diumenge, 5 de febrer del 2012

Homs contra Damasco, Moscú, Pekin.....


Mientras la ONU sigue esperando que Siria acabe con los opositores y la población civil. Israel es la más beneficiada por esta situación de guerra civil larvada. Su obsesión por Irán puede ser un buen momento para atacar a Teherán. Sin embargo, incluso Israel tiene límites. Los EEUU le habrán dado seguridades que si Irán hace cualquier acto que ellos consideren que atacan sus intereses habrá el visto bueno para un ataque selectivo. Sin embargo, en Siria enemigo declarado de Israel tiene en estos momentos una lucha desigual con los opositores. El último ataque contra la población civil se ha saldado según nos cuentan las Agencias de noticias con cerca de más de 200 personas muertas en la ciudad de Homs. La geopolítica juega su partida entre Rusia y China que han vetado cualquier resolución contra el régimen de Damasco. Rusia es unos de los proveedores de armas, unas armas que ya se sabe para qué sirven. La Secretaria de Estado norteamericana, H.Clinton ha declarado dramáticamente: “¿Qué tiene que ocurrir para que actuemos?” La respuesta se la puedo decir: que ataquen a la embajada norteamericana o a sus aliados. El régimen sabe lo que les espera si abandonan el poder. Las imágenes atroces de Gadafi asesinado en medio de un desagüe de agua deben ser un motivo para aferrarse al poder. Mientras que Rusia y China mantengan maniatados a la ONU –los países occidentales también ha hecho uso de esa prerrogativa en los casos de condena contra Israel-, poco podrá hacerse.


La historia es pródiga en enseñanzas. Siria no es Libia donde la intervención occidental fue nefasta porque se actúo mal y a destiempo. En el caso de Siria, por supuesto, que una intervención norteamericana acabaría con el régimen de Bachard el Asad, pero volveríamos a estar enfrascados en lo que está sucediendo en Irak. Se destruyo a un tirano al precio de destruir una sociedad. Además, Siria no tiene petróleo ni gas, demasiados riesgos, deben pensar, para tan escaso rédito. Así que la población civil sigue sólo en su travesía del desierto hacia la democracia. Mientras que la democracia teocrática de Israel debe ver con esperanza que este conflicto se alargue en el tiempo para poder ello maniobrar contra Irán si se dan las condiciones, y acabaran dándose, el petróleo lo vale.

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