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dimarts, 18 d’abril del 2017

Descartes (I)

CIENCIA Y SUJETO EN LA ÉPOCA MODERNA
(R. DESCARTES) 




1. Introducción.

Existe controversia sobre el origen de la modernidad, en tanto que diferentes autores sitúan el evento histórico en función de gustos personales, acontecimientos históricos de diversa factura, etc; hace que la elección sea sobre todo de carácter intencional, así como puramente convencional. Así, hay autores que sitúan dicho origen en el año 1401 fecha de nacimiento de Nicolás de Cusa. Otros lo sitúan en la figura del primer humanista, Francesco Petrarca (1304-1374). 

El origen de la modernidad al menos en cuanto a las implicaciones filosóficas , fue el pensamiento de Guillermo de Occam(-1300-1349/50). Su distinción entre conocimiento intuitivo y conocimiento abstractivo supone un cambio cuya deriva dejará un surco que marcará el camino hacia la autonomía de la razón frente al primado de la fe. Si no tenemos conocimiento intuitivo de Dios, ¿cómo podemos conocerlo? La respuesta de Occam se halla en la fe. Pero, paradójicamente, liberará a la razón para un desarrollo propio y específico. Si la razón es impotente frente a la omnipotencia divina, lo adecuado será el conocimiento intuitivo que conoce la experiencia, aquella vivencia inmediata por el cual el ser existente y particular es conocido por el sujeto que conoce. 

Esta modernidad se expresará en el pensamiento renacentista que si algo puede caracterizarse es precisamente por lo irreductible de una visión extraordinariamente vital, frente al triunfo de la razón y su visión matematizable de la realidad que se inicia con las figuras de Galileo Galilei (1564-1642) y R.Descartes (1596-1650)y culmina en la apoteosis de la ciencia del barroco con I.Newton(1642-1727). 

El pensamiento renacentista se inserta a su vez en un momento histórico de cambios extraordinarios, a saber, el nacimiento del Estado. No es casualidad que el pensamiento filosófico y la ciencia que los acompaña serán fieles escuderos del Estado, que T.Hobbes (1588-1679) llamará Leviatán. Sin lugar a dudas, desde una perspectiva histórica, el legado de la modernidad han sido dos regalos envenenados a la historia contemporánea, a saber: la ciencia y el Estado. La ciencia se ha desarrollado en la medida que el Estado ha necesitado resolver todos los problemas que conlleva la dominación del hombre por el hombre y la naturaleza. 

2. Descartes y sus intereses.

¿Por qué Descartes se preocupa por problemas de orden filosófico? Una respuesta, puramente especulativa, sería que Descartes inicia su andadura filosófica, espoleado por sueños que, al abrigo de la estufa en las cercanías de Ulm, tuvo en la noche del 10 al 11 de septiembre de 1619. En en el sueño se le representa la "ciencia admirable" (mirabilis scientia):" he comenzado a entender el fundamento del descubrimiento maravilloso" (Olympica). En las Reglas (IV), nos dice: "(..) que, pertant, hi ha d'haver una certa ciència general que expliqui tot allò que pugui investigar-se sobre l'ordre i la mesura que no s'adjudica a cap matèria en especial; i que se l'anomena (..)- mathesis universal perquè conté tot allò que permet anomenar les altres ciències parts de la matemàtica" (2) (IV,378-379, pág.80-81). 

Resumiendo, en el famoso sueño entrevé lo que será el norte filosófico: la búsqueda de un instrumento matemático que permita avanzar con paso firme y seguro: certeza, mediante un método cuyo modelo es la matemática. 

3. Descartes y sus ideas claras.

¿Cómo evitar el error? Descartes contesta con la certeza. Y ésta ha de ser absoluta, esto es, metodológica. Descartes establece cuatro fuentes de conocimiento: el entendimiento, la imaginación, los sentidos y la memoria. Solamente el entendimiento es capaz de percibir la verdad. Pero ¿qué notas las caracteriza ? Su respuesta es claridad y distinción. Descartes llama “clara” a una percepción “que es presente y manifiesta a un espíritu atento”. Y llamamos “distinta” aquella “ que es tan precisa y diferente a todas las otras, que no comprenden en ella misma nada que no aparezca manifiestamente a aquel que la considera como tal”. La claridad y la distinción son notas de la verdad, pero ¿qué es la verdad? Descartes la denomina conocimiento intuitivo que es “espontaneidad del entendimiento”. Espontaneidad que no sujección a lo que el entendimiento concibe en sí sin deber nada a la experiencia. Es lo que Descartes denomina ideas innatas(3). La experiencia no es más que la ocasión para que la mente o el entendimiento por su propia luz llegue a descubrir la verdad. La verdad es algo que acontece en la mente y no en la experiencia. La verdad es la adecuación de la mente a la mente misma, a su propia ley absoluta

El método cartesiano sigue el modelo matemático que se constituye como un "arte inventivo" frente al modelo silogístico aristotélico que consideraba estéril. El método requiere de los siguientes pasos:

1) La primera condición para su realización consiste (Discurso,II) en "no admitir como verdadera cosa alguna que no se sepa con evidencia que lo es", evitando la precipitación y la prevención -causas del error-, y aceptando sólo lo que se presenta clara y distintamente al espíritu. 

