divendres, 13 de gener del 2017

Zygmunt Bauman: Alternativas (III)

¿Qué hacer? La salida de la crisis

Carles Capdevila pregunta: “Estem a prop d’una revolució? [¡Estamos cerca de una revolución?]. La respuesta es una síntesis del pensamiento de Bauman. “No ho crec. La societat d’avui dia està més avesada a la divisió, a la individualització i a la privatització. El més característic de l’era de les revolucions és que funcionava com una gran fàbrica de solidaritat (…). Era l’època d’aixacar-se junts, de l’interès comú i de la idea d’una bona societat, d’un model de bona societat. Era l’hora de fàbricaques de solidaritat i també d’utopies (…). La nostre  societat no és una fàbrica de solidaritat, és una fàbrica de desconfiança i competencia. A més, no tenim cap model de bona societat. (…) Ens cal trovar noves maneres de gestionar aquesta situación caótica” [No lo creo. La sociedad de hoy está más acostumbrada a la división, a la individualización y a  la privatización. Lo más característico de la era de las revoluciones es que funcionaban como una gran fábrica de solidaridad (...). Era la época de levantarse juntos, del interés común y de la idea de una buena sociedad, de un modelo de buena sociedad.  Era a la vez fábricas de solidaridad y también de utopías (...). Nuestra sociedad no es una fábrica de solidaridad, es una fábrica de desconfianza y competencia. Además, no tenemos ningún modelo de buena sociedad (...) Es necesario encontrar nueva maneras de gestionar esta situación caótica].



Si en la etapa sólida –Bauman-, había un responsable, el estado-nación y sus gobernantes, en el actual mundo en el que nos movemos –sociedad líquida-, la pregunta pertinente es “Qui controla el món? [¿Quién controla el mundo?]”.

La respuesta de Bauman es contundente: “Ningú, ningú. Hi ha un divorci entre poder i política. El poder és la capacitat de fer coses, es limita al que un pot fer i un altre no. La política és la capacitat de decidir quines coses s’haurien de fer i quines s’haurien d’evitar. (…). No hem desenvolupat institucions polítiques de manera global, les que hi ha són a nivel d’estat nació. El poder es mou lliurament a través de totes les fronteres, però les polítiques no. I és hora de canviar això. Ningú sap on anem, estem simplement vagant de manera cega. No confiem en els polítics perquè ells no tenen cap pla, només reaccionen a la crisi” [Ninguno, ninguno. Hay un divorcio entre poder y política. El poder es la capacidad de hacer cosas, se limita al que uno puede hacer y otro no. La política es la capacidad de decidir qué cosas se habrían que hacer y cuáles se habrían de evitar. (...). No hemos desarrollado instituciones políticas de manera global, las que hay son a nivel de estado nación. El poder se mueve libremente a través de todas las fronteras, pero las políticas no. Es hora de cambiar esto. Ninguno sabe a dónde vamos, estamos simplemente vagando de manera ciega. No confiamos en los políticos porque ellos no tienen ningún plan, solamente reaccionan a la crisis"].

Como se dice actualmente, falta liderazgo, falta un plan, y en su sustitución asistimos al espectáculo lamentable de ver cómo nuestros gobiernos en nombre de no sé sabe qué, sacrifican el bienestar de sus ciudadanos en aras del mercado, el nuevo sujeto político del mundo líquido, del que nos habla Bauman.


Sin embargo, a diferencia de otros intelectuales, Bauman, no pierde la esperanza. “Però no he perdut l’esperança. (…). És el nostre element definitori. (…) Així que jo encara espero que la gent entre en raó. (…) La societat occidental sap que la nostre manera de viure no és sostenible. És simplement impossible de gestionar: el planeta no ho pot suportar (…)[Pero no he perdido la esperanza. (...).Es nuestro elemento definitorio. (...) Así que yo todavía espero que la gente entre en razón. La sociedad occidental sabe que nuestra manera de vivir no es sostenible. Es simplemente imposible de gestionar: el planeta no lo puede soportar (...) ].

dijous, 12 de gener del 2017

Zygmunt Bauman: Las desigualdades (II)

Las desigualdades

Bauman pasa revista a esta cuestión desde diferentes vertientes. Por un lado, vivimos momentos excepciones, por eso puede decir: “No hi ha receptes, no hi ha senyals, cal experimentar, i això és adequat per a esperits amants del risc, de l’aventura, de l’experimentació”[No hay recetas, no hay señales, hay que experimentar, y esto es adecuado para espíritus amantes del riesgo, de la ventura, de la experimentación.]. Aquí aparece la primera grieta en las desigualdades. La razón de ello es que “deixa en inferioritat de condicions la gent que no sap moure’s sense referències” [deja en inferioridad de condiciones la gente que no sepa moverse sin referencias].




Bauman establece una génesis de la crisis actual que tiene su inicio en el 2005. Nos dice que desde la década de los setenta el estado del bienestar ha ido aumentando y extendiéndose en la Europa Occidental, hasta llegar al 2005. Si la situación no empeoró fue debido a dos causas: “la primera, les dones van començar a treballar a les oficines a les fabriques, així que ja no era només un membre qui sostenía la família. La segona, és l’abus del crédit”[la primera, las mujeres empezaron a trabajar en las oficinas en las fábricas, así que ya no solamente un miembro quien sostenía a la familia. La segunda, es el abuso del crédito ]. Estamos inmersos en una “por líquida”. “I aquestes pors, que només teníem a la nit, el 2007 es van fer realitat. (…)[Y estos miedos, que solamente teníamos en la noche, el 2007 se hicieron realidad ]".




El entrevistador vuelve a hacer una pregunta que muchos se han preguntado. “Té tornada enrera aquest creixement de la desigualtat”[¿Tiene vuelta atrás este crecimiento de la desigualdad?]. La respuesta refleja las dificultades de esta empresa que es la reducción de las desigualdades. Afirma Bauman: “Les societats són desiguals però en els últims docents anys creiem en la meritocràcia, havíen cregut que teníem una via per corregir el mal de la desigualtat de classes, que no tot depengués de si naixies en el barri equivocat.(…) Quan la meitat de joves són a l’atur, quan una llicenciatura també et pot conduir a fer treballs porquería, la meritocràcia queda greument ferida (…)”[Las sociedades son desiguales pero en los últimos doscientos años creíamos en la meritocracia, habíamos creído que teníamos una vía para corregir el mal de la desigualdad de clases, que no todo dependía de si nacías en el barrio equivocado. (...) Cuando la mitad de los jóvenes están en el paro, cuando una licenciatura también te puede conducir a realizar trabajos basura, la meritocracia queda gravemente herida ].