dijous, 5 d’agost del 2010

NY (3)


Son las 22.15h. Acabamos de llegar de Boston. La jornada ha sido agotadora y larguísima y la ganancia escasa. Aún no me he adaptado al cambio horario y me despierto cuando aún falta mucho para levantarse. A las 6h nos hemos puesto en marcha. Hemos desayunado en el hotel a toda velocidad. Teníamos que estar delante de una puerta, pero en el hotel hay tres salidas, así que no nos encontraban los del autocar que venían a recogernos. Había otro matrimonio con hijos que estaban en el mismo hotel. El autobús ha ido hacia el Bronx a buscar la 95 que lleva hasta Boston. Una parte de la ruta 95 es de pago. El trayecto se ha hecho largo, había mucho transito a esa hora para abandonar NY. Sobre las 12h hemos llegado a Boston y hasta las 15,20h nuestro cicerone bostoniano nos ha aturdido con una explicación prolija las virtudes de la ciudad. El calor era bochornoso e intenso. La ciudad es más asequible que NY. Quiero decir, que hay edificios altos, pero no es lo que más abunda, la ciudad ha crecido horizontalmente. Nos hemos acercado por sus Universidades y hospitales de renombre, aunque no hemos logrado aprender nada. Los hospitales son una combinación de saber, medios y eficiencia que se pone al servicio de los que puedan costearse los carísimos tratamientos. La inmensa mayoría de la población no puede ni acercarse a estos centros hospitalarios.



Nos hemos paseado por la Universidad de Harvard, pero el conocimiento no se ha pegado en nosotros. Es curioso que nos lleven a recorrer los edificios, cuando lo esencial se haya precisamente dentro de esos edificios con sus cuadros de profesores y los medios disponibles. Al final del paseo nos han dado dos horas de tranquilidad. Hemos ido a comer a un espacio dedicado a los turistas, el local imitaba el local de la serie Cheers que se haya en Boston. La comida era discreta. Después el calor era aún más intenso. Nos hemos refugiado entre las sombras que proyectaban los edificios y dentro de las tiendas y mercados que había.






He hablado con un matrimonio de Zamora. Hemos comentado lo extraño que es encontrar alguien de esa zona, desconocida para casi todo el mundo, nos ha dicho que sus políticos no han sabido vender lo mucho y bueno que tienen, por ejemlo, las ¡34 iglesias románicas que tienen¡



A la vuelta el recorrido se ha hecho igual de lente y la noche nos ha abrazado sobre las 8,30h. Al llegar a NY hemos atravesado una parte del  Bronx y parecía que estamos en otra galaxia. Había muy poca luz, las farolas están muy altas y la sensación era lúgubre y los edificios destartalados. A medida que subíamos por Lexington se iba iluminando más las calles y los edificios. ¡Toda luz se la lleva el centro¡. Deterioro y dejadez junto al glamour ostentoso de las luces de neón de Time Square. El abismo es tan profundo y endémico que supongo que se convive con ese foso que es cultural y económico y que no tiene perspectivas de reducirse a medio plazo, sino que más bien tiende a agrandarse. ¿Qué le pasa a la comunidad negra? Racismo, sentimientos de inferioridad, falta de educación, estructura familiar en declive, delincuencia, marginalidad son factores que deben condicionar es ascenso social. En una película de Spike Lee (Shelton Jackson Lee, 1957) titulada Summer of Sam (1999) unos de los personajes negros le dice a otro, ¿por qué los asiáticos tenían un negocio y ellos no tenían nada? Y el otro le contesta, “pero, si tú no quieres trabajar”. Lo cierto es que si he visto trabajar pero en tareas subalternas. También los he visto con trajes y corbatas, junto a los hispanos acaparan casi todos los trabajos más modestos.

Después de esta digresión, volvemos al hotel. Después del día agotador, ¿quién puede pensar que nos vamos de marcha?. Mañana será otro día…

  

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