dissabte, 6 de març del 2010

Wallander en Riga


Los perros de Riga (1992), la novela de Mankell confirma que estamos delante de un autor que utiliza la novela negra para ir más allá de ella. En esta ocasión se adentra, literariamente, en los oscuros sótanos de los países de la órbita de Moscú.  

La llegada a la costa sueca de un bote con dos cadáveres con una bala en el corazón como recuerdo, inicia todo un recorrido, que hará del inspector Wallander, el héroe de una historia siniestra.¿Cómo se inicia una investigación criminal? ¿Qué se hace cuando no hay pistas? Cuándo se desconoce ¿quiénes son los muertos?, ¿dónde los mataron?, ¿de dónde provenían? Respuestas que requieren de tiempo y suerte. La historia se desencadena cuando una llamada anónima anuncia la llegada de un bote con dos muertos como viajeros.  





La investigación se inicia con todas las incertidumbres del caso. No hay pistas y se desconoce todo de todo. Los hilos de la investigación tejen una trama que lleva en una dirección: los países del este. Lentamente la investigación empieza a cobrar rostro. La dentadura de los asesinados demuestra que son ciudadanos del este. La cooperación internacional da sus frutos cuando desde Riga (Letonia) dan con los nombres de los asesinados. Para acelerar la investigación llega a Ystad un investigador de la policía letona.

El retrato de un país totalitario (Letonia) al inicio de un proceso incierto (1992)en el orden político, donde fuerzas divergentes, tratan de llevar cada uno a su objetivos políticos. Un Wallander que se erige en árbitro  de las maniobras entre la policía dividida como expresión de la división de país, entre la fidelidad a Moscú y aquellos que sueñan con un país independiente. Y ese árbitro que siente  en su corazón los embates del deseo.

Mankell demuestra con sobriedad y una solvencia extraordinaria las descripciones de una sociedad hundida en la miseria moral y material que el régimen comunista ha acabado por imponer. Las descripciones de la ciudad, su fealdad, el miedo que lo impregna todo, los “perros de Riga” que siguen el rastro de Hegel/Wallander, las traiciones y los golpes de efectos, son realmente notables, los ideales de emancipación acaban convirtiéndose en pesadilla  y la condición humana queda reducida a esclavitud en nombre de un radiante porvenir. Wallander que viene de una sociedad democrática y libre, se sorprende de las condiciones que la sociedad puede llegar a estar amordazada en nombre del socialismo.

De los ideales abstractos se llegan a pesadillas concretas, donde la libertad del individuo es pisoteada en nombre de un futuro porvenir. Y, Wallander, reconoce que la libertad que defiende es frágil, tanto como el deseo que siente por la mujer del oficial de policía asesinado por oficiales corruptos de la policía de un país que aún no sabe hacia dónde se dirige: hacia la anarquía social o hacia una sociedad libre, donde los “perro de Riga” están de más.

diumenge, 24 de gener del 2010

Las ocho casas de Atxaga


Acabo de leer la novela de Bernardo Atxaga "Siete casas en Francia". Novela muy recomendable tanto por la forma como por el fondo. La literatura permite viajar al Congo de la época de Leopoldo II. No se trata de una denuncia, que también, sino simplemente la ocasión de contar una historia. El arte de narrar historias parece cosa fácil, pero el asunto no es tan sencillo.


La historia es sencilla. En un puesto de la Force Publiques del rey Leopoldo II  a principios de 1903 , en el puesto militar de Yangambi, desembarca un nuevo militar Chrysostome Liège. Éste provocará una serie de sucesos que irá in crescendo a  lo largo de la novela. 

Los personajes de este drama son el capitán Lalande Biran, el teniente Van Thiegel, socio del capitán en actividades comerciales clandestinas, Richardson, Lopes, Donatien, Bamu, Livo, un obispo, un períodista, Lasalle y los ausentes: Leopoldo II, Armand Saint-Fox (Toisonet) , y Christine Saliat de Meilhan esposa del capitán. De forma indirecta aparecen los caucheros, los askaris y los rebeldes.




