dijous, 12 de desembre del 2019

Birmania (VII): Mandalay-Bagan(II)

Día 8 

Mandalay-Bagan

¡Te ofrecemos cientos de experiencias en un sólo día!


He despertado como si un resorte en mi cerebro me avisara de algo urgente, eran las 6h. He dormido siete horas seguidas. Hacía días que no conseguía dormir seguido tantas horas. Ducha y desayuno. Un desayuno que procura no cambiar, nada de salado. ¡Siempre hay gente para todo, incluso los que comen salado!

Hemos paseado por última vez por los jardines del hotel, el Mercure Mandalay Hill Resort. Fotografiarlo a la luz del día, parece otro lugar, las tonalidades y matices de la luz que el ojo humano es capaz de captar es realmente asombroso. Desde la perspectiva evolutiva el ojo humano no está muy bien diseñado, pero para las funciones que cumple, es muy práctico. 

El autobús nos ha recogido a las 8h. Asombra lo disciplinados que somos, todos a la hora que toca. Hemos empezado el periplo turístico. El primer objetivo, ha sido casi al lado donde estábamos, en la kuthodaw Pagoda, “es una estupa budista , ubicada en Mandalay , Birmania (Myanmar), que contiene el libro más grande del mundo . Se encuentra al pie de Mandalay Hill y fue construido durante el reinado del Rey Mindon . La estupa en sí, que está dorada sobre sus terrazas, mide 188 pies (57 m) de altura y está inspirada en la pagoda de Shwezigon en Nyaung-U, cerca de Bagan . En los terrenos de la pagoda hay 729 kyauksa gu o cuevas con inscripción de piedra, cada una de las cuales contiene una losa de mármol inscrita en ambos lados con una página de texto del Tripitaka , todo el Canon Pali del Budismo Theravada.” 

¡Es sin duda, el libro más pesado del mundo! Hemos dado 360º alrededor de la Pagoda, siendo fotografiada desde todos los ángulos posibles.  Las inscripciones de piedra se hallan dentro de las 729 estupas, de color blanco que da un aspecto soberbio al recinto.











  








Después hemos abandonado Mandalay y nos hemos dirigido a Paleik, donde se encuentra un templo donde descansan serpientes junto a la estatua de Buda. Una plaza polvorienta nos esperaba, las inevitables vendedoras ambulantes, hacían acopio de paciencia a la espera de la aparición de los turistas, y la posibilidad de vender su mercancía. Una torre con relej, parece esperarnos para el recorrido. El ritual de descalzarnos y acceder al templo. Una escenografía llena de dragones y un Buda sonriente, y una serpiente amodorrada (boa), hacen del conjunto una estampa chocante. En la simbología del budismo, la serpiente - Muchilinda o Muchalinda es el rey de los nagas (serpientes) que protegió con su caperuza a Buda  (cuando aún se llamaba Sakyamuni Gautamá) de la lluvia después de su iluminación espiritual)












 

 

Nuestro diligente guía, nos explicó que las 12h los monjes, sacan a la serpiente de donde está la estatura de Buda para meterla en una pequeña piscina, para lavarla. El templo es de una iconografía extraña, con dragones y serpientes. De los dragones, o “los chinthe como los simha aparecen en las monedas de Birmania y Sri Lanka. Siempre se encuentran a pares, y se encargan de proteger las pagodas o templos donde están apostados. En Birmania puede hallarse una variación, el manussiha, que tiene cabeza humana y cuerpo de león, por lo que es comparable a la esfinge occidental, y se encuentran en cada una de las cuatro esquinas de los templos. Se dice que puede saltar sobre sus enemigos desde nueve direcciones distintas.” (https://es.wikipedia.org/wiki/Chinthe)

Hemos vuelto al autocar para emprender nuestro viaje. Hemos vuelto a contemplar los contrastes entre el campo y la ciudad. Cientos de personas viven –malviven- de vender productos a los camiones, autocares, coches y motos que circulan por carreteras estrechas. Casas-negocios formando una unidad muy precaria. Nos hemos adentrado en territorio eminentemente agrícola. Hemos contemplado pequeños rebaños de vacas, ovejas, campos de cultivo y grandes extensiones de paisaje verde, lleno de palmeras. El calor en el exterior era intenso. Hemos parado en gasolineras que competían con las que encontramos al lado de casa. El trayecto se hace largo debido a las carreteras, ir a 50 o 60km hace que trayectos relativamente cortos,  unos 279 km, el horario se dispare sobre las cuatro horas y media de recorrido.



