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diumenge, 9 de desembre del 2012

incierta navidad...


 

Las semanas se precipitan hacia el final de un año aciago. Y lo peor es que no hay atisbos de que mejore. Antes al contrario, según los “expertos” las cifras macroeconómicas para el próximo año en España son peores que este año. Sin embargo, el gobierno del PP, creo que encabezado por el invisible Mariano Rajoy, parece que empeñado en ganar otras batallas, pues, la batalla del desempleo, la precariedad, la falta de impulso político y social la tiene perdida por falta de comprensión de lo que está sucediendo. No son los únicos desorientados.

 

Esas otras batallas de las que hablaba son aquellas que dan muestras de que existen. La pretensión de establecer una nueva ley de educación sin consenso ninguno es un ejemplo de lo que no debería hacerse, pero los tiempos son duros y hay que visualizar que se gobierna. El PSOE debería anunciar que en un futuro más o menos próximo la primera medida que tome será derogar esta ley de educación. ¿Es qué no se ha aprendido nada en estos treinta años?
 


El problema de la educación es demasiado serio, nos estamos jugando nada menos que el futuro de nuestra sociedad, y sin embargo, los partidos mayoritarios están en un desencuentro catastrófico para nuestra sociedad. No están a la altura de sus responsabilidades. España perdió un oportunidad en la década prodigiosa, pues, era el momento de poner las bases de un nuevo modelo de crecimiento y de estructura productiva, pero el resultado fue una burbuja inmobiliaria que nos ha hundido en la nada. Esta crisis nos dice que España no tiene nada que ofrecer, excepto turismo y mano de obra barata. Si eso es así, los países del norte de Europa parecen que están empeñados en que está profecía se cumpla, los datos así parecen avalarlo. Una juventud preparada tiene como horizonte la salida hacia el exterior en busca de oportunidades que aquí se les niega.

 
La tercera guerra mundial se está produciendo ahora, es una guerra incruenta, la gana Alemania, y España y los países del sur del mediterráneo la están perdiendo. Norte contra Sur. A pesar de las declaraciones cada día más vacías de las autoridades comunitarias, lo cierto es que la brecha entre los países europeos del norte y del sur se agranda en beneficio de los del norte. ¿Acaso quieren los del norte volver de vacaciones a la España de los 60? De momento, las cosas tienden hacia esa dirección. Sueldos cada vez más bajos, jornadas laborales que nos llevan hacia la década de los 60-70 y todo ello con el beneplácito de los mercados y la Europa del norte. 


dimarts, 3 d’abril del 2012

100 días (II)

Cien días de tregua es la temporalidad que se da a los gobiernos entrantes para empezar a ver que quieren hacer. El gobierno del Rajoy ha tratado de ocultarnos sus intenciones. Hemos tenido que esperar a las autonómicas andaluzas –triunfo pírrico de J.Arenas- para saber inmediatamente los recortes generalizados en todos los Departamentos. Sabemos que el ejecutivo tiene como prioridad no a los ciudadanos, sino la financiación de la deuda. Vivimos y trabajamos para los bancos. ¡Alto. Algunos ni siquiera tendrán que pagar lo que muchos estamos pagando!



Se recorta en todo, porque la situación, nos dicen, es desesperada, mientras si inmutarse regalan a los delincuentes de cuello blanco una amnistía fiscal. Piensa regalar el 90% de la recaudación a los defraudadores. Una vez más si que hay lucha de clases. Unos pagan –las clases que nos controlan con los rendimientos del trabajo- y otros, pueden evadir la fiscalidad a través de múltiples canales. ¡Qué no nos vengan con los mantras de siempre!

Cien días y las cosas se han puesto insoportables. ¡Y lo que nos queda! La crisis afecta a todos los países, pero el ritmo de destrucción del Estado del bienestar es muy diverso. Repito, todo este esfuerzo –inútil- de recorte es simplemente para decirle a los mercados que somos sumisos y confiables. En vez de reunirse nuestros gobernantes y establecer un ritmo acorde con las necesidades de cada sociedad, ¿por qué esa prisa en reducir el déficit? Si el BCE puede “regalar” un billón de euros a la banca, ¿por qué no invertirlo directamente en reactivar la economía? ¿por qué no nacionalizar la banca que está es situación de riesgo?. Por cierto, ¿cuándo dimitirá el gobernador del BE?

Reforma laboral ha sido la estrella del gobierno de Rajoy. En plena recesión, con los niveles de desempleo más altos de la OCDE, sin perspectivas de reactivación económica debido a la falta de inversión, producto a su vez, de la absoluta opacidad de los bancos a otorgar créditos, el gobierno ha creído que con la Reforma laboral Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. Las posibilidades para agravar la situación de precariedad se hacen más profundas. Incluso, en el ámbito público hay medidas para la precariedad. Se habla de empresariado de manera ambivalente. Invertir en proyectos empresariales resulta cada vez más difícil. Los márgenes de benefici0 son pequeños, y probablemente, resulta más rentable el juego especulativo. Así que ciertamente, el gobierno de turno, cualquier gobierno, debería facilitar las posibilidades administrativas para poner en marcha proyectos. Los bancos deberían prestar dinero, el problema es que no quieren prestarlo, sale más a cuento comprar dinero al 1% del BCE y comprar Letras del Tesoro a un interés mucho más alto. El beneficio es seguro y no hay que hacer nada. Mientras no se les obligue a los bancos a realizar su cometido, es decir, dar prestamos, el problema de la reactivación va para largo.