¿Qué sucede cuando en un entorno de monotonía  aparece un nuevo personaje? Que la situación anterior cambia. Los acontecimientos se precipitan. Las rivalidades de cada uno de los personajes tejen una urdimbre que cobra vida. El desencadenante es el rifle Albini-Braendlin. Las envidias del teniente focalizarán todas sus frustraciones. En la mente del teniente aparece una palabra que le obsesionará, Chrysostome Liège, se convertirá en pédé (marica). Su manera de ser y hacer acaba obsesionando a Van Thiegel. 

La estación militar tiene por objeto las plantaciones de caucho y el control de los nativos convertidos a la fuerza en caucheros. Todo lo que les rodea, personas y paisaje pertenece a Leopoldo II y de forma vicaria al capitán Lalande Biran, que tiene aspiraciones de poeta. A su vez quiere satisfacer a su codiciosa esposa comprándole casas. Y para ello desvía caoba y marfil para su particulares intereses. 

Los jueves el capitán se desfoga sexualmente a costa de las vírgenes nativas que las busca su mayordomo Donatien. No se plantea lo que deben pensar las desafortunadas jóvenes. La empatía no está entre las prioridades del capitán Lalande. La suerte está echada cuando el teniente Van Thiegel destruye a la única persona que Chrysostome Liègi desea en Yangambi y por extensión en todo su universo. Hay duelo y venganzas. Muertes y traiciones.

 El libro de Atxaga es un excelente ejemplo de literatura. La ficción no es más que un pálido ejercicio de la realidad. El tono entre irónico y preciso retrata a unos personajes que son los amos de un  mundo dejado de la mano de Dios. El colonialismo belga como el de los restantes países civilizados deja una nota amarga. Excelente descripción de situaciones y personajes que hacen de esta novela recomendable para aquellos que quieran sumergirse entre la ficción y la realidad. 

dissabte, 9 de gener del 2010

Novela negra...sueca


Novela negra, la expresión tiene su origen en el escritor norteamericano Raymond Chandler. Su expresión ha hecho fortuna. Y hablando de fortuna ahí está el éxito de las novelas de Stieg Larsson (1954-2004) y su famosa trilogía "Millennium".  Las novelas de Larsson son entretenidas, sus páginas se parecen a planos visuales, sus descripciones se parecen a los catálogos de venta por correo. Ameno, superficial, apto para todos los públicos. Entretiene sus peripecias truculentas, sus personajes son del todo poco creíbles. Especialmente, Lisbeth Salander. Su particular "autismo social" permite desdibujar al personaje, hasta hacerlo plano. Sale de las situaciones como un prestidigitador que saca de su chistera un conejo o una paloma. No importa lo poco creíble que sea la situación. Tiene recursos para todo. Las páginas describen hechos y situaciones de todo orden. Pero falta algo. No basta ni Mikael Blomkvist, ni la conspiración de la inteligencia sueca, ni Zalachenco...




¿Qué falta entonces? La respuesta está en la escritura. Leer una página por poner un ejemplo de Philip Roth de "La mancha humana" (ed.Debolsillo) es suficiente para ver las diferencias. En este caso, la novela negra tiene su sentido irónico. O sea, leer a Larsson, siendo agradable y entretenido, no supera ni la intensidad y la profundidad de los personajes de Roth, por ejemplo. Tampoco de Henning Mankell. La serie Wallander, es un buen ejemplo de novela negra.

Uno imagina a una Suecia en el que el Estado del bienestar hace que las injusticias sociales sean lo menos dolorosas posibles, pero al leer la novela negra sueca, parecen dibujar una Suecia que cuesta reconocer. Detrás del bienestar se esconde una sociedad doliente. Suicidios, alcoholismo, violencia. ¿Eso era el paraíso de la sociedad del bienestar? Parece que Henning Mankell y en otro registro Larsson nos dicen que no todo es oro lo que reluce en Suecia.



Acabo de leer "Pisando los talones" de Henning Mankell. El libro es un buen ejemplo de buena novela negra. Mankell no es Roth, pero tampoco es Larsson. Su novela deja que las cosas sucedan, las descripciones y las situaciones son realistas. Las reflexiones sobre Suecia son aceradas y ácidas. Hay desencanto y frustración. Reflexiona sobre la condición humana y el papel de la policía. La novela y su personaje central Kurt Wallander y los demás personajes se les ve a lo largo de la novela pasar por todas las fases de una investigación criminal. ¿Cómo saber quién es el asesino o asesinos? ¿Cómo empezar a buscar pruebas?


