dilluns, 24 de juny del 2013

Reseña: Maya


La cotidianidad es tan fea y desagradable que podemos volar con la imaginación al mundo de Isabel Allende y su obra “El cuaderno de Maya” ed. Debolsillo. Barcelona 2012.




Maya nos relata su particular infierno, en medio de un paraíso muy terrenal. Chiloé se convierte primero en una prisión que le aleja del infierno de la sociedad de la que huye para ir descubriendo que también hay otras formas de vivir, otras formas de relacionarse con los demás.  Chiloé se encuentra en medio de la Región de los Lagos. Es una isla en la que Maya aterriza por orden de su abuela Nini. La recibe Manuel Arias que vive allí como un ermitaño. El contraste entre ambos personajes es abismal. Sin embargo, la convivencia hará que poco a poco vayamos descubriendo las experiencias que cada uno esconde.

Una infancia sin padres –un padre que nunca está y una madre que nunca ejerció como tal-, pero con unos abuelos que Maya los llama cariñosamente, Nini y Popo. Después de la muerte de Popo Maya entra en crisis. Drogas, huida de casa, y descenso a los infiernos de la mano del camionero Roy Fedgewick, Brandon Leeman, de su ángel salvador Freddy, y de las salvadoras las Viudas por Jesús de la mano de Olympia Pettiford.

Lejos de todos ellos, Maya intenta rehacer su vida. Manuel y Blanca Schnake son los nuevos ejes de su vida. Aprenderá de ellos todo lo que había olvidado y aprenderá nuevas vivencias. Incluso el amor aparecerá de manera inesperada de la mano de Daniel.


Las largas noches de Chiloé dará pie a Maya para ir descubriendo los secretos de Manuel. La dictadura de Pinochet sembró el terror y la muerte. Los que lograron sobrevivir llevaron con ellos el dolor y sufrimiento de unos tiempos salvajes e inhumanos. Manuel es una de esas víctimas que no quiere recordar. Vivió momentos que hubiera querido olvidar para siempre. Recuerda lo sucedido en La Villa Grimaldi donde conoció a Felipe Vidal periodista y  marido de Nini. Es la conexión entre Manuel y Maya. Espacio y tiempo se entremezclan porque la vida son conexiones inesperadas unas veces y previsibles otras.

No explico como acaba todo, para no estropear la novela. Cuando tantos libros se publican,  y muchos de ellos merecerán el olvido, este libro si vale la pena leerlo. Se lee como crónica de realidades desagradables que todos quisiéramos olvidar, como recordatorio que la vida son elecciones que nos conducen por caminos insospechados, por la necesidad de encontrarnos con gente que nos ayuda en el camino. Arriesgarnos a pedir ayuda, porque no siempre podemos nosotros mismos salir de los atolladeros en los que nos metemos. La felicidad podemos encontrarla en los lugares más humildes porque también depende de nosotros mismo.  ¡Por favor, léanla!

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