dilluns, 11 de març del 2019

Poesía: Edgar Lee Master

La colina

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
el abúlico, el forzudo, el bufón, el borracho, el peleador?
 Todos, todos están durmiendo en la colina.
Uno se fue por una fiebre,
uno se quemó en una mina,
uno fue muerto en una pendencia,
uno murió en la cárcel,
uno se cayó del puente donde trabajaba para sus hijos
 y su mujer;
todos, todos están durmiendo en la colina....

Edgar Lee Masters, Antología de Spoon River (selección) 


La muerte nos nivela a todos. No en el mundo de los vivos, pero sí en el de los muertos. La vida es breve. Es una obviedad que se transforma en certeza a medida que avanzamos en el tiempo. Algunos les cogen en un momento inesperado. Se van cuando aún deberían haberse quedado. La muerte como idea se transforma en experiencia cercana. Nuestros abuelos, padres, parientes en general, y amigos. La fragilidad de la existencia humana. La temporalidad en la que nos hallamos instalados. Venimos al mundo de prestado. Con un tiempo asignado, desde el momento de nuestro nacimiento se pone en marcha el reloj inexorable de la muerte. Principio y fin. No es de extrañar que vivimos tiempos que se ha conjurado contra la muerte. El sueño de una vida eterna –cuasi-eterna- es la nueva utopía de los tiempos actuales. Las ciencias biomédicas, nos cantan sus cuentos de sirena sobre una vida prolongada. Vencer la muerte se ha convertido en la nueva frontera.

PD: A Jaime, porqué no podrá leerlo jamás.

dimecres, 6 de març del 2019

Auto Sacramental: El juicio del Procés


El juicio al Procés que se celebra en el TS, adquiere cada vez un tinte de Auto Sacramental. En él se celebra una expiación. La figura del chivo expiatorio –figura simbólica para el sacrificio- permite exorcizar los demonios de un Estado que nunca se vacuno contra el franquismo. La  “Unidad de la Patria” ha realizado el milagro. El Estado y sus usufructuarios –Altos funcionario, Judicatura, Políticos, Medios de Comunicación, Finanzas, etc.,- se han conjurado para eliminar un mal que consideran más peligroso que el terrorismo de ETA. La sociedad catalana – un 48% al menos de ella-, son el peligro. Este “auto sacramental” que se desarrolla en el TS, tiene como causa a ese 48%. ¿Cómo castigar a esos díscolos ciudadanos? Atacando a sus representantes, sean políticos o cívicos. Creen que su castigo hará retroceder las aguas bravas del independentismo. 


En el sacrificio al chivo expiatorio –la víctima- tiene que morir. En este caso, la sentencia tiene que ser de culpabilidad. La lógica de este “Auto Sacramental” no admite otra solución que el castigo a los “culpables”. ¿Alguien cree que los jueces del TS puedan declarar a los “acusados” de inocentes?