La violencia que describen es extremadamente desasosegante. Psicópatas astutos, fríos, calculadores. Y frente a ellos se oponen inspectores/as que tienen problemas domésticos, Wallander y su diabetes incipiente que le hace orinar terrones de azucar,etc. Radiografías de una sociedad que debería estar encantada de tener y poseer lo que tienen, pero que no acaba de estar bien consigo misma.

Leyendo a estos autores suecos parecería que en el infierno no hay fuego, sino hielo.No he leído todas las obras de Mankell, leí "Asesinos sin rostro", en el que la inmigración estaba en el trasfondo de la novela y el inspector Wallander iniciaba su andadura. Leeré más novelas de este autor, ya que desgraciadamente, la muerte prematura de Larsson ha truncado su vida y carrera como novelista.



dissabte, 1 d’agost del 2009

La inflexión posmoderna: Una estética de la representación


La posmodernidad sería la última esperanza que nos queda ante ese fenómeno que adquiere carácter de ley inmutable de la naturaleza: la globalización. Si eso es así, ¿con qué armas contamos para hacerle frente? Y la respuesta que nos ofrece este último apartado del libro de Samaniego* nos deja sin demasiadas opciones.

1.- Habíamos caracterizado a la posmodernidad como la capacidad de hacer desafinar todos los metarelatos que legitiman a nuestra sociedad líquida (Z.Bauman). Así que para empezar, la vida es vista como espectáculo. Queda descartado la intimidad. El reality show "Gran Hermano" nos ilustra sobre la idea de intimidad. Como en el "Show de Truman" todos están conectados para ver las peripecias que padece -por efecto del guión- el protagonista. La posmodernidad habría puesto de manifiesto que ese Show es el que estamos viviendo. Todos seríamos Truman Burbank viviendo esa realidad que nos parece real, pero que en el fondo es una pura "representación".





2.- ¿Quién hace el papel de Christof? Para la posmodernidad la propia dinámica de la globalización. No hay un consejo de administración que dirige la representación, sino una red difusa que se extiende y se capilariza en un poder que nos es ajeno (alienación) y a su vez nos tiene en nómina. La visión del poder no es vertical (sociedad sólida), sino horizontal (sociedad líquida).

3.- La posmodernidad es descreída, por ello reivindica desafinar en todas los órdenes de la vida. Es una forma de resistencia. ¿Cómo resistir? En el ámbito del arte, por ejemplo, se puede luchar a través de las "instalaciones". Este arte se caracteriza por ser "anamórfico" (es decir, es una forma de hacer ver al espectador aquello que nos interesa que vea). Lo característico de las "instalaciones" es su movilidad. Cualquiera podría ser un "instalador", por ejemplo, colocar en el Guggenheim de Bilbao un futbolín con figuras de barbies, y esperar que los curiosos se acercarán y jugarán, se habría creado una "obra artística total".




4.- La posmodernidad no cree en la utopía, cuestiona el presente, no le gusta y por ello quisiera integran arte y vida. OLYMPIC MAN MOVEMENT dels Joglars (1981) representaba una apuesta por integrar arte y vida en un mensaje "ambiguo". La posmodernidad hubiera rechazado esa apuesta. La posmodernidad al decir R.Hughes representa la "cultura de la queja".

5.- Si vivimos inmersos en el Show, entonces, no hay ni intención ni contexto que importen. En la etapa sólida (Z.Bauman) esos dos caracteres eran importantes. Pero ¿qué pasa ahora en la etapa líquida (Z.Bauman)? Ahora lo que conviene es el "corta y pega". La representación ha tomado forma de fotomontaje. No se requiere ser un genio, sino tener el programa adecuado para parecer un genio. Photoshop permite hacer maravillas con las fotografías digitales. El único auténtico problema es tener imaginación, pero en esto siempre se puede "copiar" y modificar con lo que la "autoría" queda borroso.

