos los públicos. Entretiene sus peripecias truculentas, sus personajes son del todo poco creíbles. Especialmente, Lisbeth Salander. Su particular "autismo social" permite desdibujar al personaje, hasta hacerlo plano. Sale de las situaciones como un prestidigitador que saca de su chistera un conejo o una paloma. No importa lo poco creíble que sea la situación. Tiene recursos para todo. Las páginas describen hechos y situaciones de todo orden. Pero falta algo. No basta ni Mikael Blomkvist, ni la conspiración de la inteligencia sueca, ni Zalachenco...




¿Qué falta entonces? La respuesta está en la escritura. Leer una página por poner un ejemplo de Philip Roth de "La mancha humana" (ed.Debolsillo) es suficiente para ver las diferencias. En este caso, la novela negra tiene su sentido irónico. O sea, leer a Larsson, siendo agradable y entretenido, no supera ni la intensidad y la profundidad de los personajes de Roth, por ejemplo. Tampoco de Henning Mankell. La serie Wallander, es un buen ejemplo de novela negra.

Uno imagina a una Suecia en el que el Estado del bienestar hace que las injusticias sociales sean lo menos dolorosas posibles, pero al leer la novela negra sueca, parecen dibujar una Suecia que cuesta reconocer. Detrás del bienestar se esconde una sociedad doliente. Suicidios, alcoholismo, violencia. ¿Eso era el paraíso de la sociedad del bienestar? Parece que Henning Mankell y en otro registro Larsson nos dicen que no todo es oro lo que reluce en Suecia.



Acabo de leer "Pisando los talones" de Henning Mankell. El libro es un buen ejemplo de buena novela negra. Mankell no es Roth, pero tampoco es Larsson. Su novela deja que las cosas sucedan, las descripciones y las situaciones son realistas. Las reflexiones sobre Suecia son aceradas y ácidas. Hay desencanto y frustración. Reflexiona sobre la condición humana y el papel de la policía. La novela y su personaje central Kurt Wallander y los demás personajes se les ve a lo largo de la novela pasar por todas las fases de una investigación criminal. ¿Cómo saber quién es el asesino o asesinos? ¿Cómo empezar a buscar pruebas?


La violencia que describen es extremadamente desasosegante. Psicópatas astutos, fríos, calculadores. Y frente a ellos se oponen inspectores/as que tienen problemas domésticos, Wallander y su diabetes incipiente que le hace orinar terrones de azucar,etc. Radiografías de una sociedad que debería estar encantada de tener y poseer lo que tienen, pero que no acaba de estar bien consigo misma.

Leyendo a estos autores suecos parecería que en el infierno no hay fuego, sino hielo.No he leído todas las obras de Mankell, leí "Asesinos sin rostro", en el que la inmigración estaba en el trasfondo de la novela y el inspector Wallander iniciaba su andadura. Leeré más novelas de este autor, ya que desgraciadamente, la muerte prematura de Larsson ha truncado su vida y carrera como novelista.