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dilluns, 13 d’abril del 2020

El pasado es también futuro: Makbara

El gobierno apuesta que este lunes, el virus se comportará para dar paso a la economía. ¡Todos a trabajar!, excepto lo que no tengan trabajo y las clases pasivas, así como docentes y menores. La salud es un bien que a pesar de todo puede ser puesto en cuarentena. Inevitablemente, me ha hecho recordar un texto que en su momento utilizaba para las clases de ética. ¡Hoy sería incomprensible para nuestro adolescentes que se creen, todos ellos, estrellas potenciales de Instagram, o cualquier plataforma social. Veo con asombro que todos los "espontáneos artistas" son capaces sin ningún rubor, cantar lo que primero les pasa por la cabeza y creer además, que es una auténtica genialidad. Además, un coro de millones de adictos a esas redes los encumbrar, al menos hasta mañana. Seguramente, las medidas que el gobierno ha decretado pasarán factura a esa tercera edad que con tanto  esfuerzo y sacrificio,dio lugar a este estado del bienestar que está amenazado por la frivolidad de los gobiernos.

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“una evidencia: las conquistas sociales de nuestra época resultan cada día más onerosas para el bolsillo de un contribuyente abrumado ya de impuestos y cargas en estos difíciles tiempos de crisis: significa ello que debamos tirar por la borda lo que constituye sin duda un paso gigante hacia la seguridad y el progreso de la especie humana? : podemos acaso dar marcha atrás sin desdecirnos abiertamente de nuestros dogmas y renunciar a nuestras creencias optimistas en cuanto al avance de la historia? : la respuesta es a todas luces negativa y cualquier decisión en este sentido conculcaría nuestros principios de libre juego y sentido de responsabilidad : estimamos indispensable, al revés, tomar al toro por los cuernos y afrontar el dilema con arrojo e imaginación: nuestra propuesta? : muy simple: reducir espectacularmente el presupuesto del Welfare State mediante una forma superior de concienciación: infundir en minusválidos, enfermos, lisiados y, en general, todas aquellas personas que componen lo que los medios informativos eufemísticamente designan la tercera edad, una visión clara y objetiva de su triste condición de parásitos: elementos inútiles que no producen lo que consumen y que, en buena lógica, deberían abstenerse de consumir : establecer cursillo radiotelevisados sobre el tema y abocarlos suave, pero firmemente a la única solución racional : su desaparición espontánea por motivos de dignidad: aconsejamos por ello a nuestros espectadores y radioescuchas: retírense a tiempo! : no impongan innecesariamente a los suyos la imagen execrable de su decadencia física y espiritual!: nosotros nos ocuparemos en facilitarles el tránsito a un estado de reposo perfecto: los gastos de la operación correrán naturalmente a cuenta del erario público y nos honraremos de ofrecerles en prima, a usted y a su familia, un inolvidable, magnifico funeral!"


Juan Goytisolo, Makbara, Biblioteca breve, Seix Barral, Barcelona, 2ª 1980.

dimarts, 20 de juliol del 2010

Los retos de la crisis económica (II)


2.- La construcción de la confianza, clarificación de las responsabilidades.

Al decir de Innerarity esta crisis es sobre todo una crisis de responsabilidad. La causa de esta crisis hay que buscarla en la combinación de debilidad institucional y fatalismo. Hay que replantear la responsabilidad social en un contexto global, en que la relación de los agentes sociales no está en consonancia con los resultados globales. El ejemplo de la crisis “subprime” es un buen ejemplo de lo anterior. Desplazar la responsabilidad hacia los otros, sin asumir los riesgos de las consecuencias que semejante conducta puede derivarse.

La nueva responsabilidad ha de llevarse a cabo mediante control y supervisión más que con regulaciones. Eso conlleva repensar una vez más el significado de la confianza –destruida por esta crisis global- y la responsabilidad. Hemos de pasar de la “irresponsabilidad organizada” (U.Beck) hacia una nueva configuración de la responsabilidad compleja (D.Innerarity).




3.- La inteligencia cooperativa.

Los Estados se baten en retirada ante las nuevas constelaciones de problemas que surgen al amparo de la globalización. Las respuestas han sido hasta ahora, unilaterales. Se requiere un nuevo planteamiento que asuma los retos que esta crisis está poniendo de manifiesto. Esta crisis no es como las anteriores. Su carácter global adquiere aquí toda su dimensión dramática. ¿Cómo dar orientación a esta nueva economía?

La falta de cooperación ha sido un factor causal de la presente crisis. Los foros internacionales no han sido capaces de diseñar políticas globales, porque priman intereses particulares. Las posibles soluciones pasan por una mayor coordinación de las políticas de regulación y suspensión financiera.