6.- Hal Foster ha podido hablar de una segunda posmodernidad denominándola "de resistencia". Ésta se opondría aquellas corrientes posmoderna de raíz neoconservadora, cuyo objetivo sería desafinar. Es decir, parodiarse a sí misma como forma de autodestruirse. En el mar proceloso del arte, dar gato por liebre parece un ejercicio que se ha realizado con extraordinario furor. Me imagino a ese artista que hace una "instalación" con sus barbies. ¿Nos toma el pelo? ¿No distinguimos entre arte y provocación?

7.- ¿Puede esta segunda posmodernidad vincularse a la modernidad? ¿Cómo expresarla? Este intento de sintetizar arte y vida ha sido puesto en cuestionamiento. Jameson propugna "intentar elaborar mapas cognitivos de esas misma reestructuración social producida por el capitalismo como sistema global".

8.- La posmodernidad quiere pero no puede, alberga el espíritu de resistencia pero no parece estar en condiciones -ante el avance del capitalismo global- de hacerle frente. Sin embargo, la sociedad posmoderna (sociedad líquida) deberá enfrentarse ante sus propias contradicciones. ¿Debemos rendir pleitesía a las fuerzas económicas como si fuesen leyes intemporales? ¿Se podrá seguir manteniendo la asimetría existente en el mundo globalizado? ¿Se podrá legitimar unos gobiernos -democráticos- que abdican de sus obligaciones sociales y políticas en aras de esas fuerzas "impersonales" de la economía?


* Alberto Ruiz de Samaniego, La inflexión posmoderna: los márgenes de la modernidad. Col.Hipecuakal, ed.Akal, Madrid, 2004.


divendres, 24 de juliol del 2009

La inflexión posmoderna: Perdiendo realidad......

En este capítulo, del libro de Alberto Ruiz de Samaniego, que venimos comentando, se centra en los análisis de Baudrillard y Jameson, que dan una visión más oscura de la posmodernidad.

1.- La realidad se ha tornado para estos autores una mera “representación”. Hablan y no paran de hablar de simulacros, de un lenguaje desarticulado, donde significado y significante se ha roto. Lo única referencia se centra en un proceso de autoreferencialidad. La realidad cae al nivel de las apariencias. La caverna platónica se hace realidad. Vivimos entre sombras (apariencias).

2.- Para estos autores, la realidad se ha convertido en puro espectáculo el cual no puede parar. La realidad es de hecho telerealidad. La caverna platónica genera ininterrumpidamente mediante los medios de comunicación una dosis de realidad que acaba por convertirse en pura ficción.

3.- En esta “redescripción” (R.Rorty) de la realidad se planteaban cuestiones interesantes. Por ejemplo, la necesidad de una “epistemología de la ficcionalidad”. Ésta permitiría dar significado a nociones como “universo virtual, estetización generalizada, acontecimiento, presencialidad, público o teatralidad”. Esta propuesta tiene su implicación política. Para Baudrillard, el sistema capitalista tiene como problema fundamental la paradoja entre productividad virtualmente ilimitada y la salida de los productos. Esta paradoja requiere la necesidad de innovación y expresión estética que conlleva el diseño y la publicidad.

4.- Con su habitual genio para expresiones sugerentes, Baudrillard llama “éxtasis de la comunicación” al mundo que nos rodea. La realidad se desmaterializa, al modo de D.Hume, la realidad es una película sin profundidad. Sentimos y lloramos, pero lo que nos impulsa a ello son emociones y sensaciones. La realidad se ha tornado en una sesión continua de clips sin orden ni concierto. Baudrillard no deja de se afirmar que estamos a merced de los mass-media y no encuentra alternativas frente a la caverna platónica.



5.- ¿Qué hacer entonces en la caverna? Según Baudrillard las sombras se convierten en “exacerbada ilusión, en puro humo apático y desesperanzado”. Por ello nuestro prisioneros adquieren manías de carácter patógeno. Por ejemplo, el “mal de archivo”. El prisionero adquiere manías mediante las cuales trata de forjarse una identidad, mediante la recolección de todo lo que adquiere uno en un viaje: sean los billetes del avión, o la llave-tarjeta de la habitación del hotel, o bien, de los folletos del plano de la ciudad, etc. El prisionero se convierte en una especie de cleptómano para asegurarse su propia identidad. Además, para ayudarse en esa tarea de documentación de si mismo ayuda la cámara digital o la máquina de vídeo. Cientos de foto digitales y horas de grabación. Suficientes para llenar cientos de megas en el disco duro de nuestro ordenador. La vivencia se duplica, vivimos en la medida que fotografiamos y grabamos. En lenguaje cartesiano habría que decir: fotografió y grabo, luego soy. En el lenguaje de Baudrillard vivimos en la era del “Grado Xerox” de nuestra realidad.

