dimarts, 16 de juliol del 2019

La Luna 50 años después


16 de julio inicio de la conquista de la Luna





50 años de la llegada a la Luna:

"Un pequeño paso para el hombre,
un gran salto para la humanidad"

(N.Armstrong, 20 de julio de 1969)

dimecres, 10 de juliol del 2019

Inicios fulgurantes (XIV)

"Hermanos hombres, dejadme que os cuente cómo ocurrió. No somos hermanos tuyos, me replicaréis, y nos importa un bledo. Y es muy cierto que se trata de una tenebrosa historia, aunque también edificante, un auténtico cuento moral, os lo aseguro. Existe el riesgo de que resulte un tanto largo, porque, bien pensado, sucedieron muchas cosas, pero a lo mejor no tenéis mucha prisa; con un poco de suerte, no andáis mal de tiempo. Y además no es algo ajeno a vosotros; ya veréis como no es algo ajeno a vosotros. No creáis que estoy intentando convenceros de nada; bien pensado, allá vosotros con vuestras opiniones. Si he resuelto escribir, después de tantos años, es para poner las cosas en su sitio, y no para vosotros. Nos pasamos tiempo y tiempo en este mundo arrastrándonos como orugas, a la espera de la mariposa espléndida y diáfana que llevamos dentro. Y, luego, el tiempo pasa, la ninfosis no llega, seguimos siendo larvas: comprobación desalentadora; ¿cómo manejarla? Por supuesto que siempre queda la opción del suicidio. Pero, a decir verdad, el suicido no me tienta gran cosa. (...)" (pág.11)

Jonathan Littell, Las benévolas, Trad. de María Teresa Gallego Urrutia. Círculo de Lectores, Barcelona, 2007.






dilluns, 8 de juliol del 2019

Inicios fulgurantes (XIII)

«Estoy sola… Me esperan muchos años de soledad…

   »Mi hijo… mató a un hombre. Con un cuchillo de cocina, el que usaba yo para cortar la carne. Acababa de volver de la guerra y de repente asesinó a alguien… A la mañana siguiente volvió a casa y dejó el cuchillo en su sitio, en el armario donde guardo los utensilios de cocina. Creo que ese mismo día le preparé una chuleta… Al cabo de un tiempo, en la tele y en el periódico local salió que los pescadores habían encontrado un cadáver en el lago… Todo cortado en pedazos… Me llamó una amiga:

   »—¿Lo has leído? Dicen que es un asesinato profesional… Se nota el estilo “afgano”…

   »Mi hijo estaba en casa, tirado en el sofá, leyendo un libro. Yo aún no sabía nada, no tenía ni idea, pero por alguna razón, tras aquellas palabras, le miré… El corazón de una madre…

   »¿No oye el ladrido de los perros? ¿No? Yo sí, siempre que cuento esto escucho a los perros ladrar. Los oigo correr… Allí, en la cárcel donde él está ahora, hay pastores alemanes, son grandes y negros… Y toda la gente va de negro, siempre de negro… Cuando vuelvo a Minsk, voy por la calle, paso por delante de una panadería, de una guardería, con mi barra de pan y con la leche, y oigo ese ladrido. Es ensordecedor. Me deja ciega… Una vez casi me atropella un coche.

   »Estoy preparada para el momento en que tenga que visitar la tumba de mi hijo… Estoy preparada para yacer en la tierra a su lado… Pero no sé… No sé cómo vivir con esto… A veces me da miedo entrar en la cocina, mirar el armario donde estaba guardado el cuchillo… ¿No lo oye? ¿No oye nada?… ¿Seguro? ¿Nada de nada?

   »Ya no sé cómo es él, cómo es mi hijo. ¿Quién volverá conmigo dentro de quince años? Le condenaron a quince años en régimen especial… ¿Quiere saber cómo le eduqué? Pues le gustaban mucho los bailes de salón… Fuimos juntos a Leningrado, visitamos el Museo del Hermitage. Leíamos libros juntos… [Llora] Afganistán me quitó a mi hijo.. "

Una madre


Svetlana Alexiévich, Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la guerra de Afganistán, Ensayo,/Crónica, Trad.Yulia Dobrovolskaia y Zahara García González, Ed.Debolsillo, Barcelona, 2017.



dimarts, 2 de juliol del 2019

Distopía universal: Ayudar a los pobres no sale a cuenta

Las dos imágenes comprimen de manera nítida el significado del poder. Arriba dos mandatarios, antagónicos donde los haya y sin embargo, no paran de encontrarse. Un dictador sanguinario, y un presidente de EE.UU que no tiene parangón en los anales de los inquilinos de la Casa Blanca. Un dictador que pasa por ser la primera dinastía comunista, el otro, un multimillonario, que tiene un límite en su mandato. 



Uno manda en Corea del Norte, con el beneplácito de China y Rusia, dos de los baluartes de los derechos humanos. Mientras que EE.UU va en la dirección de saltarse todos los derechos humanos en nombre de la seguridad nacional o lo que corresponda. 

            

En la siguiente fotografía, se capta el momento en que la capitana del Sea Watch3, Carola Rackete es detenida en nombre de la ley. Italia se ha convertido de la mano de Salvini, ministro del interior italiano, en un auténtico laboratorio de despropósitos. Se le acusa nada menos que de un delito de favorecimiento del tráfico ilegal de personas. Ahora, en el mundo orwelliano en el que estamos adentrándonos, ayudar a salvar vidas en el Mediterráneo, se ha convertido en delito por obra y gracia de esa nueva fauna política que prolifera al amparo de un mundo desnortado y sin entrañas. 


Salvini debe de estar muy satisfecho, salir en la prensa internacional como baluarte contra la invasión silenciosa que trata de alcanzar las costas italianas. ¡La UE subvenciona alegremente a los grupos armados de Libia, para evitar que los desesperados que huyen de las guerras  puedan llegar a territorio sagrado de Europa. Supongo de la Mafia, la Camorra y la Ndrangheta, deben mirárselo con simpatía los esfuerzos de Salvini.