2) la segunda, en "dividir cada dificultad en cuantas partes sea posible y en cuantas requiera su mejor solución". Es decir, el análisis: reducir lo complejo, lo oscuro, a lo simple. 

3) la tercera, "en conducir ordenadamente los pensamientos", empezando por los objetos más simples - puntos, ángulos, rectas-, y fáciles de conocer para ascender gradualmente a los más compuestos -triángulos,por ejemplo-, y 

4) la cuarta, "en hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones ta generales que se llegue a estar seguro de no omitir nada". El cuarto precepto representa la comprobación del análisis y la síntesis: del análisis, mediante el recuento o la enumeración; y de la síntesis, mediante la revisión(4) 

El método permite establecer el criterio de certeza: la evidencia. Todo lo que no pueda resistir dicho criterio deberá ser eliminado. La duda metódica es el procedimiento que Descartes se valdrá para llegar al primer principio: el cogito. ¿Cómo se alcanza éste? La respuesta cartesiana pretende partir de la radicalidad más absoluta, se trata de dudar de todo. Lo primero que examinará serán los sentidos como fuente de conocimiento. Pero, lo sentidos son engañosos, pues, nos hace ver cosas que luego no son, así cuando introducimos un palo en el agua, éste parece deformado, los sentidos, no pueden ser este principio del cual partir para construir una verdadera ciencia. La imaginación y la memoria son otros dos fuentes de conocimiento, pero no puede construirse nada sólido sobre bases tampoco sólidas(5). Por ello, se llega al entendimiento, donde parece que aquí sí podremos construir ese primer principio inconmovible que buscamos. Las matemáticas como modelo de conocimiento se asienta en cadenas deductivas y por tanto, firmes y sólidas. Cuando estamos en el camino que debería llevarnos a la culminación de nuestra búsqueda, Descartes introduce la hipótesis del genio maligno. 

Si los sentidos son engañoso, se pregunta Descartes, ¿cómo podemos distinguir el sueño de la vigilia? En sueños aparecen representaciones que parecen tan reales como cuando estoy despierto, por todo lo cual ¿no será que cuando creo estar despierto,no sea sino un sueño? Las cosas tal vez no son lo que parecen ser, pero " puesto que, ya esté dormido, ya esté despierto, dos y tres serán siempre cinco (...); y no parece ser posible que unas verdades tan obvias incurran en sospecha de falsedad" (Meditación Primera, pág.50) 

La introducción del genio maligno nos lleva la duda hiperbólica: incluso allí donde parece imposible dudar, las matemáticas, introduce la duda, pues, no sería posible que un "genio maligno de extremado poder e inteligencia pone todo su empeño en hacerme errar; creeré que el cielo, el aire,la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todo lo externo no son más que engaños de sueños con los que ha puesto una celada a mi credulidad,(..)" (Meditaciones Metafísicas, Primera Meditación,ed.Aguilar, pág.52).

¿Qué queda después de la intervención del genio maligno? La respuesta se encuentra en las Meditaciones Metafísicas: "Así pues, supongo que todo lo que veo es falso... pienso que carezco de los sentidos; creo que cuerpo, figura, extensión, movimiento, lugar, no son sino quimeras de mi espíritu. ¿Qué podré, entonces, tener por verdadero? Acaso esto sólo: que nada cierto hay en el mundo". 

