dijous, 24 d’agost del 2023

Reseña/Ressenya: Volver a dónde (II)

 Reseña/ Ressenya




Muñoz Molina, es deixa portar per un rampell, barreja de impotència i ràbia per la situació que estàvem passant i carrega, contra l'estat autonòmic -Catalunya-: 


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26 de marzo. La situación es tan extrema que un descenso mínimo, no en el número diario de muertos sino en el ritmo de su aumento, nos concede un atisbo de esperanza. Ayer los muertos crecieron un 24%; hoy, solo un 14%. Las pruebas que compró el gobierno para diagnóstico rápido resulta que no sirven. La impresión que da el gobierno en todo esto es de incompetencia y también de impotencia.  El Estado central se fue desmantelando atolondradamente, de acuerdo con los trapicheos políticos de cada momento y ahora no es capaz de hacer frente a una calamidad que necesitaría una acción ejecutiva enérgica y una coordinación que ya no imposibles. Los nacionalistas periféricos y sus aliados y sus imitadores en cada comunidad –el propio Partido Socialista entre ellos- han desguazado la estructura administrativa del Estado. (…) El estado de alarma le confiere unos poderes teóricos que no puede ejercer porque su ministerio está desmantelado.  Un país de tan poco poderío económico como España se permite el lujo de sostener 17 sistemas de salud distintos, con 17 marañas distintas de cargos políticos, con 17 redes informáticas distintas e incompatibles entre sí, lo cual hace casi imposible la cuantificación rápida y fehaciente de datos. (…) La derecha corrupta y desleal que ha hecho todo lo posible por socavar la sanidad pública ahora se lanza sin ningún escrúpulo a desgastar al gobierno. Los separatistas están alerta para aprovechar este nuevo momento de debilidad del Estado. (…) 

No sé si se va a aprender alguna lección política de este tiempo. Las divisiones son demasiado profundas, no porque la gente común se haya vuelto más sectaria, sino porque la parte nociva de la clase política se ha dedicado a alimentarla y ahondarlas, y hasta a inventarlas cuando no existían. Ahora nos damos cuenta del daño que hemos sufrido por pasar varios años sin tener un gobierno estable, firme, resolutivo, por culpa de extremismo y la frivolidad de unos y otros.” (pág.51-52) 


Un moment brillant i emotiu es la descripció de com vàrem sortir els balcons i finestres com un acte de solidaritat i comunitat:  


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El 14 de marzo, el primer día del confinamiento, fue sábado. (…) Uno tenía irreflexivamente la sensación profunda de estar de vacaciones. A la caída de esa tarde, en la pureza del silencio, hubo una particular delicadeza en la luz y el aire: templado, limpio, por la ausencia de tráfico, con olor a savia y no de gasolina, un hondo perfume vegetal insólito en estas calles. (…) 

En el interior de la calma había una médula de congoja. Después de un día más prolongado aún por su rareza, porque no podíamos imaginar cómo íbamos a adaptarnos a la nueva vida recién empezada, llegó la noche del primer aplauso. Toda la tensión y el miedo y el vértigo de lo inaudito que de pronto era cotidiano se desbordaban en el pecho, en la garganta, en las lágrimas. A las diez de la noche por primera vez se iluminaron uno por uno los balcones y las ventanas de toda la calle. La gente salía, salíamos, para aplaudir el heroísmo cívico y verdadero de los trabajadores de la sanidad pública. El aislamiento temeroso de cada uno se volcaba en la emoción común: las calles a oscuras, el asfalto sin tráfico, las ventanas iluminadas, las siluetas de las personas que aplaudían, un gran rumor de oleaje que atravesaba toda la ciudad y rompía la claustrofobia del primer día del estado de alarma.” (pág.54-55) 



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