dilluns, 30 de setembre del 2019

Chistes para ilustrar problemas filosóficos (II)


Esencialismo (esencia)

Aristóteles (330-323 a.C.) fue el primer autor que se preocupo por definir los conceptos que trataba. Afirmaba que las cosas (entes) poseían dos aspectos: materia y forma. Ambos inseparables en el orden de la naturaleza (physis). Cada ente es una substancia, que podía a su vez ser contemplada desde la esencia (aquello que la cosa es lo que es y no puede ser de otra manera) y accidente (por ejemplo, que el hombre sea alto, o bajo, negro, o chato, es decir, que si uno u  otro aspecto falta, no altera la cosa). Ejemplo que lo ilustra:


Cuando Thompson cumplió los setenta, decidió cambiar completamente su estilo de vida para vivir más años. Se sometió a una dieta muy severa, daba largas caminatas, nadaba y tomaba el sol. En tres meses, Thompson perdió cinco kilos, redujo quince centímetros el perímetro de su cintura y aumentó doce centímetros de pecho. Esbelto y bronceado, decidió dar el toque final a su aspecto con un corte de pelo deportivo. A la salida de la peluquería, le atropelló un autobús.
—¡Dios mío! —gritó cuando yacía moribundo—. ¿Cómo has podido hacerme esto?
—A decir verdad, Thompson —dijo una voz que procedía del cielo—. ¡No te he reconocido*!



PD: El chiste tiene su gracia, porque cuestiona la omnisciencia de Dios, al no haber reconocido al pobre Sr. Thompson.


Thomas Cathcart y Daniel Klein, Platón y un ornitorrinco entran en un bar... La filosofía explicada con humor. Trad. Núria Pujol Valls, Editorial Planeta 2ªed. Barcelona, 2008.

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