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dimarts, 11 de gener del 2022

Reseña: Civilización o barbarie o cómo se transforma en geometría asimétrica

El libro de Lamo de Espinosa, Entre águilas y dragones. El declive de Occidente*, hay un  Post Scriptum titulado: Afganistán: civilización o barbarie, que quisiera comentar.



El texto recoge la salida o mejor huida de Afganistán en agosto de 2021. Este hecho permite reflexionar al autor acerca de los acontecimientos que podemos esperar en el futuro más cercano. Considera a Afganistán, como un nudo de relaciones de poder de dimensiones globales. Hace elucubraciones. El tablero de poder tiene su centro, precisamente, en Afganistán, pues, su geografía toca centros neurálgicos en el escenario global: Pakistán, Irán, Repúblicas de la antigua Unión Soviética, Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, amén de China. Considera Lamo de Espinosa que dependiendo cómo evolucione Afganistán, la posibilidad de desestabilización de la zona puede crear tensiones que pueden llegar a la guerra. Una vez EE.UU ha renunciado a esa zona, primero con Trump y después con Biden, se ha pasado como apunta el autor de una “American First” a una “American Only”. Esa renuncia ha dado lugar a China y Rusia ejercer su influencia. Los intereses contrapuestos de las partes, utilizando las tradiciones pugnas entre vecinos, por ejemplo, India vs Pakistán, India y  Rusia, y Pakistán y China, crea condiciones para ser utilizada como arma arrojadiza contra Occidente, pero también entre esos vecinos en los que cada uno tiene intereses confesables pero también inconfesable. Irán, también quiere jugar tener su propio paraguas de seguridad sea con Rusia o China. 

Si el escenario de Afganistán es el modelo, se pregunta el autor, ¿cómo defenderá EEUU a sus socios, sea Taiwán, Israel o incluso Japón? ¿Será capaz de defender las repúblicas Bálticas o Ucrania de una agresión de Rusia? Ahora mismo, la respuesta sería que no, o tal vez si, no hay seguridades. Eso significa que los países en cuestión deben buscar nuevos socios, y no puede buscarlos en Occidente. La UE, no tiene peso ni fuerza, aunque eso sí, siempre podrá decir que está “sumamente preocupada” por los acontecimientos que suceden más allá de la UE. 

EU.UU sólo tiene una prioridad, China. Llama la atención el mensaje apocalíptico que desliza el autor: “Afganistán puede acabar siendo una suerte de agujero negro que proyecte inestabilidad justo en el llamado ‘centro del mundo’” (pág.362)

Allí donde EEUU se ha retirado ha dejado la puerta abierta a otras potencias que ocupan su lugar. Si Occidente se repliega, Afganistán es el último ejemplo, los países de Oriente Próximo y Lejano, no dejan de tejer alianzas, todo lo efímeras que se quieran, pero dejando a un lado a la UE y EEUU. China y Pakistán buscando el “Corredor Económico” que permita acceder al Índico. Esa alianza no puede ser bien vista por India enemiga de Pakistán desde su fundación. ¿Qué podemos esperar de una UE que no tiene una voz unitaria y sobre todo creíble en ese escenario que deja fuera de juego a Occidente? El autor parece que hace una llamada al miedo: o “civilización o barbarie” (pág.366) y cita a Tocqueville para remachar el clavo de la desconfianza en ese futuro que como dice el propio Tocqueville: “Las naciones de nuestros días no pueden impedir la igualdad de condiciones en su seno; pero de ellas depende que la igualdad las lleve a la servidumbre o a la libertad, a la civilización o a la barbarie, a la prosperidad o a la miseria” (pág.367)




