divendres, 14 de desembre del 2018

Argentina: Ushuaia (I)


Día 4

Desde el hotel nos han despertado a las 6h. Hacía rato que nos habíamos despertado y preparado las maletas. Se supone que había desayuno. Cuando hemos llegado a desayunar no había nada, un buffet desierto. Sólo había café y leche fría. Algunas pastas que habían sobrevivido a la primera oleada de comensales.

Resulta extraño e irritante que el hotel no sea capaz de movilizar sus recursos para satisfacer a un grupo tan nutrido como el nuestro. Dejan un mal sabor de boca por racanear unas horas extras. ¿Quién querría volver a ese hotel con la experiencia de un desayuno inexistente?

A las 7h todos estábamos en el bús. Roberto nos ha dado las últimas noticias al pasar junto a la estación del tren, en sus márgenes se había construido una ciudad de la miseria. Se conoce como Villa Miseria. Ya hablé el otro día. Uno de nuestros compañeros ha sugerido las “favelas” como comparativa. Aquí predomina el plano vertical. Precariedad, materiales de derribo, un auténtico reciclaje para construir algo nuevo, un techo donde vivir, pues, ni las clases medias, pueden hacer frente al pago de vivienda nueva. El problema de la vivienda es un problema a escala global.



El trayecto ha sido breve, unos 25 a 30’. El Aeroparque está destinado a vuelos nacionales. Facturar, control de pasajero, embarcar, todo muy rápido. Hemos esperado la cola correspondiente. El avión ha salido con unos 10-15’ de retraso. El vuelo hasta Ushuaia ha durado 3h. Después de desembarcar y los controles de maletas, hemos salido al exterior. Nos esperaba nuestro guía Juan, no era tan dicharachero como Roberto. En el exterior nos aguardaba un viento fuerte que ha hecho dificultoso llegar al bús.


Buenos Aires


Del aeropuerto –pequeño-, hasta el hotel Fueguino (4*) hemos estado 10-15’. Llegada al hotel, firmar la hoja de cliente, recoger llave y clave de wifi muy útil, entrar en la habitación para dejar las maletas. Bajar a tomar un aperitivo, gentileza del hotel y comer en el mismo hotel. La comida era  muy correcta, pero el servicio ha sido lentísimo, supongo que no están bien organizados.

                                      

Ahora que escribo son las 16.39h. La habitación es pequeña, hay vistas excelentes, no frontalmente, sino lateralmente. ¡No se puede tener todo! El termostato está puesto a nivel infernal. Sigue haciendo viento. El viento nos acompañará en los siguientes días. Noviembre se caracteriza por el viento, llamado innombrable o viento sur. A las 17h saldremos a dar un tour por la ciudad.






                                                              Cayetano Santos Godino


A las 17h nos hemos ido al vestíbulo, habíamos quedado para ir juntos al Museo. Pero no había nadie. Nos hemos dirigido a la Av. San Martín, una arteria bulliciosa y llena de tiendas deportivas de altos vuelos y restaurantes de todo tipo. Parecía Andorra. Nos hemos encontrado con compañeras que iban al Museo, donde se encuentra la prisión antigua de Ushuaia. Un sistema panóptico, domina la estructura del antiguo presidio. Ushuaia fue “colonizada” por reclusos/as. El antiguo presidio fue utilizado para los convictos reincidentes. Uno puede imaginarse el lugar hacia principios de siglo. Colonia penitenciaria. Las galerías, los decorados e ilustraciones del presidio no ofrecen la verdadera dimensión del lugar. Una visita guiada que esperábamos fuese limitada ha dado paso a un encuentro multitudinario de turistas ávidos de saberes truculentos. Al cabo de un rato, nos hemos escapado para comprar algunas postales.



                                     



Después hemos salido por la calle principal. Hemos parado a tomarnos un café bombón y una porción de tarta. La cafetería se llama Dalí. Empezaba a lloviznear. Nos hemos encontrado con una pareja que hacía el “viaje de novios”, el novio era su tercer viaje. Nos ha dicho que eran de Valladolid.



                                



Hemos ido hacia el paseo Av. Prefectura Naval Argentina, que bordea el mar y el puerto. Hacía viento y frío. Las montañas, muy cercanas, estaban cubiertas de nieve. El viento arreciaba. He fotografiado barcos y pájaros. Nos hemos ido a una tienda deportiva para comprar ropa térmica. Allí hemos comprado otras postales –colecciono postales de los lugares que vamos; ¡nadie es perfecto!-. El vendedor, un joven muy atento nos ha explicado que la ciudad tiene unos 70.000 habitantes, el último censo es de hace casi 10 años, dentro de dos, se volverá a actualizar los datos de los habitantes. A unos 30km hay una estación de esquí, en Cerro Castor, que funciona en los meses de junio, julio, agosto y septiembre. ¡No hace un frío glacial debido al efecto del mar que se comporta como un termostato, moderando la temperatura.




Más tarde nos hemos ido al restaurante de hotel Fueguino. La cena está muy bien, pero la lentitud en servir los platos es desesperante. Ahora son las 23.30h (3,30h). Mañana nos espera excursiones terrestres y marítimas por Ushuaia. Estoy impaciente por contemplar estos paisajes soberbios.


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