 
Los empresarios tienen una dimensión social, lo quieren o no. No vale simplemente el beneficio puro y duro. Para eso están los fondos de inversión. Pero si se quiere crear una empresa, aparece inmediatamente la otra cara de la moneda: los trabajadores. Sin trabajadores tampoco puede haber empresas. Si las condiciones de trabajo son cada vez más precarias, si el futuro mediato está en entredicho, ¿de qué sirve toda esa palabrería del management? La propia dinámica del modelo del mercado laboral tiende de forma perversa a hacer circular a los trabajadores. Si no se crean bases de confianza, si cada uno cree que el otro actúa de mala fe, la relación se hace insoportable. No vivimos en China. Tal vez algunos empresarios les gustaríamos que todos cobrásemos como los chinos -250 € al mes-.Pero en España eso no es posible. No tenemos los salarios más altos de Europa. Es verdad siempre hay otros más desesperados que nosotros. Polonia, Rumania, Hungría, Eslovaquia son lugares atractivos para invertir. ¿Qué pasa entonces aquí?

El gobierno quiere abaratar los despidos. Lo que hace falta no son despidos, sino contrataciones. Pero nuestra estructura productiva está completamente desequilibrada. ¡Adiós al ladrillo y hola al infierno! Nuestra industria turística está en la cuerda floja. Sin perspectivas de futuro, navegamos a la deriva. Con la reforma se pretende que los marineros se lancen al agua para tapar los agujeros del casco de la nave. Mientras los “oficiales” seguirán en sus puestos.

La reforma no producirá empleos porque el BOE no lo hace. Pero el BOE podría hacer cosas que los gobiernos si pueden. Dar explicaciones sobre nuestra situación, explicar porque es tan urgente reducir el déficit cuando se podría hacer gradualmente; concertarse con los demás países para establecer medidas contra el blanqueo de capitales. Parar inversiones –AVE- que no sirven para nada, excepto para recoger votos. Establecer armonizaciones fiscales en todos los países de la zona euro. Establecer programas de actuación a medio y largo plazo para reestructurar nuestro sistema productivo. Promover una reforma educativa consensuada para que se pueda aplicar en la próxima década. Invertir en I+D. Los gobiernos no pueden decirnos que todo lo que tiene que ver con el bienestar de los ciudadanos pasa a segundo plano para darle a los bancos lo que previamente han evaporado. Se requiere un mensaje de futuro y de esperanza, pero desgraciadamente, nuestros gobernantes han entrado en una espiral de pánico y nos están contagiando. Los únicos que no pierden “oportunidades” son los mercados. Tienen a su favor el miedo de los gobiernos y por extensión de la ciudadanía.

diumenge, 15 de gener del 2012

S & P






¡Manos arriba, esto es un atraco!


Standars & Poor’s acaba de decirnos que la deuda soberana de Francia y otros países no es de fiar. ¡Alabado sea Standars & Poors por ofrecernos certidumbres en medio de la incertidumbre que generan los Estados! ¿Qué nos digan que fiabilidad tienen nuestros gobernantes? ¿Qué nos digan cómo acabar con la crisis?¿Qué nos digan cómo los países “basura” podrán devolver los prestamos que antes nos han anunciado que no podrán devolver? ¿Qué nos digan, en fin, qué quieren?

dimecres, 9 de novembre del 2011

PIG (meos)


Las bolsas sigue en caída libre. El problema es que nos arrastran a todos. La lista de los PIG sigue su camino inexorable. Las profecías se cumplen, acaban convirtiéndose en autorreferenciales. Los mercados dicen que tal país no es fiable y consiguen el efecto esperado, es decir, que ese país vaya a la bancarrota. Que su deuda se vea flagelada por la especulación, Italia está en el punto de mira de los mercados que no atienden a razones. ¡Por qué no les ponen un bozal! Los mercados atacan y los Estados quedan indefensos y eso mientras la UE se lo mira con una mezcla de resignación y cinismo.




¿Qué hace la UE y el BCE? ¿Cómo se puede contemplar el derrumbe de la credibilidad de los Estados a manos de los muyahidines especulativos? ¿Cómo podemos los ciudadanos defendernos de estos ataques? Está claro que después de Irlanda, Portugal, Grecia, ahora Italia, vendrá España. Los 574 puntos básicos de la deuda Italia abocan hacia la destrucción del crédito y la destrucción del tejido social. España ha rozado los 417 puntos básicos. Es decir, que España tiene que pagar un 4,17% más que el bono alemán. Unos intereses cada vez más altos que acaban convirtiendo a los Estado en rehenes de los mercados. Esos mismo mercados que se hundieron en el 2008 y que los Estados tuvieron que rescatar, ahora, como recompensa, el sistema financiero a través de los mercados y asociados, trata de pasar facturas.


Sarkozy afirmó después de la crisis del 2008 que debería reformarse el capitalismo. De esas palabras, naturalmente, no queda nada. Pero si no se hace nada, ese capitalismo que durante la etapa del Estado del bienestar, estuvo medianamente controlado, está escapando de todo control. Las desregulaciones han posibilitado está situación de riesgo potenciadas por las nuevas tecnologías que permiten operar en tiempo real en todos los países. Mientras la economía y sus engendros –bonos, Call, Warrant, Junk-Bond, Flecha rota, etc.,-, financieros campen a sus anchas, y la pusilanimidad de nuestros políticos sigue en esa dirección somos presa fácil. ¿No deberíamos unirnos para decir que no podemos seguir así? ¿En qué queda la democracia? ¿Dónde está la soberanía de los ciudadanos? ¡Acaso todo es puro teatro!