dimecres, 1 de gener del 2014

Reseña: Cosmopolis y los cantos de sirena

Cosmpolis. Don Delillo. La butxaca.Ed.62. Barcelona.

Sinopsis:

La acción transcurre en una limusina, la limusina expresa la quintaesencia del capitalismo financiero. En un momento de la novela se desarrolla la siguiente conversación:
"- ¿Cómo sabremos que la era global se habrá acabado oficialmente?
-Cuando las limusinas comiencen a desaparecer de las calles de Manhattan" (pág. 102).

La limusina es esfera que le permite filtrar la realidad exterior. El protagonista es Eric Parker, un genio de las finanzas que quiere un corte de pelo, y para ello decide atravesar la ciudad de NY el mismo día en el que el Presidente norteamericano la visita. Como de pasada nos dice: "¿Todavía hay gente que dispara a los Presidentes? Pensaba que había objetivos más estimulantes- dijo" (pág.28)

El colapso circulatorio está servido, sin embargo, Eric sólo se atiene a su propia agenda, y decide la aventura de atravesar la ciudad. Su limusina permite abstraerse del mundo exterior que Eric cree que puede moldearse como si fuese plastilina.

Una batalla campal acontece en Time Square, grupos de jóvenes que protestan contra el capitalismo financiero, que Eric encomia, se enfrentan a la policía. Eric  ve los disturbios como una "performance" inútil, pero plástica. En un momento determinado se afirma: " (...). Estas personas son una fantasía generada por el mercado. Fuera del mercado no existen. No pueden ir a ningún lugar si quieren estar fuera. El afuera no existe" (pág.101).



Sus asesores le indican lo "volátil" de su juego especulativo contra el yen. Además, sus asesores de seguridad, le advierten de un "peligro real" contra su seguridad.

Desde su limusina sus asesores, hay uno para cada necesidad, su mujer, las amantes que visita, encuentran en esa burbuja-móvil el escenario ideal de un mundo de alta tecnología.

La novela es un ejercicio de posmodernidad. Dinero, poder, globalización, tecnología se expresan en esa limusina-sarcófago.  En Time Square, los manifestantes, lanzan piedras, pintura, contra esa limusina que expresa el poder del dinero. Eric confiese: " El dinero ha perdido su cualidad narrativa, tal como la perdió la pintura en un tiempo. El dinero habla con ellos. (...) La propiedad ya no es cuestión de poder, personalidad, liderazgo (...). Porque ya no tiene peso ni forma. La única cosa que importa es el precio que pagas" (pág.88).



Eric está solo. ¿De qué sirve una Blackberry si estas solo? Pero Eric no está solo. La nómina de amigos/enemigos es amplia. Su guardaespaldas Torval, Elise Shifrin, su esposa y poeta, Michael Chin, Didi Tancher, su amante, Jane Melman, su creadora de realidades, Dr. Ingram que chequea diariamente a Eric, Benno Levin, que quiere matarlo, André Petrescu, el "asesino de los pasteles", un exhibicionista mediático, Anthony Adubato, el peluquero de Eric, y antiguo amigo del padre de Eric, Ibrahim Hamadou, conductor de la limusina. A propósito de su conductor: " La geografía no ha sido nunca mi fuerte y preguntando a los taxistas de donde son originarios aprendo cosas. -Son originarios del horror y la desesperación" (pág.24-5)

La narración avanza hacia su propio origen y a su propia destrucción. Los  manifestantes de Time Square anuncian el rechazo a un sistema que margina cada vez a más personas. "Cuanto más visionaria es la idea más gente deja atrás. Este es el motivo de la manifestación. La visión de la tecnología y la riqueza. La fuerza del capital cibernético que enviará a la gente a la cuneta a vomitar y a morir. ¿Cuál es el defecto de la racionalidad humana? -Él dijo -¿Cuál? - Hace ver que no ve el horror y la muerte al final de los esquemas que construye. Esto es una manifestación contra el futuro. Quieren evitar que aplasten el presente" (pág.101).

Eric hace parar el vehículo para presenciar una fiesta rave. En ella, Eric parece buscar lo que busca. En la fiesta Torval y Eric desarrollan la siguiente conversación:
 "- Me parece que es la última droga que ha salido. Se llama novo. Hace desaparecer el dolor. Fíjate que bien nos sentimos.
- Son niños.
-Son niños. Exactamente. ¿Qué dolor pueden sentir para necesitar tomar una pastilla? (...) Pero,¿qué dolor sienten, si no tienen edad de comprar cerveza?
-Ahora hay suficiente dolor para todos. -dijo Eric."  (pág.136)

Cuando salen de la fiesta Eric matará a Torval. Lo mata con su arma personalizada. Eric va a ninguna parte. De camino al garaje de la limusina presenciará un spot  publicitario, donde se han reunido cientos de personas desnudas. Hay un paralelismo entre Time Square y el spot.  Llegaran a la peluquería de su antiguo amigo de su padre, pero se irá antes de acabar con su corte de pelo. Al final del estacionamiento para limusina le espera su némesis.

