dijous, 4 de novembre del 2021

Reseña: Los años del terror. De Al-Qaeda al Estado Islámico



El libro de Lawrence Wright, Los años del terror. De Al-Qaeda al Estado Islámico,Trad. Francisco J.Ramos Mena, Ensayo, Ed.Debolsillo, Barcelona 2018.

Los textos pasan revista a diferentes aspectos del terrorismo internacional y sus actores, algunos principales y otros más periféricos. Habla del 11-S, de los atentados de Madrid del 11-M del 2004 –La red del terror-, de Arabia Saudí –El reino del silencio-, del cine sirio  –Plasmando en película-, de Palestina y especialmente de Gaza -Cautivos-. 

Cautivos

Hablar del conflicto palestino-israelí es un ejercicio condenado al fracaso. La política israelí que lleva a cabo en Gaza es simplemente criminal. El capítulo se dedica a explicar la operación bautizada por los israelíes como “Plomo Fundido”. Oír las declaraciones de los militares y políticos israelíes nos llevan a otros tiempos, pero, gracias al terrorismo y sus amenazas, cualquier acción que emprende Israel, se considera como adecuado. El milagro israelí es haber convertido a los habitantes de Gaza en terroristas en su propia casa. 

Gaza es una franja de territorio controlado desde fuera por Israel. Desde dentro lo controla Hamas. Existe una división profunda en el seno de Palestina. Hamas controla una parte, Fatha la parte de Cisjordania. La falta de acuerdos, el trato de las fuerzas de ocupación israelí en los territorios ocupados, ha creado las bases para un odio –comprensible- entre los desesperados habitantes de Gaza. No hay salida al futuro. 

Cuando un responsable israelí dice: “ Aunque los cohetes caigan en el campo, o en el mar, tenemos que atacar su infraestructura y destruir cien casas por cada cohete disparado” (la cursiva es mía) (Eli Yishai, viceprimer ministro) (pág.362), se visualiza la deshumanización del Otro. Según Amnistía Internacional, “murieron 1400 gazatíes, entre ellos 300 niños, y otros 5.000 resultaron heridos (...)” (pag.363) Por parte israelí murieron 13 personas, 9 de ellos militares.Uno de los objetivos declarados de la operación “Plomo Fundido” fue liberar al soldado Guilad Schalit*, cosa que no se consiguió. Sin embargo, fue un éxito la destrucción de todas las infraestructuras gazatíes.

No, no es una película de buenos y malos. Hamas, ha impuesto su particular interpretación del Islam, acallando  a la disidencia. Pero, la desproporción es tan abismal, que el desafuero israelí no puede lavarse diciendo que todos los 1400 gazatíes eran terroristas. Desde luego, las autoridades israelíes,  no tienen dudas de que eran terroristas, y la comunidad internacional, mira para otro lugar. En estas condiciones es imposible avanzar. Gaza es una cárcel de doble seguridad, desde el exterior, Israel, la tiene aislada del mundo, y desde el interior, Hamas, impone su propia ley islàmica. Dentro de esa sociedad desarticulada y sin esperanzas, sólo puede incubarse un odio profundo. 

*Fue liberado el 18 de octubre de 2011. Cinco años de cautiverio, fue cambiado por 1027 prisiones palestinos y árabes israelíes.

En julio de 2014, Israel volvió atacar Gaza, durante un mes, con el resultado de más de 2000 gazatíes muertos, “Israel informó de la muerte de 66 soldados, además de cinco civiles israelíes y un trabajador tailandés”. (pág.367)

Durante el 2018 y diciembre de 2019, con motivo de manifestaciones contra el bloque, murieron 300 gazatíes, a causa de disparos de francotiradores.

En mayo de 2021 Israel a atacado Gaza, por medio de la aviación, como represalia por los globos incendiarios de venían del lado palestino. El resultado son 256 muertos, 66 de ellos niños. En el lado israelí, 13 personas murieron.   



 

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