“Ara, l'any 2019, comencem a intuir amb una certa estupefacció que la situació –la depauperació de la classe mitjana– no és episòdica, sinó estructural.
[Ahora, el año 2019, comenzamos a intuir con una cierta estupefacción que la situación -la depauperación de la clase media- no es episódica, sino estructural ]
Volar a Londres per 30 euros, posem per cas, té un cost col•lectiu enorme. La paradoxa resulta impressionant: aquestes ofertes impossibles ens han portat a la ruïna.”
[Volar a Londres por 30€, ponggamos por caso, tiene un coste colectivo enorme. La paradoja resulta impresionante: estas ofertas imppsibles nos han llevado a la ruina".]
(Què ens passa? Un 2019 obscur, Ferran Sáez Mateu, Ara.cat)
El artículo de Ferran Sáez Mateu, es un demoledor grito de alerta de lo que nos viene encima. Dos fragmentos que resumen lo que nos está pasando. La depauperación de la clase media, no es un síntoma coyuntural como querían que nos imaginásemos, sino una realidad que se ha hecho estructural. ¡Nada hay inamovible! Incluso las conquistas sociales de la etapa del Estado del bienestar, son ahora una sombra del pasado. Seguimos jugando como si estuviésemos a cubierto de la desgracia y la precariedad, pero desde la década de los ochenta, nada es igual, y lo peor, es que nada va a continuar siéndolo.
El ejemplo que nos pone es paradigmático del mundo low cost en el que estamos instalados. ¿Cómo pueden salir los números? ¿Dónde está la trampa? Ahora podemos viajar gracias a la precarización del trabajo. El sueño liberal se hace carne. El individuo egoísta puede viajar porque los restantes individuos, van a tener que trabajar en condiciones de precariedad nunca visto, -incluido ese pasajero que piensa que es un chollo viajar por 30€- en las sociedades occidentales. Sólo a guisa de ejemplo, los salarios de los pilotos, de los auxiliares de vuelo, toda la cadena de trabajadores de los aeropuertos, el precio del combustible, y todos los servicios anejos, tiene que bajar sus salarios para poder mantener la ficción. Una ficción muy cara socialmente. Sin embargo, para el liberalismo, no hay sociedad que valga, sólo individuos interesados en su propio bienestar que tiene que competir con el resto. No hay ciudadanos, hay consumidores.
¿Quién es el ganador de esos viajes? El modelo de Ryanair es el compendio de la lucha por la supervivencia. ¿Quién sale perdiendo? El consumidor imagina que no -el egoísta racional-, pero el ciudadano si sale muy mal parado. Porque el modelo Ryanair es la reducción de costes. Es decir, la precarización. Los Estados ya siguen ese modelo.