Pero, ¿qué sé yo si no habrá otra cosa, distinta de las que acabo de reputar inciertas, y que sea absolutamente indudable?... Y yo mismo, al menos, ¿no soy algo? Ya he negado que yo tenga sentidos ni cuerpo.(..) Pues no: si yo estoy persuadido de algo, o meramente si pienso algo, es porque yo soy. Cierto que hay no sé qué engañador todopoderoso y astutísimo, que emplea toda su industria en burlarme. Pero entonces no cabe duda de que, si me engaña, es que yo soy; y, engáñeme cuanto quiera, nunca podrá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo. De manera que, tras pensarlo bien y examinarlo todo cuidadosamente, resulta que es preciso concluir y dar como cosa cierta que esta proposición: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, cuantas veces la pronuncio o la concibo en mi espíritu." (Meditaciones metafísicas, ) 

"Ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con claridad qué soy...¿Qué soy entonces? Una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que imagina también, y que siente." (Meditaciones metafísicas) 

La duda cartesiana no desemboca en el escepticismo. Del hecho mismo de dudar surge la primera certeza. En efecto, si dudo, si estoy persuadido de que nada hay en el mundo, si soy engañado por cierto genio maligno, si, en definitiva, pienso, hay que concluir que yo soy, que yo existo. Pues, si yo no soy nada, ¿cómo puedo dudar, cómo puedo estar persuadido de algo, cómo puedo ser engañado? De manera que la afirmación pienso, luego existo (cogito, ergo sum), se presenta como la primera certeza, capaz de resistir a todo posible motivo de duda, incluso al más radical de todos, el del genio maligno. Pienso, luego existo, es la primera verdad firme y segura sobre la cual se propone Descartes fundamentar la filosofía, tal como expresa en la cuarta parte de su Discurso del método. Es una verdad intuida, esto es, conocida mediante la primera operación del espíritu, la intuición(6). 

La intuición cartesiana es la actividad intelectiva, que el la Regla III, define como "aquella concepció tan fàcil i distinta d'una ment pura i atenta que no resta absolutament cap dubte sobre allò que entenem" (III,368,70). El contenido de este proceso se alcanza a través de las llamadas "naturalezas simples".Que Descartes define a las ideas simples "només aquelles el coneixement de les quals és tan clar i distint que la ment no pot divivir-les en parts més dintintament conegudes: d'aquesta mena són la figura, l'extensió, elmoviment,etc,i concebem totes les restants com a compostes d'alguna manera a partir d'aquestes"(XII,418,123). Resumiendo, las ideas simples son aquellas que produce el proceso de la intuición, su resultado. 

El yo es el resultado de la aplicación del método. El yo es pensamiento frente a lo que no lo es. A través de este criterio se establecerá un dualismo metafísico entre extensión y pensamiento. Así Descartes nos dice que jamás nada físico, corpóreo, material podremos aprehender algo así como “yo pienso”. Y éste no debe considerar necesariamente la vinculación especial a mi cuerpo; tal unión accidental es un hecho y la percepción de que “yo pienso” es confusa por definición cuando se mezcla alguna determinación que suponga la extensión. Ello supone el reconocimiento de dos realidades “sustanciales” diferentes. 

Notas:

Nota: 

(2) René Descartes.- Regles per a la direcció de l'enginy. ed.62, Barcelona, 1998. La páginación se indica según las obras completas de Descartes editadas por Adam &Tannery en el vol X,pp.359-469; mientras que las páginas hacen referencia a la edición llevada a cabo por Silvi Turró para Edicions 62. 

(3) En la modernidad filosófica inaugurada por Descartes se debate sobre las relaciones entre la subjetividad y el mundo objetivo y los supuestos puentes que se tienden entre uno y otro. Esta mediación presupone que en el orden epistemológico y en el orden del pensamiento podemos distinguir entre los conceptos y un material neutro, libre de toda conceptulización -como si esto fuera posible-. En el racionalismo este material neutro sería las ideas. 

(4) Ana María Andaluz Romanillos, José Sarrión Cayuelas,Luis Tatay Alabau.- Historia de la filosofía a partir de los textos. Editorial Luis Vives,1988.pág.269. Se trata de uno de los mejores textos de Historia de la Filosofía en el mercado. 

(5) Descartes.- Meditaciones Metafísicas. 9ed.ed. Aguilar, Madrid,1980. "Suelo imaginarme muchas otras cosas, además de aquella naturaleza corpórea que es el objeto de la pura matemática, como son los colores, los sonidos, los sabores, el dolor, etcétera, pero ninguna tan claramente como aquélla; y dado que percibo estas cosas mejor por los sentidos, por los cuales parecen haber llegado a la imaginación con ayuda de la memoria, para tratarlas de un modo más útil se ha de tratar al mismo tiempo sobre los sentidos, y se ha de ver si se puede obtener algún argumento cierto en favor de la existencia de los seres corpóreos a partir de aquellas cosas que se perciben por medio de ese modo de pensar que llamo sentido" (Meditación Sexta, pág.109) 

(6) Ana María Andaluz Romanillos, José Sarrión Cayuelas,Luis Tatay Alabau.- Historia de la filosofía a partir de los textos, pág.271.