Después de un larguísimo recorrido, hemos parado a comer en un restaurante cercano al Monte Popa, lugar que hemos visitado después de comer. Había hambre después de un trayecto maratoniano. La comida ha sido servida en el patio amplísimo, con techo elevado, abierto en todas las direcciones, creaba la sensación de bienestar, a pesar del calor. La comida ha sido servida en plato de laca, muy apreciada. En cuanto al contenido, ha sido excelente, seguramente, el hambre atenuaba cualquier defecto. Nos han dado de comer fruta dragón, muy dulce.




Sobre las 16h hemos ido en dirección al Monte Popa, antiguo volcán. Una carretera serpenteante nos ha llevado hasta el acceso al monasterio. Hemos subido los 150 escalones iniciales de los 777 que hay. Estos 150 escalones van parejos a los puestos de venta con toda clase de objetos. A partir de esos 150 escalones, había que descalzarse. No he subido, y posteriormente, me he dado cuenta del error. ¡Difícilmente, habrá otra oportunidad! Una particularidad del lugar son los monos, macacos, que pululan por todo el  lugar, resultan inquietantes, porque no sabes cómo van a reaccionar. Cualquiera que les de comida, provoca una avalancha de monos en busca del preciado trofeo.




  






 El monasterio Taung Kalat que corona el volcán Popa es uno de los más sagrados y venerados de Birmania. Es el hogar de 35 nats, espíritus de los antepasados que habitan en las montañas. 777 escalones ascienden al Monasterio. 

Muchas leyendas están asociadas con esta montaña, incluida su dudosa creación a partir de un gran terremoto y la montaña estalló en el suelo en el 442 aC. Es posible que las leyendas sobre los nats (espíritus) representen una herencia de religiones animistas anteriores en el campo birmano, que se sincretizaron con la religión budista en el siglo XI. Hay leyendas que antes del reinado del rey de Bagan, Anawrahta (1044-1077), cientos de animales fueron sacrificados aquí como parte de los rituales de adoración nat.



Después de la llegada de los compañeros que han subido, hemos vuelto a coger el autocar hasta Bagan. Trayecto largo, el sol ofrecía otros espectáculo gratis, pero no hemos podido disfrutarlo. Hubiera requerido parar en la estrecha carretera que nos conducía hasta Bagan. Era noche cerrada cuando hemos llegado al hotel Aye Yar River View Resort –los hoteles rivalizan en nombres largos y  pomposos-. A las 19.30h hemos cenado, amenizado por un espectáculo de marionetas y acompañado de una música estridente. El maestro titiritero se esforzaba en su actuación, pero era muy difícil compaginar cena –correcta y escasa- y la actuación de las diferentes marionetas.




Después hemos ido a las habitaciones, me he entretenido en la mesa de billar que hemos descubierto con otro compañero. Hemos intentado hacer carambolas, pero sin mucho éxito. Otros compañeros se han unido a nosotros, formando un pequeño grupo que con más entusiasmo que acierto han intentado acabar la partida. Finalmente, hemos podido cumplir el objetivo. 




A  las 22.50h estoy escribiendo lo sucedido durante el día. La memoria es extraordinariamente frágil. Recuerda cosas, pero no siempre en el mismo orden, es como si la memoria privilegiase unos recuerdos en detrimento de otros. El aire acondicionado hace un ruido infernal, así que lo pararemos. Además, mañana toca despertarse aún más temprano, tenemos cita con los globos aerostáticos,  y salimos del hotel a las 5.10h.


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