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diumenge, 18 de desembre del 2011

De la fregona al bossón de Higgs.


El inventor, Manuel Jalón Corominas, ingeniero aeronáutico, fue el creador de la fregona. Ha muerto a los 86 años en la ciudad de Zaragoza. La fregona puede parecer poca cosa, pero fue un salto –iba a decir, cuántico, pero parecerá una exageración- extraordinario para liberar a las mujeres del trabajo poco agradecido de fregar los suelos. Recuerdo a mi madre limpiando el suelo con una bayeta y el cubo de agua a mano. El trabajo era tedioso, y dejaba la espalda hecha polvo. La invención de la fregona supuso un salto “evolutivo” en el trabajo doméstico. Limpiar el suelo con fregona elevó la estatura social de la mujer a una dimensión desconocida. Sólo por este hecho, Manuel Jalón Corominas debería ser recordado con admiración y simpatía por todos nosotros.


El bosón de Higgs es hablar de partícula elementalísimas que está en el límite de la imaginación humana. Algunos pretenden decirnos que Abre Las Puertas A Una Nueva Perspectiva De La Realidad. No soy físico. Desde Demócrito de Adbera que en el siglo IV a.C afirmó que la realidad se componía de átomos y vacío, el proceso por explicar lo que nos rodea ha ido cada vez más hacia regiones invisibles. Lo interesante es que la partícula “bosón de Higgs” confirma las teorías sobre partículas subatómicas.


Algunos pueden pensar que nos estamos acercando a la explicación última de la realidad. Sin embargo, hablar de realidad suena demasiado metafísico. Es como decirnos que con este experimento podremos comprender mejor la realidad. Una realidad que está ahí para poder conquistarla. La idea de una realidad que está fuera de nosotros y que gracias a la ciencias nos encontramos cada vez más cerca de colonizar es un sueño de la metafísica. Si el experimento sobre la dichosa partícula –sea lo que sea-, alcanza el objetivo, lo único –que no es poco- que nos permitirá es seguir planteándose nuevas cuestiones, ampliar nuevos horizontes para explicarnos con lo que sabemos, y hacernos una idea –teoría- de cómo funcionan las cosas. Deberíamos dejar la cuestión de la realidad y plantearnos cómo hacer que estos descubrimientos mejoren nuestras vidas.