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dissabte, 18 de desembre del 2010

El hombre inquietante

Acabo de leer la novela de Mankel " El hombre inquieto". La obra es un ejercicio sobre la nueva era de la globalización. Hay espías que parecen desubicados después de la "Guerra fría", hay muertes por razón de estado, traiciones y deslealtades, también amistad y sacrificio. Como la vida misma. La obra de Mankel y su inspector de policía K.Wallander tendrá que resolver un intrincado laberinto. Es su última aparición. Su testamento y testimonio de una Suecia que vistos desde los ojos mediterráneos resulta desconocido y sin embargo, para el inspector resulta cada vez más confuso.

Las señas de identidad antes de la era global resultaba fácil ubicarse. Un territorio y una soberanía nacional que jugaba en un escenario marcado por las reglas que parecían inmutables de la Conferencia de Yalta. Sin embargo, el papel del estado-nación ha ido perdiendo lustre a lo largo de estas últimas décadas. La globalización en el orden económico, político y social están poniendo a prueba a ese estado que se ve inmerso en corrientes que no puede control.



La historia que cuenta Menkel-Wallander es sencilla: su futuro suegro desaparece misteriosamente. Poco después la esposa también desaparece y posteriormente es encontrada en medio del bosque, muerta en extrañas circunstancias. Wallander tendrá que indagar en mares procelosos, para buscar algún indicio que le permita averiguar lo sucedido.

Estas pesquisas le llevan a Menkel a explorar una parte de la historia reciente de Suecia. La historia y la vida se dan la mano, pues, la hija de Wallander aparece en escena. Linda, la hija de Wallander, que finalmente ha escogido el mismo oficio que su padre. Hay personajes que reaparecen, como Baiba para despedirse. Es una novela de despedida. Vuelve a reaparecer Mona, la madre de Linda, cuya vida después de la separación con Wallander no le ha sentado demasiado bien. Por ello, la novela es un final. Wallander se hace viejo, no resulta fácil reconocerlo, vivimos en una sociedad que se vanagloria de la eterna juventud. Hay una nieta, Klara que expresa la esperanza en el futuro, aunque los protagonistas sean ya otros.