Nuestro autor plantea la necesidad de una “cooperación cognitiva”, es decir, “crear las condiciones para combinar óptimamente lógicas funcionales heterogéneas, estructuras de gobernanza y recursos de conocimiento, promoviendo de este modo procesos de aprendizaje colectivo”. Hay que decir que resulta excesivamente vaga esa apelación a esta “cooperación cognitiva”. Suena a un incondicionado que no se sabe cómo debería plasmarse en el orden político.

Hay que pasar de la confrontación entre los estados, entre los actores sociales hacia formas de cooperación. Los conflictos y las crisis, han de gestionarse mediante el recurso a la cooperación para resolver los problemas que tenemos planteados. Sin embargo, el autor no parece dar pistas sobre los agentes políticos que deberían llevar a cabo estos procesos.

Apunta lo que denomina “racionalización cooperativa” para llevar a cabo este reto. ¿Cómo fortaleces la previsión, la confianza y la responsabilidad? La respuesta que ofrece consiste en fortalecer el sentido de lo político, es decir, lo público y común, desde los espacios privados hasta lo global. No sé ve cómo deberíamos articular ese sentido de lo políticos si como quiere el autor no está en los debates entre estado y mercado, entre liberales y socialdemócratas donde está la raíz del problema, porque –D.I- los ve como causa del problema.

dilluns, 19 de juliol del 2010

Los retos de la crisis económica (I)


El artículo* de Daniel Innerarity, “La inteligencia de la crisis económica” , nos plantea una serie de reflexiones de alto vuelo que escapa a los tópicos al uso. Precisamente por ello, trataremos de sintetizar el contenido del artículo.

La comprensión de la crisis actual requiere al parecer del autor del artículo de tres ingredientes imprescindibles: 1) capacidad de anticipación de los riesgos colectivos, 2) construcción de la confianza, clarificación de las responsabilidades y 3) inteligencia cooperativa.

1.- La capacidad de anticipación de los riesgos colectivos.

Para  Innerarity el responsable no es tanto los mercados, como una crisis de los Estados, y por extensión de la política. La crisis global en las que estamos inmersos ha dejado sin aliento a los Estados que utilizan recetas antiguas para situaciones novedosas. De ahí su impotencia. Piensa el autor del texto que estamos en un proceso de transición entre el estado del bienestar cuya fuente de legitimidad era la redistribución y la nueva configuración del estado cuya función debería ser la protección contra los riesgos sistémicos. ¿Cómo salvar la redistribución, en un entorno global? La pregunta es fundamental y la respuesta aún no ha sido articulada por los estados.



El autor echa en cara al Estado de un fracaso cognitivo. Se requiere aprender de los errores, desarrollar saberes capaces de hacer frente a los restos de los globalización. Hay un déficit  de conocimientos entre el mercado y los Estados. Estos es así por tres razones según nuestro autor: 1) la competencia de las instituciones financieras, 2) las modificaciones del entorno regulatorio doméstico (estatal) e internacional (global).

No existe una regulación adecuada en el marco de la globalización y este hándicap lo estamos pagando caro. Si el mercado es camaleónico por adaptativo en cambio la política tiende a lo normativo. Hay un comportamiento de orden mágico en el terrero político que supone que una determinada ley –norma- modificará la realidad al gusto del legislador. Este hecho es negativo al parecer de Innerarity, pues, está actitud normativa es un obstáculo para el aprendizaje. Frente a una realidad amenazante se actúa mediante leyes que supone domesticarán la realidad.

Define la política como “lo que hacemos cuando hemos acabado de calcular y sigue sin estar claro lo que hay que hacer”. Los Estados están mal equipados para regular los riesgos del sistema financiero. Su complejidad  hace que el propio estado transfiera su responsabilidad a otras instituciones. La experiencia pasado parece que no ha servido para detectar los riesgos, a pesar que la crisis de las punto.com que fue espectacular, no ha servido de nada. Y ello a pesar de los sofisticados modelos matemáticos para calcular los riesgos.

El autor plantea una cuestión de orden epistemológico. La creencia ciega en los modelos matemáticos y su certeza absoluta. La ilusión de la exactitud, piensa, ha sido uno de los ingredientes del actual estado de cosas. Descubre un hecho obvio, la economía no es una ciencia exacta, pues, está sometida a interpretaciones de sentido. Los contextos han de ser analizados y por ellos se establecen prioridades que son siempre intencionales. Si sin embargo, a pesar de esto, las acciones de los actores son multipolares y en consecuencia no es posible determinar el resultado final de la interacción de múltiples actores.

¿Qué debemos hacer? Su respuesta es “un análisis más profundo del concepto de riesgo y de los procedimientos para gestionarlos colectivamente de acuerdo con procedimientos democráticos y conforme al saber disponible”.  El riesgo es un elemento que depende del contexto. Su lectura requiere de criterios sociales y políticos.

(*) Daniel Innerarity, “La inteligencia de la crisis económica” .Claves de razón práctica, nº 198 Diciembre 2009.