Benno Levi quiere matarlo. Benno es Richard Sheets, un antiguo trabajador de Eric. Richard/Benno siente que el sistema le ha fallado, le reprocha su éxito y su dinero. Eric le lazará a bocajarro la siguiente afirmación: " (...) No estás en contra de los ricos. Ninguno no está en contra de los ricos. Todos estamos a diez segundos de ser rico. O esto pensaban todos" (pág.209)



Eric a medida que avanza con su limusina ha ido perdiendo dinero a toneladas. Se afirma que: "Esto también es propio del pensamiento capitalista -el impulso destructivo-. La destrucción impuesta. Las industrias viejas han de ser totalmente eliminadas con dureza. Los mercados nuevos han de ser reivindicar tanto sí como no. Los mercados viejos han de ser reexplotados. Destruimos el pasado, construimos el futuro" (pág.103-4).  En la novela está llena de sugerencias más agudas que cualquier libro de sociología. Don Delillo ha sabido captar el mecanismo de un sistema que sólo se atiene a las cifras que salen del parquet bursátil y que expresa una sociedad líquida (Z.Bauman).

dilluns, 30 de desembre del 2013

Auto de fe (9)

La convalecencia 

Después de la caída, Kien paso seis semanas en cama recuperándose. Kein no quería estar inmovilizado. Teresa tenía todo el tiempo del mundo para hacer sabe Dios qué. Un día se levantó tropezando con el marco de la puerta y derrumbándose en el suelo. Teresa lo castigo dejándolo ahí en el suelo como señal de lo que no debía hacer sin su permiso.

Teresa estaba contenta con esta nueva situación que hacia ser dueña de la casa. Cuidaba a su marido. Repasaba su escritorio en busca de su tesoro: el testamento. Kien en su cama deliraba y nombraba a su hermano. Teresa temía por su herencia. Teresa le había dado por hablar sin parar. Kien no podía hacerla callar. Una catarata de reproches salía de su boca. Recitaba una especie de mantra que repetía una y otra vez. Kein pensó: “ ¡Qué injusto!, puedo cerrar la boca cuando quiero y apretarla a mi antojo; y en el fondo, ¿para qué sirve una boca? Su misión es recibir alimentos; pero ¡está tan bien protegida! Las orejas, en cambio, están expuestas a cualquier tipo de ruidos” (pág.131)

Teresa había perdido el pudor y se expresaba sin miramientos. Le preguntaba por sus cuentas bancarias, por su dinero. Kein no podía entender a esa criatura que no le interesaban sus libros, excepto, las cuentas bancarias.

Cada día a las diez de la mañana aparecía el diligente portero para acompañarlo durante una hora. El portero tenía su propio interés en estas visitas. “El temor de perder su propina mensual fue abriéndose paso en él” (pág.133). Durante esa visita el portero hacía gala de su discurso habitual: ¿Cómo había que tratar a las mujeres? La respuesta del portero era brutal y simple: a golpes. El héroe de la portería de la calle Ehrlich 24, era una autoridad en el arte de pegar a las mujeres y pensaba que todo hombre tiene el derecho y el deber de hacerlo.



Mientras uno hablaba, Kein dejaba volar su imaginación pensando en secreto e una lista de sus pecados, anotados con fecha y hora. En ese duermevelas, el portero acaba por adquirir perfiles de lansquenetes. Un ser anodino con una vida anodina era metamorfoseado en un personaje tan incongruente como el portero.

El portero a las once de la mañana se levantaba para dar por concluida la visita.  ¿Qué hacia Teresa en esa hora? Pues, trabaja. ¡Estaba haciendo inventario de la biblioteca! Un sistema “genial” de anotación le permitiría saber que tenía.


Kein, después de seis semanas, empezaba a respirar mejor. Teresa empezaba a recortar sus peroratas, cuando eso sucedía Kien podía cerrar los ojos y se dejaba vencer por un sueño reparador.

Auto de fe (8)

La muerte  



En este capítulo Teresa conoce a su “amigo” Guarro de la mueblería Gross & Madre. Quiere que le financie sus sueños. Teresa quiere complacerlo.Hablan de planes, donde Kein está muerto: veneno, accidente, finalmente, Teresa paga la cuenta y el atractivo dependiente no quiere saber nada de su “amiga”. Teresa frustrada se encamina a su casa y para sorpresa de ella Kein yace en el suelo, parece muerto. ¿Cómo es posible? Busca un testamento que no aparece, finalmente va en busca del portero, este imagina su momento estelar en los juzgados. Todo se disipa cuando Kein que había caído y perdido momentáneamente la conciencia, empieza a recobrarla. Teresa se siente frustrada, ya se veía dueña de la casa y del dinero.