6.- La sociedad líquida (Z.Bauman) siente una pasión hiperdesarrollada por factores visuales y espaciales. Desde la década de los cincuenta en Estados Unidos y por extensión a Europa, la extensión de los medios de comunicación de masas ha transformado la percepción de la realidad. Generaciones de ciudadanos han visto desde la infancia un potente artefacto que ocupaba el centro de la casa: la televisión. Vivimos rodeados de imágenes a todas horas. Pero las imágenes cansan, y para poder estar atentos a la pantalla, es necesario que esas imágenes sea cada vez más impactantes, más crueles o dolorosas. Algo así como la retransmisión en directo del ataque a las Torres Gemelas.

7.- Las imágenes que nos proporciona la televisión han calado en nuestro memoria de tal forma que hoy se hace difícil valorar su calado y significación. Mi experiencia personal aún recuerdo cuando el objeto más interactivo de la casa era la radio. Requiere atención para escuchar e imaginación para representar lo que decían. Pero con la llegada de la televisión, la imagen ocupaba toda la habitación. Un éxito en los programas son los collages televisivos hechos de retales de otros programas. Su éxito es su instantaneidad. La imagen agota prácticamente todo lo que se puede decir. En estos collages hay secciones para el disfrute de todos los posibles televidentes.

8.- En los collages televisivos una de las secciones con más adeptos son los accidentes. La posmodernidad expresa ese mundo desnortado mediante las catástrofes. Hemos tenido visiones dignas de los relatos de J.Ballard. Tsunamis catastróficos que invadían las tranquilas vacaciones de los turistas llevándose por delante todo cuanto había. Los momentos más dramáticos se vivían a golpe de vídeos digitales caseros. Su dramatismo y plasticidad llenó horas en las televisiones. O la destrucción de las Torres Gemelas. Ni los guionistas más desaforados habían pensado en ello. Es verdad que en la película de Independents Day, los alienígenas destruían el Empire State, pero, la realidad supera a la ficción. Las catástrofes aéreas nos recuerdan el tributo que hay que pagar por el progreso. En fin, las catástrofes personales de los accidentes de coche que causan cerca de dos mil muerte solo en España, es un recordatorio de la fragilidad que el ser humano vive en la sociedad del riesgo. (U.Beck). Los mass-media reproducen continuamente las imágenes de accidentes como fuente de espectáculo gratuito sin establecer algún mensaje para la posible reflexión.

9.- La posmodernidad avanza para poder ser actores-directores de nuestras propias hazañas. Los medios de reproducción y el software de reproducción y manipulación de vídeo y foto-digital permiten transformarnos en artistas. De ahí que el “estatuto de la autoría” se haya convertido en borroso. Las tecnologías de la manipulación permiten alterar y modificar las “obras originales”.La posmodernidad se expresa mediante la tecnología de la manipulación y la información. En un bucle reiterativo. La existencia de software que permite crean realidades virtuales hace que la clásica fotografía –que requería la mediación química- sea hoy un objeto obsoleto, frente a la capacidad de transformación que permite la foto-digital. Realidad y virtualidad se dan la mano. Retocar y alterar se hace hoy a golpe de clic en el ordenador.

10.- ¿Qué queda de la realidad-virtual? Para unos de los ideólogos de la posmodernidad, Jameson, asegura que queda la tecnología de la reproducción. Lo virtual-real desnaturaliza la realidad, la hace fantasmagórica. Esto le permite decir a Baudrillard que esa realidad desnaturalizada tienda a la “contagiosa diseminación”. Es decir, su extensión. La realidad virtual se transforma en una visión esquizofrénica, una ruptura en la cadena significante y el hundimiento del significado dentro de lo mecánico-reproductivo. O sea, que hacen Baudrillard y Jameson es realizar una "redescripción" de los fenómenos sociales en clave posmoderna. ¿Sirve como palanca de transformación? La respuesta es que no.