El nuevo mundo global, tiene que decidirse  ante ese dilema que Tocqueville intuyó en 1840 (La democracia en América, vol II). Las tendencias autoritarias reforzadas por las políticas para luchar contra la pandemia están creando un caldo de cultivo que es aprovechado por los populismos de derechas y no solo ellos, para un repliegue hacia los viejos valores. La democracia formal se instala en régimen autoritarios, pero la servidumbre parece ganar adeptos. La UE y EE.UU tienen en su seno el cáncer de la división interna entre nostálgicos de un pasado imaginario y un futuro por construir. Lo nuevo en este orden es que podría darse lo que aparentemente ofrece la mayor dictadura del mundo- China-, servidumbre y prosperidad y ante esta nueva receta, los cantos de sirenas se hacen tan ensordecedores que difícilmente podremos escuchar lo que significa la idea de libertad y la democracia como campo para profundizar en ella.  


divendres, 31 de desembre del 2021

Reseña: Cataluña, una piedra en el zapato de la política exterior española (II)



 Leyendo el libro de Emilio Lamo de Espinosa, Entre águilas y dragones. El declive de Occidente*. En el apartado Epílogo para españoles, trata como de pasado lo sucedido en Cataluña. El autor hace un repaso histórico acerca de nuestra posición en el mundo y como tres vectores han sido eje de nuestra política exterior: el eje Europa-EEUU, América Latina y el Magreb. Teniendo en cuenta el análisis que hace, se entiende que la cuestión catalana, sea un engorro y un fastidio para la buena marcha de la política exterior. Una de sus ideas-fuerza es que la solución a los problemas de España no vendrán de dentro sino de fuera, es decir, de Europa. A pesar de que Europa ha perdido posición en el nuevo escenario global con la irrupción de China.

Transcribo lo que dice sobre la cuestión:

“Desde entonces, el posible liderazgo español en la política de la UE se ha visto deteriorado. Pues si primero fue la Gran Recesión, luego fue la crisis catalana de 2017, con su notable impacto negativo en la opinión pública. Una crisis que fue muy mal gestionada en términos de comunicación (y el Gobierno español hizo bien poco por proyectar nuestra visión y mensaje en los medios de comunicación relevantes), aunque muy bien gestionada por la diplomacia española, de modo que el intento separatista por internacionalizar el procés (sic) fracasó rotundamente, tanto en el marco de la UE como fuera. (...) Pero los favores se pagan y la diplomacia española ha estado fagocitada por la gestión del separatismo catalán, que consumió energía, tiempo y oportunidades (...) (pág.313-4)

(...) Al hablar de la “reputación internacional” , nos dice lo siguiente: “En esa tendencia de continua recuperación desde 2014, la crisis provocada en 2017 por la declaración unilateral de independencia en Cataluña supuso un ligero frenazo, pero no un retroceso, y su impacto desapareció en los años siguientes. Habrá que esperar para ver cómo los indultos y la reemergencia del procés (sic) han podido afectar a la reputación. (pág.323-4)

(...) Así pues, tenemos un problema objetivo que se ve agrandado por otro subjetivo. Los españoles muestran un marcado desinterés por la política exterior (...), actitud que se ha visto reforzada por el Estado de las Autonomías, que ha venido a provincializar la política y a generalizar un marco de referencia localista y endogámico (la pandemia de la COVID-19) lo ha acentuado. Si ya la propia España resulta exótica y ajena, qué decir del resto del mundo . (pág.331)

(...) “la creciente dependenci de España del apoyo de los socios europeos, primero con la Gran Recesión, después con la crisis catalana, (...)” pág.356)

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La lectura de los párrafos anteriores podemos comprender que el autor aboga por la homogeneización del Estado. El Estado Autonómico le parece a día de hoy superfluo o en el peor de los casos, contraproducente. En cuanto a Cataluña, le parece que la cuestión está solucionada. Desde una perspectiva, europea, la cuestión es interna, que es una manera de mirar para otra parte. Pero, el conflicto tiene ramificaciones que el gobierno español no puede controlar y es la deriva judicial internacional. Si en el plano diplomático, la cuestión catalana está “controlada”, aunque como el propio autor reconoce, los apoyos europeos no salen de gratis, otra cuestión es en el orden judicial, donde los pronunciamientos contra las euro-órdenes  son rechazadas por los distintos estados, sea Alemania, Bélgica, Italia. La cuestión catalana –no era el tema del libro- seguirá.