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dimarts, 15 de setembre del 2020

La buena conciencia se limpia en Venus

 

¿Por qué importa más que se haya descubierto en Venus un compuesto, la fosfina -La fosfina és un gas tòxic que put com un peix molt (però molt) podrit i que a la Terra la produeixen bacteris que descomponen matèria orgànica en absència d'oxigen (Ara.cat 14/09/2020)[La fosfina es un gas tóxico que huele como un pez muy (pero muy) podrido y que en la Tierra la producen bacterias que descomponen materia orgánica en ausencia de oxígeno], la existencia de tal compuesto es solo una parte de la ecuación, se requiere además, descubrir su origen, y según los expertos, esto no podrá ocurrir, hasta que podamos investigar Venus; qué lo que sucede en la remota isla de Lesbos, donde se retiene a cientos de miles de personas en un campo de concentración –refugiados- desde hace años, sin esperanza ni futuro?







¿Somos conscientes que como ciudadanos de la UE, lo que sucede en dicha isla, es también nuestra responsabilidad? Se imaginan a ciudadanos de la UE, encerrados en esos campos de eternos refugiados sin ningún derecho, en Siria, Irak, Irán,  Israel*? ¿Se imaginan lo que diría la famosa “Comunidad internacional”?. Lo cierto es que sí, hay unos ciudadanos buenos y otros sospechosos. ¿Adivinen quienes son lo buenos y quienes los sospechosos? En efecto, la respuesta es tan infantil que da miedo, la respuesta es que lo buenos siempre somos nosotros. ¿Alguien tiene dudas que si esa situación fuese la de los buenos ciudadanos europeos –occidentales- encerrados en esos lugares, no habría intervenido esas coaliciones internacionales para liberarnos de las garras del mal?



* Lo que sucede con el pueblo Palestino, no tiene nombre. La ocupación de Israel de Palestina es un ejemplo de lo anterior, y eso desde su propio nacimiento, en 1948.


divendres, 24 d’agost del 2018

Derechos humanos y Monarquías


Arabia Saudita pide por primera vez la ejecución de una mujer activista


Israa al Ghomgham

Espero que Felipe VI llame inmediatamente a su "amigo", para evitar que Israa al Ghomgham, sea condenada a muerte por reivindicar los derechos humanos



dissabte, 5 de març del 2011

Desde el balneario...

Lo que sucede en Libia es una página trágica sobre la condición humana. Un dictador y sus huestes del terror que pretenden mantenerse a toda costa. Una sociedad que lucha por su libertad y que están pagando carísimo, en vidas, este deseo. Y una comunidad internacional que está enfrentada a sus propios intereses. España, por supuesto, no pinta nada en todo lo acontecido. Antaño éramos los amigos de los pueblos árabes, eso es lo que se decía, ahora no somos más que comparsas. Cierto, en Libia hay intereses de empresas como Repsol y Gas Natural que nos hacen la vida a todos más fácil sí he de creer en su propaganda interesada. Petróleo y gas a cambio de armamento y silencios cómplices. Nada de lo que otros países europeos no hagan.


El régimen sigue enrocado hay cientos de muertes entre los civiles en un escenario de guerra civil encubierta. Desplazados que huyen hacia Túnez –trabajadores de otros países-. Mientras la “comunidad internacional” trata de decir algo, pero no se sabe qué. El factor tiempo juega a favor de Gadafi y su camarilla. Los  mercados ha dictaminado que el precio del petróleo suba de forma imparable. Nuestro presidente se va a los Emiratos árabes en busca de financiación y en su gira aterriza en Túnez para hablar de transición y promesas que no puede cumplir ni liderar. España que es dependiente en un 80% del petróleo ha puesto en marcha un plan para reducir en un ilusorio 5% su dependencia. Parece muy poca cosa. No nos hemos plateado un plan más ambicioso y de larga duración. Siendo un país de sol y con una orografía propicia para los vientos, se ha avanzado muy lentamente en fuentes energéticas limpias –energía solar y eólica-. Las nucleares pudieran ser una opción, pero se requiere una financiación que las empresas eléctricas no están dispuestas a financiar, acostumbradas como están a subvenciones eternas. Seguramente, la propia dinámica de las cosas, empujará a realizar medidas más audaces e impopulares.

dissabte, 9 d’octubre del 2010

Premios nobles



La Academia sueca ha concedido a Mario Vargas LLosa el nobel de Literatura. ¡Ya era hora! Con una trayectoria extensa e intensa, por fin se le ha reconocido su capacidad para inventar y reinventar la realidad a través de sus novelas. En mi caso particular, la lectura de su novela "La guerra del fin del mundo", supuso un extraordinario impacto literario. Es una historia total sobre la lucha por la supervivencia, por la libertad, por la amistad. A partir de ese momento reconocí a un escritor de primera categoría. Después, las siguientes novelas, vinieron a confirmar esa honda impresión que me causó "La guerra....". Novelas como "La tía Julia y el escribidor", "Lituma en los Andes", "La fiesta del chivo", "Travesuras de la niña mala", son novelas que confirman su capacidad para fabular y describir situaciones límite. Junto a su vertiente literaria no puede obviarse su faceta de polemista y político. Su ensayos y artículos periodísticos avalan una trayectoria que tiene como eje central la libertad. Curiosamente, una parte de la "izquierda" mira por encima del hombro al galardonado por sus "veleidades" liberales. Sin embargo si alguien lee, por ejemplo, "El lenguaje de la pasión"  se dará cuenta que encorsetarlo en un rotulo es tarea inútil. Vargas Llosa se le reprocha su liberalismo político. ¿Acaso alguien hace algo diferente en los tiempos que corren?






El premio nobel de la paz que se concede en Noruega se le ha otorgado este año el premio al activista pro derechos humanos Liu Xiaobo. El gobierno chino ha desplegado sus largos brazos propagandísticos para minimizar el impacto. Llama la atención el silencio vergonzante de los paladines de los derechos humanos. Sólo cuando el gobierno estadounidense se ha felicitado por el galardón, lo demás países han podido respirar tranquilos. España ha hecho el papelón que le corresponde dada su situación. El gobierno español ha intentado que China compre deuda española, y ha debido pensar que no era un buen momento para criticar la política dictatorial china, y a su vez, pedir apoyo financiero. China es el paraíso del capitalismo. La razón es bien sencilla, allí gobierna una dictadura que controla todos los resortes de la vida política y económica. Resulta llamativo que un estado que ha logrado convertirse en la segunda potencia del mundo, sea incapaz de resistir la crítica que desde sectores sociales lanzan contra las políticas del gobierno chino. Su intolerancia expresa su condición totalitaria. Su control de los medios, su capacidad para reprimir cualquier atisbo de descontento, y  un régimen penal desorbitado, hacen de China un gigante que es incapaz de gestionar la crítica. La inexistencia de oposición -Lius Xiaobo cumple condena de 11 años por su activismo político- hace extraordinariamente difícil la creación de una oposición al régimen. Los beneficios económicos, la mano de obra barata y dócil, hacen de China el paraíso de la globalización. Histerismo gubernamental chino y nervios en las cancillerías de los países que dan lecciones de democracia y derechos humanos. Es evidente que si importa el tamaño. Somos serviciales con los gigantes y mezquinos con los pequeños. Cuba, Corea del Norte o Irán,  deben de ver con envidia como  los chinos pueden saltarse los derechos humanos, mientras que ellos deben soportar las airadas descalificaciones de los mismos que ahora están mudos. A todo esto, muy probablemente, Liu Xiaobo, aún no sepa que ha recibido el premio nobel de la paz.