dilluns, 19 de juny del 2017

Diari de Mallorca (y VI)

Martes 16

Hoy nos hemos ido del hotel en Canyamel, en dirección a Palma, nuestro objetivo Andratx y Sant Elm. Ha sido nuestro último día en la isla de Mallorca. Hemos de coger el avión a primera hora de la tarde.


Así que nos hemos ido por la autovía Ma-15 hasta Palma y desviarnos hacia la M-20, donde en ese momento había un tráfico muy intenso hasta Andratx. No hemos puesto los pies en Andratx, imposible debido al tiempo muy limitado que teníamos. Hemos cogido un desvío hacia Sant Elm. La carretera era muy estrecha y con cierto tráfico. Era un día de cada día. Una vez llegas el lugar es precioso y pintoresco.





Una bahía de aguas azules y cristalinas tenía como espectador de excepción un islote y Sa Dragronera, porque la isla tiene un perfil que puede recordar a un dragón. Requiere imaginación. Muchos turistas, como nosotros. En pleno verano debe estar colapsado todo el trayecto así como llenos los hoteles y apartamentos. Al entrar al pueblecito hemos entrado en un parking que costaba 4€, tanto si estabas 10’ como todo el día, no parece muy racional. Unos vigilantes de cierta edad, hablaban un andaluz cerrado, repartían los tickets y los cobraban, además de indicarte donde había que colocar el coche. Es como un impuesto por estar ahí.

Cafeterías, bares, terrazas, sudamericanos sirviendo, ni una palabra en catalán. Había muchos ciclistas alemanes tomándose unas cervezas. Algunos camareros hablaban alemán para atender a la clientela alemana.



Nos hemos paseado por la calle principal, hemos hecho fotografías, el marco incomparable lo valía, y hemos subido por una escalares bastante maltrechas hasta un mirador que estaba cerrado.


La hora empezaba apremiar, nos hemos sentado en una terraza para comer, antes que hacerlo en el aeropuerto de Palma. La comida olvidable. Hemos cogido el coche y nos hemos dirigido por la Ma-1 donde van apareciendo nombres que debían desembocar en zonas turísticas y llenas en verano. Hemos dejado el coche de alquiler en la terminal, no hay posibilidad de equivocarse, pues está bien indicado, e inmediatamente nos hemos dirigido a la terminal. Hemos facturado las maletas, pasando los controles de seguridad y la inevitable espera a la hora del vuelo. Las aplicaciones móviles permiten sin moverte del asiento, saber en qué puerta de embarque hay que esperar, también en los paneles del aeropuerto. El vuelo ha salido a la hora prevista. Había una multitud, el avión que nos ha llevado era un Airbus. Hemos aterrizado en el Prat y con ello estas mini vacaciones. 

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